¡México necesita emprendedores!
¬ Jorge Tenorio Polo jueves 3, Ago 2017Jorge Tenorio Polo
El mexicano ha sido visto como un ciudadano trabajador, pero por qué no como un buen líder, siempre destacando en el trabajo individual, pero no en equipo. De acuerdo con el Índice Global de Emprendimiento y Desarrollo, México se encuentra en el lugar 71 de 138 países en donde destacamos en el indicador de la “aspiración de oportunidad”, y esto nos indica que ideas hay muchas, pero no se logran desarrollar.
Desafortunadamente, los emprendedores mexicanos se enfrentan a la primera pregunta: ¿Cómo comenzar? y es ahí donde tenemos el primer reto como país, ¿por qué la cultura del emprendimiento es tan baja?, esto se debe a que como primer paso necesitamos crear equipo, es más viable desarrollar una idea en conjunto, compartir riesgos, inversión, ganancias y opiniones. Así que el emprendedor requiere crear alianzas e incursionar con una mentalidad ganadora.
Modelos como cooperativas han surgido exitosos en el desarrollo de proyectos productivos; sin embargo, generalmente los relacionamos con apoyo gubernamental, que tiene la desventaja de que al cambiar el sexenio se modifican las condiciones y en la mayoría de los casos hasta ahí sobrevive ese proyecto.
Cifras obtenidas de la Encuesta Nacional sobre la Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE) nos muestran que en el 2015 había en total 4,048,543 Pymes en México, que representan el 52% del Producto Interno Bruto (PIB), un número bastante significativo, pero a comparación de Estados Unidos, ellos tienen el 8.9% de empresas grandes, lo que nos lleva al segundo paso en la construcción del emprendimiento en México: la educación y planificación, la mayoría de nuestras Pymes, de las cuales nos sentimos orgullosos, debido a que generan el 72% de empleos formales, abastecen a un pequeño porcentaje de empresas extranjeras, las cuales, como dice nuestro gobierno, generan desarrollo, pero al final se llevan los activos.
Nuestros emprendedores requieren capacitarse para dejar de conformar micronegocios y exportar todas esas ideas al extranjero, la internacionalización de las empresas, desafortunadamente necesita conocimiento y a pesar de diversos programas impulsados en nuestro país, ninguno va a ser tan redituable como el exportar nuestras ideas. Imaginemos que un campesino pueda exportar sus hectáreas de coco al extranjero, ganaría al menos el triple de lo que obtiene de un intermediario -“coyote”-, pero es complicado, debido a que esos apoyos son para un grupo selecto de empresarios y posiblemente ese campesino ni siquiera sabe leer, pero aún hay oportunidad de que el hijo de ese campesino se capacite y logre planificar una empresa familiar con visión a futuro. La educación es lo único que nos permitirá superarnos y luchar como individuos y como país.
La capacitación y planificación son dos factores vitales para la construcción de una empresa y si como emprendedores no damos el gran paso, me temo que seguiremos construyendo Pymes.
El tercer paso y el más importante es el financiamiento, diversas instituciones brindan apoyo al emprendedor, como el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM), lo desafortunado es que los fondos son escasos y también el presupuesto asignado, amén de que se percibe que existe una tendencia a favorecer solamente a ciertos sectores o grupos de personas (olor a corrupción).
Una buena opción para el desarrollo de una empresa es una incubadora de negocios, que desde mi perspectiva, el gobierno debería impulsar su administración a través de las universidades con más prestigio en nuestro país; ellas invierten en proyectos productivos, pero se aseguran de que sean viables y rentables, es cierto que solicitan participación accionaria, pero volvemos al punto de crear alianzas para crecer con mayor rapidez.
Un intento federal es a través del Politécnico y la UNAM, en el primer caso existe el “Poliemprende”, que es una puerta al fomento del emprendimiento y con emprendedores.
La UNAM inicia la apertura de una visión emprendedora, a través sus estudiantes.
Finalmente, la incertidumbre es el primer enemigo del emprendedor y nos han educado a que es más seguro recibir una remuneración quincenal a enfrentar nuestras ideas en una sociedad un tanto indiferente a los pequeños proyectos, de los cuales pueden surgir grandes empresas, sólo hay que iniciar, pero iniciar bien, estructuradamente porque la situación actual de nuestra apertura comercial nos deja indefensos ante productos extranjeros que afectan el mercado interno, es buena la apertura comercial, pero no en exceso, hemos visto que el firmar tratados de libre comercio no nos ha brindado las expectativas y beneficios esperados, debemos de pensar en nuestro país como si fuera una empresa.
Países como Japón o Estados Unidos nos han demostrado que el tener una política industrial restrictiva en diversos sectores internos que necesitan apoyo puede convertir a las Pymes en grandes trasnacionales.