Espionaje, otro negrito en el arroz
¬ Mario San Martí viernes 23, Jun 2017Consensos y disensos
Mario San Martí
- Opinión pública demanda explicación
- Pegasus, versión sofisticada de “un mundo nos vigila”
Como bola de nieve, sigue creciendo el caso de espionaje donde presuntamente el gobierno mexicano vigila a periodistas y activistas de los derechos humanos.
Crece, crece y al momento los acusados lo único que han dicho es que el de México no es un gobierno que espíe y por el contrario respeta la privacidad y los datos personales, como si eso fuera suficiente ante la gravedad del problema.
Qué no es para que, por lo menos, de inmediato ya nos hubieran dicho si el aludido software pegasus fue adquirido por el gobierno mexicano y si efectivamente se utiliza para fines de investigación contra el crimen organizado a través de acciones que realizan los grupos de inteligencia de las fuerzas armadas o de las policías.
¿En verdad el gobierno mexicano lo adquirió?, si es así, no estaría nada mal que de paso nos informaran sobre los beneficios obtenidos a partir de Pegasus. ¿Cuánto costó al erario público y desde cuándo se tiene?
Son muchas interrogantes que en la opinión pública existen y lamentablemente las respuestas gubernamentales se han quedado en escuetos comunicados y ligeras explicaciones, dando con ello rienda suelta a especulaciones y rumores informativos que de seguir así, silencio de por medio, lo único que se puede esperar es otra avalancha mediática contra el gobierno mexicano, haya o no responsabilidad en la información que maneja el diario neoyorkino.
Por lo pronto la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) solicitó medidas cautelares a las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y de Gobernación y a la Procuraduría General de la República luego de que el lunes supuestas víctimas de espionaje presentaran una denuncia, pidiendo cesar cualquier tipo de espionaje contra los aludidos.
En tanto que diputados ya solicitaron comparecencias para los titulares de estos organismos del gobierno, para que rindan cuentas sobre el tema.
Por supuesto que la noticia dada a conocer esta semana por el diario New York Times (NYT) es confusa, incompleta y carece de todo rigor periodístico, ya que no aporta fuentes, pero el asunto denunciado sigue generando muchas incógnitas y la versión oficial sigue quedando a deber.
¿Cuántos periodistas y defensores de los derechos humanos estaban en la línea del espionaje?
¿Hasta dónde va a llegar este tema?, seguro hasta que las autoridades correspondientes den una explicación amplia y suficiente, mientras tendrán que aceptar que se les coló otro negrito en el arroz.
Por lo que sabemos el espionaje no es malo, al contrario, en todos los grupos de investigación y de inteligencia estas actividades se realizan contra la delincuencia organizada, para la seguridad nacional y contra delitos como el terrorismo, pero aquí el problema es que hay serias acusaciones en el sentido de que lo que comúnmente identificamos como con un simple “hay pájaros en el alambre”, es una actividad ilícita que aparentemente el gobierno realiza contra opositores políticos o comunicadores críticos al sistema, en lo que sería una clara violación a garantías individuales como el derecho a la información y la libertad de expresión.
El lunes se publicó eso en el NYT y de ese día a la fecha hay más dudas que respuestas sobre el tema.
Por cierto, además de la petición de la CNDH y la solicitud que se está proponiendo en la Cámara de Diputados para que comparezcan algunos funcionarios, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión abrió una carpeta de investigación por el presunto espionaje de periodistas y defensores de derechos humanos, al tiempo de advertir que indagará incluso a funcionarios de primer nivel, porque nadie está por encima de la ley.
Por su parte el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH), Zeid Ra’ad Al Hussein, instó a realizar una investigación exhaustiva sobre las denuncias de espionaje a periodistas y defensores en México, pues existen serias implicaciones con respecto a su derecho a la libertad de expresión. “La Oficina de Derechos Humanos en México pedirá información al Gobierno mexicano sobre las denuncias de vigilancia e intimidación. Es de suma importancia que el tema sea investigado exhaustivamente”, indicó Elizabeth Throssell, vocera de la ACNUDH.
La información publicada señala que, desde 2011, al menos tres agencias federales mexicanas han gastado casi 80 millones de dólares en programas de espionaje de una empresa de origen israelí; que el software conocido como Pegasus se infiltra en los teléfonos inteligentes y otros aparatos para monitorear cualquier detalle de la vida diaria de una persona por medio de su celular: llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos, contactos y calendarios. Incluso puede utilizar el micrófono y la cámara de los teléfonos para realizar vigilancia; el teléfono de la persona vigilada se convierte en un micrófono oculto.
Y mientras el asunto no se aclare, todo quien sea un portador de telefonía celular, todos podemos estar en el supuesto de que un “mundo nos vigila”, para qué, solo quienes manejan pegasus y otras versiones sofisticados de software lo saben.