La batalla por el edén
Ramón Zurita Sahagún martes 16, Feb 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los priístas están dispuestos a recuperar una plaza que fue suya durante más de 80 años y que dejó de serlo, por diferencia entre ellos mismos y por la carencia de liderazgos locales.
Recurren a todo y buscan sacar avante un reducto perdido hace tres años y ratificada su pérdida el año pasado, pero que en una segunda oportunidad, planean recuperar un pequeño espacio del idílico edén, de la forma que sea.
Los priístas tabasqueños le regresan el bastón de mando a uno de sus últimos liderazgos, conscientes de que los más recientes fracasaron totalmente, mostrando una total incapacidad de conducción del partido.
Roberto Madrazo Pintado se encuentra al frente del batallón priísta, y como en sus mejores tiempos, transpira política y revive con una buena dosis del poder partidista, que aunque reducido es suficiente para ponerlo nuevamente en pie de lucha.
Alejado de los reflectores después del sonado fracaso de 2006, el ex gobernador de Tabasco disfruta situarse nuevamente en los reducidos espacios de empujar a una candidatura a presidente municipal de una joven aspirante carente de experiencia, pero deseosa de abrevar de los santones del priísmo tabasqueño.
Roberto Madrazo se mueve con la candidata Liliana Ivette Madrigal y la conduce por espacios que ella no imaginaba iría. Casa por casa, el ex candidato presidencial es quien abre las puertas, pero conoce su papel y cede los espacios a la diputada federal con licencia que fue habilitada como candidata a alcaldesa, en virtud de los pocos negativos que traía, ocasionados por el casi desconocimiento de los priístas sobre su persona.
Fue una sorpresa el triunfo de Madrigal como candidata a diputada federal en los espacios dominados por el PRD y más su abanderamiento para la alcaldía de Centro, en una segunda elección que tendrá la categoría de extraordinaria y que para muchos se encuentra perdida para los tricolores.
Su candidatura fue una negociación en la que participaron el senador Humberto Mayans, la diputada federal Georgina Trujillo, los ex gobernadores Roberto Madrazo y Manuel Andrade, así como el candidato a gobernador derrotado en 2012, considerados los priístas con mayor rango en el estado.
Otro ex gobernador priísta que se mantiene dentro del partido, Víctor Manuel Barceló, prefirió apoyar al candidato del PRD, Gerardo Gaudiano, anticipando, en el colmo del cinismo, que mantiene su militancia tricolor, aunque trabaje para un gobierno panista (Rafael Moreno Valle) y respalde a un candidato perredista.
Ese es uno de los graves problemas que tiene el priísmo tabasqueño, el cinismo de algunos de sus dirigentes y mandos que con la mano en la cintura se van, regresan o ayudan a los candidatos de otros partidos.
De los priístas vigentes en la actualidad, ninguno de ellos garantiza la captación de votos.
Humberto Mayans en el representante más grande de las deslealtades, fue priísta, se fue al PRD (incluso fue diputado federal por ese partido), regresó al PRI y fue candidato de la alianza Verde-PRI, propuesto por el Verde al Senado de la República. Se conoce la forma en que se condujo con su compadre y amigo Andrés Rafael Granier Melo, de quien fue secretario de Gobierno.
Georgina Trujillo Zentella es una diputada federal que se mueve en la comodidad de las plurinominales y que su mismo carácter la mueve a mantenerse alejada de las bases de su partido.
Jesús Alí de la Torre fue el candidato a gobernador vencido en las urnas por el actual mandatario Arturo Núñez Jiménez, al que le cargaba primero el portafolio y después fungió como secretario particular.
Manuel Andrade Díaz es un personaje sagaz, simpático, lúcido, pero que como estratega no ata ni desata. No pudo con el paquete en los comicios de junio pasado, donde se concretó a asegurar su diputación local por la vía plurinominal.
Ante ese panorama desolador para los priístas, fue necesario reactivar políticamente a Roberto Madrazo Pintado, ponerlo al frente de la campaña de Liliana Madrigal, pasarle sus activos, pero también sus negativos.
Pero con la presencia de Madrazo Pintado también se refrendó lo que no pudieron ni Andrade, Mayans o Trujillo, recuperar la alianza entre el partido tricolor y el verde.
Resulta ser que para los comicios del 2015, los verdes decidieron no ir en alianza con el PRI, en lo local y eso golpeó fuertemente al tricolor.
Los verdes alcanzaron hasta cinco diputaciones locales, contra siete de los priístas, además de dos alcaldías (Emiliano Zapata y Teapa) y presentaron una candidata a la alcaldía que de haberse aliado con el PRI les hubiese garantizado el triunfo.
Esa misma candidata (Rosalinda López Hernández) era la propuesta de los verdes para aliarse con el PRI en la extraordinaria y estaban resueltos a sostenerla, por lo que fue necesario recurrir a Roberto Madrazo Pintado para negociar con los verdes.
La presencia de Roberto era indispensable, ya que el dirigente estatal del partido del tucán, es su hijo Federico, quien renunció al PRI por todos los desprecios de los que fue objeto por parte de algunos de esos santones, que se comprobó, no ganan ni siquiera la elección en su cuadra.
Desactivada la propuesta de los verdes fue necesario buscar una candidata (era necesario una mujer) con el menor número de negativos que se tuviera, sin importar que se tratara de una desconocida.
La primera propuesta fue Georgina Trujillo, pero esta sabedora de que corría el riesgo de perder, prefirió no aventurarse y empujó por la nominación de Liliana Madrigal, quien no tiene nada que perder (regresaría a su curul) y mucho que ganar y que hasta puede dar la sorpresa de ganar.
En Tabasco, los priístas con Roberto Madrazo están dispuestos a recuperar la plaza.