Reformas que dañan a la democracia
Luis Ángel García viernes 18, Jun 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
El mandatario insiste en reformas constitucionales que atentan contra la democracia, busca nuevamente desaparecer al árbitro electoral —que ha dado muestra de imparcialidad, independencia y organización ciudadana—, y arremete contra la representatividad de la oposición, reclamo de las izquierdas en los setenta que gracias a una reforma política priista posibilitó el arribo de legisladores plurinominales al Congreso; pero hoy, muchos de esos beneficiarios se suman a la orden presidencial de eliminarlos porque ya no convienen al partido en el poder. “Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
Otro régimen populista -el de José López Portillo, único candidato en las elecciones de 1976-, contó en la Secretaría de Gobernación con el ideólogo Jesús Reyes Heroles, liberal -como se dice ahora-, que comprendió la importancia de fortalecer el sistema pluripartidista y ofrecer una apertura democrática que institucionalizara las expresiones e inconformidades de la oposición con congresistas mediante la representación proporcional; esto es, aunque no ganaran elecciones distritales, por sus votos tenían derecho a un determinado número de diputaciones y senadurías. Así se legalizó al Partido Comunista, el cual evolucionó a través del PSUM, del PMT, del PRT y hubo otras corrientes como el PST y el Frente Cardenista. También tuvieron oportunidad los socialdemócratas con una franquicia que se agenciaron unos hermanos de apellido Aguilar. Surgió también gracias a esa reforma del gobierno el hoy controvertido, señalado de corrupto y poco presentable PT, y por no reunir el mínimo requerido en las votaciones desaparecieron después los sinarquistas del PDM, el PSD, el obsoleto PARM y la organización de Lombardo Toledano el PPS, así como el PST. Reyes Heroles abrió así el Congreso a la oposición, evitó las protestas por la sobrerrepresentación del PRI y vigorizó la discusión parlamentaria.
Mientras tanto, la crisis interna del PRI que dio origen a la Corriente Democrática y la pulverización de las izquierdas consolidaron al PRD y fue la génesis de Morena. El chapulineo de tricolores y perredistas alimentó al movimiento del presidente, con lo cual muchas tribus se perpetuaron en los cargos de elección popular, pero con nueva membresía. La ideología es cosa del pasado, aunque el inquilino de Palacio Nacional presuma que son gente de izquierda, la verdad es que no hay congruencia de principios entre sus militantes.
Llegó la aplanadora en el 2018 y benditos plurinominales, les permitió tener una sobrerrepresentación y la mayoría absoluta. Pero, la hecatombe que sufrieron el presidente y Morena en el ejercicio democrático del 6 de junio, sobre todo en la CDMX y en las capitales más importantes, así como perder el control del Congreso, los hizo reparar en el contradictorio deseo de desaparecer a los plurinominales, origen de su árbol genealógico. Como ya no pueden tener sobrerrepresentación, lo que criticaban al PRI, ahora sí se les hace injusto y hasta caro que la oposición tenga legisladores que impidan la mayoría absoluta. Qué desfachatez, si las reglas del juego me favorecen, bienvenidas, si me afectan hay que cambiarlas. Groucho Marx dijo: “Estos son mis principios, pero si no les gustan, tengo otros”. El gobierno parece decir, “no me gustan estos principios, pongo otros”.
El argumento, como se usó con el INE, es que salen muy caros, Sí, la democracia es cara, quién le dijo que era barata.