La gobernanza está en riesgo
Luis Ángel García miércoles 1, Sep 2021Por la Derecha..!
Luis Ángel García
México corre el peligro de la desestabilidad política, la gobernanza está en riesgo y urge crear nuevos consensos sociales. El virtual secuestro que sufrió el Presidente el pasado fin de semana debe encender los focos rojos de la seguridad nacional. No fue un acto de valentía o tolerancia permanecer encapsulado un par de horas, entró en crisis todo un poder, el Ejecutivo, a quien corresponde llevar las riendas del país. Otro episodio que evidencia el desbordamiento de las autoridades fue el enfrentamiento de alcaldes electos con elementos de la policía, no fue represión, sino la prueba de que ha sido rebasado el gobierno capitalino, con el que ya no quieren dialogar.
Más allá de la retadora violencia con que se conduce la CNTE, grupo de choque que es utilizado para confrontar al gobierno a cambio de dinero y prebendas, la rijosa organización magisterial también provoca problemas en la economía formal con sus paros y bloqueos, a sabiendas de que no van a ser sometidos por las fuerzas del orden. Con el pretexto de negociar plazas, incrementos salariales y mayores prestaciones, las huestes de la Coordinadora han sometido a gobiernos, mandatarios estatales y autoridades educativas, además de frenar el desarrollo nacional al impedir el libre tránsito de productos de consumo e insumos para las plantas productivas.
El evento que se registró en Chiapas el pasado fin de semana fue más allá de un acto de provocación, de su prepotencia para exigir -con razón o sin ella-, mejores condiciones para sus agremiados, puso en riesgo la estabilidad política de una nación. El mandatario pudo haber sido objeto de una agresión mayor, un atentado de consecuencias fatales. Irresponsable fue también la actitud del jefe del Ejecutivo, quien ya se dio cuenta de que no es suficiente que lo cuide solo el pueblo sabio y bueno. El remedo de cuerpo de seguridad que tiene, cantera de futuros funcionarios mediocres que son premiados con cargos en la administración pública sin tener conocimientos ni experiencia, no ha podido suplir las acciones del Estado Mayor Presidencial, cuyos servicios de inteligencia y estrategias para resguardar la figura presidencial hubieran impedido las agresiones en Chiapas. Ante un riesgo real, se le olvidó decir al tabasqueño que no se bajó de la camioneta a dialogar para no denigrar la figura presidencial, como lo hizo con el poeta Javier Sicilia o las feministas.
La verdad es que se notó un gobierno débil, con un gabinete de Seguridad preso del pánico y sin atar ni desatar.
Mientras tanto, en la CDMX los alcaldes electos de oposición se enfrentaron con policías y se llevaron la peor parte. Su muy legítima voluntad de llegar al Congreso capitalino se topó con los escudos de los uniformados, representantes de la ley. La acción irresponsable de las nuevas autoridades provocó no una represión premeditada, sino la reacción de quienes están para resguardar las instalaciones. A los entrantes funcionarios se le olvidó que para es la policía, para eso son los granaderos -aunque el gobierno los haya desaparecido por decreto-, como en todas partes del mundo, para ejercer el uso legítimo de la fuerza. No se les reprimió, se les contuvo con las concebidas lesiones, pero no porque hubiera una orden de reprimirlos, simplemente los policías cumplieron con la instrucción de no dejar pasar a nadie. Como siempre, el uniformado es quien paga el pato. Sin el apoyo de sus jefes, fueron suspendidos -sin investigación- los elementos comisionados en el operativo.
Más allá del show mediático de los alcaldes, lo que debe preocupar es que las autoridades capitalinas perdieron el control político de la ciudad, no tienen capacidad de diálogo ni de negociación. Todavía no se reponen de la derrota electoral reciente. Los ciudadanos no perdonan las malas gestiones. Está en riesgo la gobernanza.