¿Michoacano o oaxaqueño?
Ramón Zurita Sahagún lunes 15, Feb 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Singular es la historia del senador Benjamín Robles Montoya, quien aspira a competir por el gobierno de Oaxaca, representado a los partidos de izquierda y hasta encabezando una alianza ya establecida entre el Partido de la Revolución Democrática y Acción Nacional.
Como todo político demócrata de izquierda, que se precie de serlo, Robles Montoya inició su despegue dentro de las filas del Revolucionario Institucional, logrando ser candidato a diputado local en el estado de Michoacán, entidad en la que trató de hacer presencia, luego de intentarlo primeramente en el ya desaparecido Distrito Federal.
Hablábamos de la singularidad del senador perredista (todavía), ya que nacido en Azcapotzalco, se vinculó al gobierno de la ciudad, bajo el esquema de la entonces regencia, se mudó a Michoacán y finalmente encontró su camino en Oaxaca, al que pretende gobernar.
En su ascenso político contó con tres padrinos que lo llevaron de la mano hasta donde se encuentra actualmente: Jesús Martínez Álvarez, Víctor Manuel Tinoco Rubí y Gabino Cué Monteagudo, los tres que si fueron gobernadores, dos de Oaxaca (el primero y el tercero, mientras que el segundo gobernó Michoacán.
Otro personaje clave en la vida política de Benjamín es Juan Benito Coquet.
La historia cuenta que Juan Benito Coquet lo incorporó al equipo de trabajo de Jesús Martínez Álvarez, uno de los más cercanos colaboradores del entonces regente de la ciudad, el fallecido Víctor Manuel Camacho Solís, donde fungió como coordinador metropolitano, secretario de Gobierno y director de la Ruta 100.
Ahí iniciaba su carrera política un bisoño oaxaqueño, Gabino Cué Monteagudo, quien arropó a Robles Montoya y lo sacó de su reducido espacio de Azcapotzalco, para proyectarlo bajo la sombra del poderoso Martínez Álvarez.
Especialista en discursos, Benjamín se integró bien al grupo de oaxaqueños, aunque al término del salinato, los camachistas quedaron en la orfandad por el rompimiento de Camacho Solís con el salinismo y los ataques consiguientes de los colosistas y el distanciamiento con el presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Fue entonces que, nuevamente, Juan Benito Coquet lo arropó, recordó sus vínculos michoacanos y lo levó con Víctor Manuel Tinoco Rubí, senador por ese estado y candidato priísta al gobierno.
Con sus habilidades, Benjamín destacó en el grupo de Tinoco Rubí, quien lo promovió a una candidatura priísta a diputado local por el V distrito, aunque los resultados no le favorecieron.
Al concluir el gobierno de Tinoco y con el triunfo de Lázaro Cárdenas Batel, Robles Montoya recordó a su antiguo protector, convertido ya en disidente priísta y vinculado a Convergencia por la Democracia, el partido del que es dueño de la franquicia Dante Delgado Rannauro, pero del que Jesús Martínez Álvarez era secretario general.
Gabino lo recibió gustoso, en refrendo de la amistad cultivada antaño y lo incorporó como parte importante de su grupo de trabajo, como asesor del presidente municipal de la capital, es decir del propio Gabino.
Poco después, su amigo lo proyectó a lo que no había conseguido en Michoacán y se convirtió en diputado local en Oaxaca y coordinador de los legisladores de Convergencia.
Tres años más tarde, al triunfo de Cué Monteagudo sobre el priísta Eviel Pérez Magaña, Benjamín se convirtió en jefe de la Oficina de la Gubernatura, primero y en el secretario particular del gobernador, después de haber coordinado su campaña electoral. De esa manera se le asfaltó el camino para que en 2012 compitiera por el Senado de la República como primero en la fórmula de la izquierda, consiguiendo el triunfo, derrotando al mismo Eviel Pérez Magaña.
Llegar a su escaño mareó al senador, el que desde el primer momento manifestó su intención por convertirse en el sucesor de Gabino y dedicando su tiempo a ese propósito.
Torpedeó a los que consideraba sus adversarios en ese proyecto y anticipó que con o sin el respaldo de Gabino él sería candidato. La soberbia del gobernador competía con los errores del gobierno de Cué Monteagudo que cambió de secretario de Gobierno con una gran facilidad, eliminando a Irma Piñeyro, Jesús Martínez Álvarez y otros más.
Con el arribo de los nuevos tiempos en Oaxaca y la desactivación de la sección XXII, Benjamín confirmó que sus bonos iban en descenso, por lo que arreció sus críticas al gobierno de Cué y a varios de sus colaboradores, enfocando sus baterías sobre Jorge Castillo, el alter ego de Gabino, quien ocupó el sitio que alguna vez tuvo el propio Benjamín.
Para esos momento, los perredistas ya contaban con una candidato natural al gobierno estatal, José Antonio Estefan Garfias, quien al igual que había hecho Robles Montoya se pasó de las filas del PRI a las del PRD.
Estefan Garfias con una larga trayectoria en Oaxaca, donde fungió en diversos cargos en diversos gobiernos estatales, mantiene diferencias con el ex gobernador José N. Murat, cuyo hijo, Alejandro, es el candidato del PRI, por lo que se le ve como un candidato natural para encabezar la alianza de izquierda y derecha. Sin embargo, eso no le gustó a Robles Montoya, quien considera que el candidato debe ser él y amenaza con fracturar la alianza.
Lo curioso de esto es que a Alejandro Murat Hinojosa el candidato del PRI se le cuestiona que no nació en Oaxaca y Benjamín Robles Montoya acarrea una historia más compleja, ya que nació en la Ciudad de México, intentó ser diputado local en Michoacán, lo consiguió en Oaxaca y ahora pretende gobernar esa entidad, a la que llegó a vivir hace una docena de años. Veremos cuál es el desenlace de la historia.