Enredo oaxaqueño
Ramón Zurita Sahagún miércoles 2, Dic 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Alejandro Murat Hinojosa se convirtió en el primer aspirante a un gobierno local en renunciar a su cargo público, para estar en condiciones de competir por la nominación de su partido.
Inició como director del Infonavit la administración del presidente Peña Nieto y tres años después de ello deja el encargo, para convertirse en el primer precandidato del Partido Revolucionario Institucional de uno de los 12 estados en que habrá elección para gobernador a mediados del año próximo.
La renuncia de Murat Hinojosa no dejó de causar revuelo, tomando en cuenta que se trata de uno de los aspirantes más polémicos al gobierno de Oaxaca, sea por su trayectoria o por el peso de la de su padre, el ex gobernador José N. Murat Casaab.
Son varias las ocasiones en que han tratado de sacar al joven Murat Hinojosa de la contienda priísta por el gobierno de Oaxaca, aunque con su renuncia muestra que no le importan esas intenciones de algunos de los principales adversarios de su padre.
Primero, fue la publicación de las propiedades que tiene la familia Murat en Estados Unidos, con departamentos lujos en diversas ciudades, los que evidenciaron que la fortuna acumulada en los años de servicio público es sumamente considerable.
Después de ese golpe que intentó ser demoledor, se quiso revertir una ley de residencia en Oaxaca, la que, supuestamente imposibilita al hijo de José N. Murat para competir por el gobierno del estado.
La fiera rivalidad surgida entre Murat padre y su sucesor, Ulises Ruiz Ortiz, ambos militantes priístas, es uno de los escollos que tendrán que superar los Murat para cumplir su propósito.
En Oaxaca saben que los dos personajes en cuestión cuentan con elementos para intentar anular al adversario y eso pesa sobre la decisión que tendrá que tomar la dirigencia nacional de su partido.
Hay una afrenta pendiente, que es la los comicios del 2010, cuando se afirma que Murat padre jugó las contras a su partido y apoyó al candidato de la alianza concertada entre la izquierda y derecha, Gabino Cué Monteagudo, quien derrotó en las urnas a Eviel Pérez Magaña, aspirante que apoyaba Ulises.
Ahora, la confrontación parece ser más directa, ya que Ulises continúa apoyando al mismo Eviel, quien es senador y Murat hará lo propio con su hijo.
Hace unas semanas, se filtró un audio de una conversación entre el ex gobernador Ruiz Ortiz y un conocido estratega político, Hugo Scherer, donde planeaban la forma de frenar la posibilidad de la candidatura de Alejandro Murat y cómo sacar de la jugada al padre del mismo, José N. Murat.
El audio se volvió viral y confirmó la guerra sucia que sostienen los dos principales cuadros de liderazgo del PRI en la entidad.
De acuerdo con algunas fuentes, Murat Hinojosa no puede competir por el gobierno de Oaxaca, por no tener la residencia necesaria para ello y por haber nacido en el Estado de México.
Incluso, se recuerda que su paso por la administración pública es en la entidad mexiquense, donde perteneció al grupo que gobernó bajo el mando del entonces gobernador Enrique Peña Nieto, lo que le valió fuese incorporado al gobierno federal en 2012, asignándole la dirección del Infonavit.
Por eso se considera que uno de los primeros retos que tendrá que superar el PRI para recuperar el gobierno de Oaxaca es la animadversión entre los dos ex gobernadores.
Es cierto que los ciudadanos de Oaxaca están inconformes con el resultado del gobierno de Gabino, por lo que es una buena oportunidad para el tricolor de recuperar la plaza, aunque tendría que sentar en la mesa a los dos contendientes.
La renuncia de Murat Hinojosa es sinónimo de que se encuentra decidido a disputar la candidatura con todo, a pesar de los grupos que buscan empedrarle el camino.
Sin embargo, los priístas oaxaqueños saben que no son los únicos aspirantes con presencia que podrían representarlos en las urnas.
Además de Murat Hinojosa y Eviel Pérez, se manejan otros nombres como el de Javier Villicaña, alcalde de la capital y quien mueve sus piezas estratégicamente, esperando le redunde en la anhelada candidatura.
Otros de los prospectos es Gerardo Gutiérrez Candiani, líder empresarial que es buscado por varios partidos, especialmente el PRI, aunque la mayoría de los electores del estado no saben de quién se trata.
También en Oaxaca surge la figura de una mujer como prospecto priísta, se trata de Mariana Benítez Tiburcio, ex subprocuradora general de la República, convertida ahora en diputada federal del partido tricolor.
Pero no son los únicos, ya que el director de Liconsa, Héctor Pablo Ramírez Puga, es otra de las piezas de Ulises Ruiz. Héctor Pablo ha sido dos veces diputado federal y fungió dentro de los gabinetes de José N. Murat y Ulises Ruiz.
Murat Casaab también tiene otra pieza y es el ex diputado federal Samuel Gurrión, aunque se asegura no tiene el nivel de los otros prospectos y cuenta con una trayectoria nebulosa.
Los priístas confían en que la maquinaria estará lo suficientemente aceitada para recuperar ese espacio que perdieron mediante una alianza de las que Manlio Fabio Beltrones considera contranatura, por estar conformadas por los partidos de izquierda y el de derecha y la que parece ser se consolidará nuevamente en Oaxaca y otros estados del país.
En Oaxaca se asegura que si hay entendimiento entre los grupos en pugna y no se juegan las contras unos a otros, los priístas podrán recuperar la entidad, sin grandes problemas, debido al desastre del gobierno de Cué Monteagudo.