El ojo bueno y el otro
Armando Ríos Ruiz viernes 14, May 2021Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Desde que López se convirtió en Presidente, comenzó a dar muestras de que, con un ojo, ve lo que le gusta y con el otro, lo que no le gusta. De esa manera, actúa al margen de la ley, pero lo justifica con el que está para eso. Al mismo tiempo, fustiga y descalifica los actos de sus adversarios con el otro. Cree que está en lo correcto y que actúa siempre con el mayor respeto a la ley. La misma que le viene guanga. No recientemente. Desde siempre.
Padece algún tipo de afasia que él mismo admite. Acaba de decir que siempre dice lo que piensa y ahí está precisamente el reconocimiento de un mal que lo aqueja quien sabe desde cuándo. Porque con esta clase de consentimiento, admite sin darse cuenta, que al decir lo que piensa, no piensa lo que dice. Esto ha sido históricamente notorio en él. Un breve ejemplo: la reciente expresión por negarse a dar un pésame, “¡al carajo también con eso!” Retrato de su padecimiento.
Lo anterior viene a colación por el pleito que inició en contra de los candidatos en pos de la gobernación de Monterrey, de la coalición PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano, Adrián de la Garza y Samuel García, respectivamente. Que han dejado en tercer lugar a la aspirante de Morena, su partido, Clara Luz Flores.
Lo que ocurre en materia electoral en La Sultana del Norte, no está en el ánimo del mandatario, que se ha empecinado en descomponer los acontecimientos, para componerlos a favor de su predilecta. Como ocurrió en el estado de Guerrero, en donde impuso contra viento y marea a quien aseguran, es su compadre, con la variante de que, al desecharlo el Tribunal Electoral, lo hizo nombrar dirigente de su partido, encargado de avalar la candidatura de su propia hija.
No se ha cansado de denunciar ante las autoridades correspondientes y en sus mañaneras, que se replican en televisión y en todos los diarios, que los candidatos mencionados incurren en fraude, al repartir tarjetas mediante las cuales se apoya económicamente a los votantes. Pero nada ha dicho de su candidata, que hace exactamente lo mismo con una tarjeta de apoyo a las mujeres.
En marzo pasado, publicó en Twitter su plan de apoyo al sexo femenino y promovió la tarjeta Nuevo León, para ayudar también a mujeres que necesitan auxilio económico. Pero uno de los ojos del Presidente no ve agravio en el hecho. Sólo en la actitud de los rivales que, en el caso de Adrián de la Garza, queda exonerado, por un caso similar en 1917, que el Tribunal Electoral encontró improcedente.
Tampoco ve violación a ley en las intervenciones mañaneras en el proceso electoral. Ha reiterado que el fraude que indilga al candidato norteño, es un delito grave. Dijo, en referencia al candidato de la coalición, que se vale de la necesidad del pueblo para promover el voto a su favor. ¿Quién ignora que la compra más cara en toda la historia de nuestro país la realiza él mismo, con el reparto de dinero a las clases improductivas, disfrazado de programa social?
Apoya la decisión de la Fiscalía General de la República, que investiga a los candidatos adelantados en Monterrey, porque él mismo la ordenó. Además, interviene porque “como Presidente, no puede ser cómplice del fraude”. Tampoco puede ser cómplice de él mismo −porque no está contemplado en ninguna ley del mundo ser cómplice de uno mismo−, cuando actúa también en ese sentido contra quienes acusa con todo el rigor de su desesperación.
Ya le señalaron a no menos de una decena de candidatos de Morena que ha incurrido en el supuesto fraude electoral, avalados por él. Verbigracia, Alejandro Encinas cuando fue candidato al gobierno del estado de México. Carlos Lomelí, en Guadalajara. Víctor Hugo Romo, en la alcaldía Miguel Hidalgo…
Monterrey le interesa por ser una plaza con seis millones de votos y por ser además uno de los estados más ricos del país. Ejemplo de desarrollo industrial, de comercio, de la fuerza laboral más productiva y calificada de México. Asentamiento de las mejores universidades de América Latina, como el Tecnológico de Monterrey. Tiene además un aeropuerto tan moderno, que sobrepasa mil veces las expectativas de Santa Lucía.