FCH: le llaman “asesino”
¬ Juan Manuel Magaña viernes 14, Feb 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
De entrada, le llamaron “asesino” y le recordaron los 100 mil muertos de su sexenio.
Algunos jóvenes le dieron ese recibimiento con sus mantas desplegadas en el camellón de Campos Elíseos, frente al Club de Industriales donde Felipe Calderón “reapareció” en la escena pública del país, justo en el arranque del proceso para renovar la dirigencia del PAN.
Al estilo de Carlos Salinas y de Vicente Fox, que fingen estar “en el debate de las ideas”, Calderón “relanzó” el miércoles su “Fundación Desarrollo Humano Sustentable” para también presentarse equívocamente como alguien que puede aportar algo a este país, luego de haberlo dañado catastróficamente.
Estuvo con los mismos de siempre y que le soportan: los senadores Ernesto Cordero y Roberto Gil, su hermana Luisa María Calderón y su cuñado Juan Ignacio Zavala.
Por ahí se dejaron caer el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, el ex candidato presidencial Diego Fernández de Cevallos; el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, y el ex director de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege.
Y ya no trae una ceja respingada. Ante todo y conforme a sus maneras, primero la negación: Que el relanzamiento de la asociación civil no representa su retorno a la vida pública de México.
Que la asociación no tiene fines de lucro ni tampoco políticos. Que no se involucrará en la contienda interna del PAN. “No está en mi ánimo liderar ningún movimiento político partidista, no veo que ese sea mi rol ahora, ni tampoco creo que en mi carácter de ex presidente sea sensato ni factible”.
En entrevista radiofónica a modo, dice que tiene planeado regresar a México junto con su familia. “Terminaremos este verano nuestra responsabilidad (en Harvard) y volveremos a México a seguir para adelante. La idea como estaba previsto y platicado con la familia es regresar a México; no a la actividad política, en mi caso personal desde luego”.
La pregunta es si podrá. En lo que va del año se le han hecho advertencias. Se habla de que este año la Suprema Corte de Justicia comenzará a resolver casos relacionados con el último tramo de la administración calderonista.
Casos que tienen que ver con presuntas violaciones a los derechos humanos y al debido proceso, algunos relacionados con delincuencia organizada. Prácticas que incluso la ONU ha censurado, como la utilización de testigos protegidos.
Otro ejemplo es que cuando hace unas semanas, Calderón quiso inmiscuirse en el tema Michoacán, la bancada del PRI en el Senado pidió a la Secretaría de la Función Pública exhibir el decálogo de los casos de corrupción más emblemáticos del Felipe.
Los legisladores consideraron que es necesario conocer los avances que hay en investigaciones por el mal uso de recursos en temas como los festejos del Bicentenario, la Estela de Luz, entrega de recursos al SNTE, un fraude en Melate, la corrupción en Pemex, la PGR y hasta en el Estado Mayor Presidencial.
Los priístas afirmaron que en el sexenio pasado México pasó del lugar 65 al 105 en el índice de Percepción de Corrupción, realizado por Transparencia Internacional.
Y además está el hecho evidente de lo inseguro que es para él un país al que dejó sumido en la violencia por una guerra absurda, malintencionada y, encima, fracasada, pero que tanta sangre y dolor costó.
Si a todo esto le sumamos el número de mexicanos que envió a la pobreza, es fácil concluir que por más que se arrope, ni con todo su camuflaje, tampoco Calderón puede caminar tranquilo por las calles.