Covid y el responsable
Armando Ríos Ruiz miércoles 28, Oct 2020Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
En la pasada entrega abordé el tema relacionado con el rebrote del coronavirus, tan empecinado en pervivir, que se ha vuelto capaz de mutar a peor, lo que resulta altamente alarmante. En muchos países se ha observado una tendencia a desdeñarlo y eso ha traído como consecuencia contaminaciones masivas, como ocurrió al principio de su aparición en Italia y en España.
Pensábamos que dicha situación serviría para observar el peligro que significa su presencia. Pero no fue así. La gente desesperó y comenzó a invadir espacios desiertos durante la pandemia. Hay fotografías de lugares de la Península Ibérica que demuestran la confianza alcanzada a estas fechas, en donde se ven plazas atiborradas de personas que siguen el ritmo y las letras de las canciones de algún grupo musical.
El virus está de vuelta con la muerte en su diminuto rostro. Por ello, los países más adelantados no han bajado la guardia un instante y sus mandatarios continúan, a veces hasta desesperados, instando a sus gobernados a cumplir con lo más elemental de las normas sanitarias, como el uso del cubrebocas, para contrarrestar los efectos nocivos del mal.
Lo más grave para los mexicanos, es que esto no ocurre en México, en donde se ha dicho que el Covid “nos toma ahora, con un sistema de salud más frágil y desgastado y con una cobertura médica que se encuentra en niveles alarmantes, con apenas 1.3 médicos por cada mil habitantes”. “Peor aún es el escenario para 12.3 millones de personas que viven en comunidades marginadas y rurales de 19 estados”.
“La proporción de personal médico del IMSS Bienestar que atiende a esta población es tan baja, que es similar a la de países como Honduras, Sudán y de los países menos desarrollados, según la clasificación de la ONU, y está por debajo de países como Afganistán, Laos y Namibia”, cita un medio el reporte de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Aquí, los repuntes han aparecido en varios estados. No se trata de un rebrote, sino de un aumento de la actividad pandémica, mientras desde el gobierno sólo se dan discursos ante una realidad que no es posible soslayar. ¿De qué sirve que digan que es deseo que no crezca el número de muertos?
¿Es posible lograrlo por decreto o por el simple ánimo de un mandatario que no da muestras de preocupación, mientras realiza giras por todos los rincones del país para que sus simpatizantes lo admiren y no olviden que el año entrante hay elecciones, a las que deberán acudir a cumplirle, a cambio de lo que les da?
La alarma llegó a la misma cámara de senadores, con la muerte del legislador morenista Joel Molina, por Covid. Por eso y con razón, los similares de la oposición responsabilizaron al subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, por haber autorizado una sesión en el recinto de Xicoténcatl, sin contar con las suficientes condiciones de sanidad.
También responsabilizaron a Morena, por efectuar la sesión. Le urgía acabar con los 109 fideicomisos para disponer de casi 70 mil millones de pesos que serán usados en programas sociales. Se habla de que ya no hay dinero y de que es buscado hasta debajo de las piedras. El numerario es precisamente necesario ahora, para cautivar el voto con las dádivas.
Como siempre, después del niño ahogado… Ahora abundan las recomendaciones de las bancadas, de que quienes ingresen a las sesiones, lo hagan con pruebas que indiquen que son negativos. Otra propone que se realicen pruebas el día de la sesión, no sólo a los senadores, sino a todo el personal que entre al recinto parlamentario.
Pero la población también importa. ¿Qué hay para ella? Discursos bonitos de que los mexicanos, por ser mexicanos, somos superiores al resto del mundo.