AMLO: de la luna de miel al México real
Guillermina Gómora Ordóñez martes 24, Jul 2018Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
Luego del triunfo de Andrés Manuel López Obrador, el pasado 1 de julio, con un 53 por ciento del electorado a su favor; toca ahora al virtual presidente electo, cumplir las promesas que realizó en campaña, donde aseguraba, serían la solución a la crisis política, social, de seguridad y económica que México enfrenta.
Para López Obrador y su equipo no hay excusa, la alternancia hacia la izquierda cuenta con un bono democrático que incluye el Congreso; el mandato ciudadano es claro: “tienes todo para cambiar lo que no queremos”.
Les llegó la hora de medir y definir de qué tamaño es el cambio que desean impulsar: de régimen, de sistema o constitucional y tener claro que sólo disponen de un sexenio para hacerlo, porque en el corto plazo los ciudadanos comenzarán a evaluar al nuevo gobierno.
En calidad de mientras, hay algunos temas que han levantado ámpula, como el plan de austeridad para los servidores públicos que contempla el recorte salarial, eliminación de bonos, gratificaciones y la ampliación de jornada para que los trabajadores de confianza laboren de lunes a sábado cuando menos ocho horas.
Sin duda, es necesario revisar la situación en el sector público, pero aplicar el mismo rasero a todos podría convertirse en un boomerang muy peligroso para las elecciones intermedias del 2021 y sus planes de pintar de guinda a todo el país.
No hay que perder de vista que la medida popular de la “austeridad republicana”, impactará a muchos de sus electores, no sólo en materia laboral, sino en la calidad del servicio que se ofrezca al público. Una factura muy alta para el país, por la especialización de algunas plazas.
Además, el sector empresarial, uno de los contrapesos más fuertes de México para AMLO, tendría que entrar al quite, pues los burócratas despedidos o afectados en sus salarios, migrarán hacia allá.
Una presión para el mercado laboral del sector privado, a la que quizá no pueda responder de manera inmediata o con salarios decorosos, lo que castigaría doblemente a los afectados.
En el sector público federal, hay más de 8 mil funcionarios que tienen ingresos superiores a 108 mil pesos que AMLO ha definido como el tope. ¿Tendrá la iniciativa privada la capacidad para emplearlos? Cifras del IMSS indican que en junio pasado se perdieron más de 13 mil 497 puestos de trabajo.
Otro foco “púrpura” es la descentralización de las secretarías, subsecretarías, dependencias y organismos descentralizados en los 31 estados de la República, bajo el argumento de que se reactivará la economía de las ciudades a las que lleguen.
Bajo su lógica democrática de la consulta, convendría, por ejemplo, preguntar a los habitantes de Monterrey, Nuevo León, si quieren recibir a los miles de empleados de la Secretaría de Economía, como lo contempla la propuesta de AMLO.
Parecen olvidar que esta idea fracasó en 1985, pues descentralizar las dependencias de gobierno implica asignar más recursos para dotar de infraestructura a las ciudades en donde se instalarán las nuevas sedes. Algunas de ellas, hoy, con graves problemas en materia de movilidad o de servicios por el desorden con el que se han expandido.
En otra promesa de campaña, está la del incremento a los montos de los programas sociales, para “ninis” y adultos mayores. De acuerdo con información de la Organización Gestión Social y Cooperación (GESOC) a estos dos programas se tendrían que destinar del erario 332,881.3 millones de pesos, el 67% de los 500,000 millones de pesos que espera obtener de ahorro el gobierno de López Obrador al recortar burocracia y sus privilegios, así como eliminar o fusionar programas sociales.
Entonces, ¿dónde está el ahorro? ¿Acaso la política social la representan estos dos sectores? No. Las necesidades del país son enormes en materia de pobreza, marginación, falta de trabajo, vivienda digna, educación, alimentos, salud y un largo etcétera, para alcanzar el bienestar general de la población.
Tan sólo en el apoyo a los denominados “ninis” que, de acuerdo al INEGI, suman 3.9 millones de jóvenes que no estudiaban ni trabajaban, tendrían que destinarse más de 168 mil millones de pesos para cubrir la beca de 3,600 pesos mensuales, que al año sumarían 43,200 pesos; convendría que explicaran si el recurso se condicionará a que estudien o se empleen y por cuánto tiempo gozarán del beneficio, pues los recursos son finitos.
Así las cosas, luego de 12 años, López Obrador alcanzó el poder y le toca administrarlo; debe tener claro que no se puede ser al mismo tiempo gobierno y oposición, pues así no hay luna de miel que alcance. El México real, lo alcanzó y espera respuestas.
VERICUENTOS
Congreso de izquierda
El próximo jueves, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, acudirá al Senado para entregar las constancias de mayoría y primera minoría al presidente de la Mesa Directiva, Ernesto Cordero. En la LXIV Legislatura la izquierda será mayoría con 68 escaños. ¡Órale!