Violencia en campañas, imparable e inaceptable
Humberto Mares N. jueves 27, May 2021Así las cosas…
Humberto Mares N.
Nunca se habían visto unas elecciones tan violentas en todos los sentidos en nuestro país. Todos los días se reportan amenazas, agresiones, asesinatos, secuestros, a candidatos, familiares de candidatos o bien enfrentamientos entre candidatos.
La arena se calentó, el ring está que arde. Le quiero decir con ello que los ánimos están demasiado calientes. El ambiente se ha exacerbado y ha pasado a un nivel no deseable. La agresión está presente.
Esto en teoría a nadie le favorece. Por desgracia quienes han llegado a la práctica de estas acciones, sí tienen a quién favorecer.
Es momento de que la sociedad le exigimos al gobierno, de los tres niveles, del partido que sea, poner orden. Queremos un México en paz y unas elecciones tranquilas.
Las cifras son de locura, es increíble y seguramente cuando usted esté leyendo esta colaboración ya habrá registrado la cuenta un aumento en la cifra.
Hablando de violencia vemos que la relación entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial se tensa y tal pareciera que son enemigos.
Algo nunca visto, que un secretario de Marina o Defensa opinen sobre política. Prácticamente, los militares a lo largo de la historia política y democrática de nuestro país, se han limitado a opinar y hablar, cuando lo hacen, que no es muy seguido, de los temas que les conciernen.
Normalmente los secretarios de la Defensa o de la Marina hablan cuando están enfrentando o atendiendo algún programa emergente de ayuda a la población en catástrofes naturales como el caso de las inundaciones y cuando los terremotos. O bien cuando hay ceremonias protocolarias de sus respectivas secretarías para entregar reconocimiento o ascensos, pero siempre lo hacen en apoyo a su jefe supremo, el Presidente de la República.
Jamás en la época moderna se había visto que el titular de Marina atacara abiertamente a un miembro de los Poderes de la Unión.
No recuerdo, estimado lector, en mi vida profesional haber escuchado públicamente en la época moderna que el titular de Marina atacara abiertamente, en este caso, al Poder Judicial.
El titular de la Secretaría de Marina, José Rafael Ojeda Durán, criticó al Poder Judicial al considerar que “parece ser el enemigo” en el trabajo que se lleva a cabo contra el narcotráfico en el país.
Se lanza el almirante en contra del Poder Judicial al recriminar “las ayudas de jueces y ministerios públicos en muchos casos” y acusó que en ocasiones los juzgadores dejan ir a los detenidos. “Hasta pena da que actúen de esa manera”, señaló. Fue tan notorio que se publicó en todos los diarios.
Rápidamente, el titular del Poder Judicial, que últimamente ha sido muy cuestionado, el magistrado presidente de la Suprema Corte de Justicias de la Nación, Arturo Zaldívar, sale en defensa de la autonomía de jueces y magistrados federales y aseguró que seguirán defendiendo los derechos humanos y la Constitución y se defenderá la autonomía del Poder Judicial.
En tanto, la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial señaló que lo dicho por el almirante representa serias implicaciones y dejó en claro que los jueces no son enemigos de nadie y que sólo obedecen a la Constitución.
El director para América de la organización Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, calificó de “peligroso” que el alto mando de la Marina de México diga que sus “enemigos” están en el Poder Judicial. Esto no abona en nada a la tranquilidad y buena imagen al mundo.
Lo cierto es que vivimos tiempos inéditos y tiempos difíciles. Tenemos que serenarnos y sobre todo, pensar bien las cosas.
Y ya que hablamos de pensar bien las cosas, la compra de Pemex de una refinería en Texas, por sentido común se me hace un error, porque el mundo va para la eliminación de energías fósiles y México le ayudó a la petrolera Shell, a iniciar la venta de sus activos que ya no le van a servir. Bueno hubiese sido comprar un complejo de energías renovables. Pero no hay cabeza para pensar en ello. Así las cosas, hasta pronto. Seguimos en emergencia.