Las potencias electorales
Ramón Zurita Sahagún miércoles 13, Abr 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuatro estados del país representan el mayor interés para los partidos políticos que contenderán en 2018 por la Presidencia de la República.
Quien los gobierne o gane en esa ocasión dará mayores posibilidades de triunfo a su candidato.
Dos de esas entidades irán a la renovación del Ejecutivo estatal ante de los comicios del 2018 y los otros van en la misma papeleta de los comicios federales.
Veracruz, primero y Estado de México, después tendrán nuevos gobernadores surgidos de los comicios de 2016 y 2017, respectivamente.
En ambos gobiernan mandatarios priístas. Los otros dos elegirán a sus nuevos gobernadores en 2018 y en uno gobierna una alianza de partidos de izquierda, con predominancia perredista, aunque la autoridad no milita en este organismo político y en el otro un priísta.
Resulta curioso que en tres de esos estados (Veracruz, Distrito Federal y Jalisco) se advierte la posibilidad de una alternancia de partidos y en el otro (Estado de México) se considera que podrá ganar nuevamente el partido gobernante. A la distancia se aprecia que los partidos gobernantes deberán rediseñar su estrategia, si es que desean mantener la administración estatal.
Los primeros sondeos muestran que en Veracruz, la decisión electoral se encuentra sumamente competida, donde algunas encuestan dan como ganador al candidato de la alianza formada por PAN y PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, mientras que otros dan la preferencia al candidato de la otra alianza en torno al PRI, Héctor Yunes Linares.
En el caso de que perdiera el candidato priísta, sería la primera ocasión en que el tricolor dejara de gobernar esa entidad, después de 87 años de hacerlo. Para el Estado de México, las preferencias siguen siendo para el PRI, partido que no ha dejado el gobierno en esos mismos 87 años y la duda que persiste es sobre el nombre del candidato que postulará el tricolor y si esto pudiera ocasionar algún resquebrajamiento.
Jalisco es una entidad en la que el triunfo de Movimiento Ciudadano y su seguro candidato, Enrique Alfaro, le produce amplias posibilidades de victoria, sobre todo considerando los resultados obtenidos en los comicios locales del año pasado.
De ganar el Movimiento Ciudadano, sería el primer gobierno alcanzado por este partido, que bajo su anterior nombre (Convergencia) ya había logrado su primera victoria en Oaxaca, aunque en alianza con el PRD, PAN y PT.
Es en el Distrito Federal donde la competencia se da en forma más cerrada, aunque los primeros sondeos dan cuenta del posible triunfo de Morena, sin importar el nombre de su candidato. De ganar el partido que preside Andrés Manuel López Obrador terminaría con la hegemonía de 21 años de victorias perredistas.
Haciendo un recuento de esos cuatro estados y su comportamiento en los pasado comicios presidenciales, se advierte que en dos de ellos (Estado de México y Jalisco) ganó el candidato priísta, Enrique Peña Nieto; en otro más (Distrito Federal) el candidato de la izquierda que en coalición encabezó PRD, Andrés Manuel López Obrador y en el restante (Veracruz) la entonces candidata de Acción Nacional, Josefina Vázquez Mota. Para los priístas debe resultar preocupante que entre ochos estados que concentran más del 50 por ciento del electorado nacional sus expectativas no sean demasiado altas.
El horizonte que se les presenta es sumamente nebuloso, por lo que su atención se centrará en los comicios del 5 de junio en tres estados, principalmente.
La apuesta priísta se centra en retener Veracruz y rescatar de las manos opositoras Puebla y Oaxaca. Ganando esos tres estados, más Tamaulipas, Hidalgo, Sinaloa y Chihuahua, el PRI saldría fortalecido de un proceso electoral que se antoja sumamente complicado para este partido y le permitiría renovar fuerzas para la competencia del 2018.
Los restantes cinco estados no representan gran cosa (electoralmente) para el tricolor, aunque no cesarán en su esfuerzo para ganarlos. Durango, Zacatecas, Tlaxcala, Quintana Roo y Aguascalientes, todos gobernados actualmente por el PRI.
Y es que en Durango, el aliancista José Rosas Aispuro (abanderado de la alianza PAN-PRD) supera en las encuestas a su adversario priista Esteban Villegas Villarreal. Zacatecas pronostica una reñida confrontación entre el abanderado del PRI, Alejandro Tello y el de Morena, David Monreal.
Tlaxcala mantiene las preferencias electorales en favor de las senadoras con licencia Adriana Dávila Fernández y Lorena Cuéllar, la primera abanderada del PAN y la segunda del PRD, muy por encima del priísta Marco Antonio Mena.
Aguascalientes muestra que la candidata del PRI, Lorena Martínez, se va rezagando, mientras que el panista Martín Orozco crece en las preferencias.
Para los priístas registrar esa marca de siete-cinco sería un gran logro, ya que mantendría las administraciones estatales con mayor concentración de habitantes y perdería las de menor número de pobladores.
Las cuentas de los tricolores con vista a los comicios del 5 de junio son halagüeñas, ya que, sin decir cuáles, daban cuenta de un marcador de 9-3, favorable para el PRI. Para ellos sería desastroso que esas tres pérdidas fueran Veracruz, Puebla y Oaxaca, sin importar que triunfen en las restantes nueve.Por eso, resulta de primordial importancia la atención sobre esas entidades.
CORRAL Y CUAUHTÉMOC
Sumamente atento el candidato del PAN al gobierno de Chihuahua, Javier Corral Jurado, escuchaba los señalamientos que le hacía Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, durante una reunión celebrada en un restaurante de Polanco. Y es que el abanderado del PAN ha sido considerado como más cercano a la izquierda que a la derecha.











