El pacto mafioso
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 26, Feb 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Nada como un buen especialista para esta situación. Escucho al investigador Edgardo Buscaglia afirmar que el Cártel de Sinaloa es una red horizontal, con un directorio en el que se incluía al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, y en el que continúa Ismael ‘El Mayo’ Zambada, y con muchas “franquicias” en México y en 54 países del mundo, por lo que la detención de “El Chapo” es inconsecuente. Es decir, sin mayor consecuencia.
La profundidad del análisis de Buscaglia no repara en que si estaba la miss al lado de “El Chapo” o cuáles eran los objetos que había en la revuelta habitación o en los túneles que el personaje usaba en sus escapadas. Todo eso se lo deja al sensacionalismo y al anecdotario.
En cambio, el investigador de la Universidad de Columbia dice cosas como que “México no es un país normal, no sólo tiene defectos en su sistema judicial, tiene vacíos de Estado, vacíos en instituciones, vacíos de controles judiciales, vacíos de control legislativo, cuando detienes a un capo en un país con vacíos de Estado como México lo que sucede es que la detención es inconsecuente”.
Buscaglia opina que la detención “no se traduce en disminuciones de delitos que a ti y a mí nos preocupan”: extorsiones, secuestros, tráfico de personas, de armas.
La organización criminal Sinaloa es una red horizontal y en la medida que no se desmantele a las empresas legales registradas que le sirven, “la detención de este hombre no se va a traducir en menos delitos económicos, va a seguir expandiéndose”.
Claro que Buscaglia está de acuerdo en que la captura de Guzmán Loera era imperativa, pues la presión internacional por parte de Estados Unidos ya venía desde hace años y el gobierno mexicano está en la necesidad de acumular capital político que prolongue su buena imagen internacional, dadas las explosiones de violencia en Michoacán.
El especialista considera que habría que llamar a los gobernadores para establecer unidades de investigación patrimonial en los estados donde hay mucha estructura física patrimonial que le permite a los criminales distribuir, almacenar, producir.
Pero lamenta que la unidad de inteligencia financiera brille hasta ahora por su incompetencia en México y sólo tenga atribuciones para cubrir lo financiero pero no la propiedad.
Planteó: “Revisando los registros de la propiedad te vas a encontrar con los socios de Guzmán Loera y así irían cayendo los empresarios y políticos que apoyaron a Guzmán Loera”. Esa clase de medidas han tenido éxito en otros países como Colombia e Italia, pero estaría por verse que se lleven a la práctica en México.
Hay otros elementos en juego. Buscaglia sabe que en reuniones entre representantes del Cártel de Sinaloa y gente del gobierno federal estadunidense se extendieron ofertas de entregas de capos, entre ellos “El Mayo” Zambada y “El Chapo” Guzmán, lo que “es un procedimiento estándar de las agencias norteamericanas. Lo que no sabemos es si la gente de Guzmán Loera aceptó, pero sí existió la oferta.
En suma, Buscaglia traza un camino que haría realmente útil la detención del máximo capo de las drogas del mundo.
Pero seguirlo conduciría a descubrir un pacto mafioso en las élites mexicanas.
En eso coincide cualquier analista serio: tal como en una empresa grande que pierde a un alto ejecutivo, de todos modos el poderoso cártel de Sinaloa habrá de seguir en lo suyo, en la venta de miles de millones de dólares en drogas ilegales a pesar de que “El Chapo” esté en la cárcel.