Sismos del 85
AAPAUNAM jueves 24, Sep 2015AAPAUNAM INFORMA
Jorge Delfín Pando
Los universitarios y estudiantes del país recordamos con nostalgia el sismo del 85 que conmocionó a la ciudad de México y a toda la nación. No es fácil olvidar el terremoto de magnitud 8.1 en la escala de Richter ocurrido hace 30 años.
Sin embargo, ante tan lamentables hechos, los estudiantes del país participamos en la salvación, auxilio y entrega total en esos momentos tan difíciles. A través de la unidad, fortaleza y aplomo, fuimos poco a poco restableciendo el orden, la cordura y la ayuda a los damnificados. Vimos como las autoridades también se entregaron prestos a sus deberes.
Por las calles se observaban caravanas de la población entregando personalmente víveres para cubrir parte de las necesidades del momento. Con orgullo vimos a un México unido por el amor a sus semejantes. Todos trabajamos como uno solo para que resurgiera el país que en ese entonces se encontraba colapsado por el sismo.
Las autoridades universitarias y de instituciones educativas de la nación también participaron en auxilio a los damnificados. En verdad la unión mostró un claro ejemplo de que unidos, los mexicanos, somos fuertes y salimos adelante ante cualquier crisis. Esto nos conforta porque aprendimos una lección, que estar unidos nos fortalece como nación y nos coloca como un país importante en el orbe.
Es cierto, que en ese entonces, perdimos en número significativo a estudiantes, profesores, médicos y enfermeras en el Hospital General de México y en el Hospital Juárez de la Secretaría de Salud, que se encontraban atendiendo pacientes y que cubrían jornadas laborales. Así surgieron cordones de solidaridad humana que multiplicados en hermandad, participaron activamente en sus diferentes facetas.
También los centros médicos nacionales del Instituto Mexicano del Seguro Social, así como los hospitales generales del ISSSTE, 1o. de Octubre y de Zaragoza, vieron reflejados cuantiosos daños en sus estructuras y en pérdidas humanas. El terremoto acabó con vitales instituciones de salud en donde se atendía a desvalidos, clase media y derechohabientes.
Surgieron en aquellos días héroes como el topo Marcos Efrén Zariñana Guadarrama “La Pulga” y el doctor Cuauhtémoc Abarca Chávez, quien por cierto es egresado de la Facultad de Medicina de la UNAM y fue el coordinador de residentes en Tlatelolco, quienes mostraron una participación activa ante dichos acontecimientos.
Hoy, a 30 años, recordamos con tristeza el sismo, pero gracias a la hermandad de la población, estudiantes y profesionales de la salud, nuestro país se ha levantado, ha salido avante, después de haber participado en rescates y atención a víctimas. La pesadilla ya pasó, mas sin embargo, debemos estar preparados por el posible surgimiento de acontecimientos similares, fortaleciendo programas que ayuden en casos de contingencias.
En otro contexto y para recordar ese día, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, entregó el reconocimiento “Ángel de la Ciudad” a la escritora Elena Poniatowska y al tenor Plácido Domingo por su labor a favor de las víctimas.
La ceremonia se llevó a cabo en la Plaza de las Tres Culturas del conjunto habitacional Tlatelolco.
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