Que Felipe no quede impune
¬ Juan Manuel Magaña martes 18, Feb 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
El asunto no tiene por qué estar muerto. Al menos eso tiene que significar la coincidencia de que Amnistía Internacional se reunía la semana pasada con familiares de desaparecidos durante el pasado sexenio, mientras Felipe Calderón reactivaba su presencia política en la escena nacional con la presentación de una fundación de octava.
Esa coincidencia no tiene que significar el cinismo o la impunidad con que se mueve Calderón, responsable político del desastre que vive el país en materia de seguridad.
Esa coincidencia tiene que significar que es posible que en esta administración se revise el asunto y se deslinden responsabilidades de quienes tomaron decisiones que generaron graves perjuicios a la población.
Por lo pronto hay quienes se mueven y cargan en ese sentido. Ahí está el secretario general de AI, Salil Shetty, quien señala que durante el gobierno de Felipe Calderón se reportó en México la desaparición de más de 26 mil personas, cosa que consideró cifra excepcional y grave, toda vez que en ninguno de los casos se ha hecho justicia.
El funcionario se reunió este fin de semana con miembros de la organización civil Fuerzas Unidas por nuestros desaparecidos en Coahuila y subrayó que hasta ahora ‘‘el resultado es que no hay un solo caso en que haya habido justicia, verdad, en que se hayan rendido cuentas claras’’.
Qué lamentable, ¿no?
Shetty agregó: ‘‘Hay cierta contradicción entre el papel internacional que tiene México en defensa de derechos humanos, de la democracia, un papel de progreso, y por otro lado se presentan internamente problemas.
Está bien que haya declaraciones políticas, pero tienen que convertirse en una acción tangible en beneficio de las víctimas. Debería el gobierno aprovechar esta oportunidad para no hablar tanto, sino tener una acción concreta’’.
El que el representante de Amnistía Internacional ponga de ese modo el dedo en la llaga significa también que las cuentas pendientes de Calderón en este tema van a lastrar, tarde o temprano, al gobierno actual si no se actúa a tiempo y como debiera ser.
El accionar de Calderón da la impresión de que éste tuviera la certeza de que no va a pasar nada por esas miles de desapariciones. Quizá crea, como si su sexenio no hubiese ya pasado, que el Estado mexicano será reacio a asumir su responsabilidad en cada una de esas miles de desapariciones.
Su gobierno estalló una crisis en la seguridad pública, a la que se agregó su guerra contra el narcotráfico. Y fue ese el contexto en el que decenas de miles de personas fueron sustraídas con violencia de su entorno cotidiano sin que las máximas autoridades movieran un dedo.
Fueron crímenes cometidos en su guerra que no pueden quedar sin castigo. La pregunta es ¿por qué este gobierno tendría que cargar y pagar en imagen, prestigio y credibilidad no sólo la deuda del pasado, sino el costo de perpetuar la impunidad que en este país ha ido de un sexenio a otro?











