El nuevo PAN
Ramón Zurita Sahagún lunes 7, Jul 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿Qué es lo que pasa en Acción Nacional?
¿Acaso nadie se da cuenta que el partido blanquiazul atraviesa por una crítica situación y que corre un grave riesgo en los comicios federales del año próximo? Persisten las divisiones internas y los escándalos amenazan con ampliar la brecha entre el partido y la ciudadanía.
De continuar por esa ruta, será difícil que el 2015 sea el momento en que el panismo se reponga de la debacle de tres años antes.
El panismo vive una severa crisis que sus dirigentes se niegan a ver y que conforme se acerca el proceso electoral del año próximo se asoma con mayor desfachatez.
Nadie parece darse cuenta de que el control del partido lo asumió el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle y que controla a su antojo al dirigente nacional Gustavo E. Madero Muñoz. Moreno Valle se encuentra concentrado en sus posibilidades de competir por la candidatura presidencial de su partido, la que siente en la bolsa, luego de haber sido el principal mecenas de la campaña de Madero Muñoz.
Los tiempos juegan en favor de Moreno Valle, quien, por el momento, no tiene adversario visible y se encamina por esa ruta. El gobernador de Puebla termina su administración estatal en febrero de 2017, tiempo exacto para descansar, tal vez, un mes y dedicarse a buscar los respaldos necesarios para su candidatura, aunque llegará con ellos al término de su gestión.
Los tiempos están sumamente calculados, con toda precisión, ya que del término de su administración al momento en que el PAN elija a su candidato, Moreno Valle cuenta ya con una agenda que solamente requiere de los ajustes del caso.
Claro que para llegar a ello, faltan dos procesos electorales que serán definitorios en su proyecto.
El primero de ellos es el correspondiente a los comicios federales del año próximo, donde tendrá que ganar para su partido el mayor número de los 16 distritos federales que componen el estado. Puebla solamente tendrá comicios federales, ya que el año pasado celebró el proceso electoral para la renovación del Congreso del estado y los ayuntamientos.
Los resultados fueron sumamente favorables para el partido de Moreno Valle y sus aliados, lo que le permitió posicionarse más en el ánimo de sus seguidores y, especialmente, de su grupo impulsor.
Aliados con la izquierda y Nueva Alianza, los panistas conquistaron los principales municipios y la mayoría en el Congreso del estado, luego de que en los comicios federales del 2012 no obtuvieron tan buenos resultados, al ir sin alianzas o coaliciones.
La intención de los panistas poblanos es la de mantener la fuerza que les dan las alianzas, ya que de esa forma conquistó la gubernatura el propio Rafael Moreno Valle, aunque se advierte difícil que puedan conseguirlo, cuando menos en el caso del Partido Nueva Alianza, asociado ahora con el PRI.
Pero el principal escollo electoral de Moreno Valle se encuentra en mantener el gobierno estatal al término de su gestión. En Puebla como en otros estados se ajustó el calendario electoral, para homologar los comicios estatales con la elección federal, por lo que, por esta ocasión, tendrá un gobernador de dos años.
Para ese propósito, el gobernador Moreno Valle ajusta sus fichas que, por el momento, se reducen a dos, el alcalde de Puebla, Tony Gali Fayad y el secretario de Gobierno, Luis Maldonado Venegas.
Ambos han sido los principales operadores de su administración, uno en terreno financiero y el otro en el político.
Los dos, Gali Fayad y Maldonado Venegas iniciaron el sexenio en carteras distintas a las que actualmente detentan.
Tony Gali fue el secretario de Infraestructura, hasta que llegó el momento de renovar la alcaldía de Puebla y se requería de un candidato fuerte y con arrastre, ya que el PRI postuló al entonces rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, el que fue vencido con amplitud por la alianza conformada alrededor del hoy alcalde.
Luis Maldonado empezó como secretario estatal de Educación Pública y durante las campañas electorales se abrió la vacante de la secretaría de Gobierno, ya que Fernando Manzanilla fue nominado al Congreso estatal y llegó a sustituirlo.
En ambos descansa principalmente la estrategia del gobernador que logró con el respaldo otorgado que su candidato a la presidencia del PAN fuese el triunfador.
Ahora, habrá que ver si las divisiones, los escándalos y los enfrentamientos internos no afectan el proyecto del gobernador poblano o hasta lo hacen desistir de su propósito de contender por la candidatura presidencial. Por lo pronto, los panistas se encuentran en un brete, ante la acumulación de problemas que se suscitan.
COMPLICACIONES EN NAYARIT
Desde siempre supo el PRI que la elección de Nayarit sería difícil, por lo que destacó para aquella entidad uno de sus mejores equipos de estrategas electorales.
Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca y considerado como uno de los mejores operadores electorales del partido tricolor fue enviado al estado con mucha anticipación.
Las constantes quejas de los dirigentes de Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrática haciendo ver la intervención del gobernador Roberto Sandoval en la contienda electoral encendieron los botones de alarma en la sede tricolor.
Panistas y perredistas apostaron a conseguir los triunfos en esa entidad, mientras que Coahuila fue vista de lejos.
Los dirigentes de esos partidos denunciaron viejas prácticas del priismo, para garantizar el triunfo de sus candidatos, siendo golpeado uno de sus representantes, el diputado federal panista Ramiro Antonio Sampayo.











