Adiós chancla, en educación y desarrollo de menores
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 21, Feb 2022Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Violencia a menores, porque padres los consideran de su propiedad
A menos que haya un “chanclazo” de por medio, la población infantil de la Ciudad de México está a punto de ser beneficiada con una iniciativa que prohíbe a padres de familia o tutores utilizar castigos corporales o físicos y humillantes a menores de edad, como medida disciplinaria.
Por lo pronto, la propuesta legislativa está en eso, en calidad de propuesta, ya que fue aprobado su dictamen en la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez y se espera que en los próximos días se debata en el pleno del Congreso capitalino y de avanzar en el pleno legislativo, muy pronto los menores ya no podrán se objeto de golpes con la mano ni con objetos como la famosa “chancla”, tampoco podrán recibir empujones, pellizcos, mordidas, tirones de oreja o jalón de cabello, ni podrán ser obligados a castigos con posturas incomodas, entre otras acciones de maltrato.
Hasta ahí, los argumentos para sustentar la propuesta legislativa, sin duda, son válidos, sin embargo algunos padres de familia o tutores dirán -a manera de justificación- que “a veces” son necesarias “una que otra acción correctiva” cuando los infantes u adolescentes “se pasan de la raya” por groseros y malcriados y tal vez haya algo de razón, aquí el tema es cuando quienes “se pasan de la raya” son los adultos, ya que la gran mayoría de las ocasiones los menores sufren maltrato por situaciones ajenas a sus comportamientos, ya que ante el mal humor del padre o tutor, “chanclazo”; que los padres se pelean, “chanclazo”; que hicieron ruido, “chanclazo”; y así, por lo general, del “chanclazo” se pasan a los golpes o castigos mayores.
Hace bien el Legislativo local, aunque no estaría mal que esta propuesta se hiciera presente en todo el país, porque, como bien lo señaló la presidenta de la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez en el Congreso de la CDMX, Polimnia Romana, hay evidencias científicas de que los menores que son sancionados con castigos corporales pueden ser mayormente agresivos con familiares o cercanos y posteriormente con sus cónyuges.
De igual manera, se especifica en la argumentación de la propuesta del legislativo local, existe mayor grado de probabilidad de que los menores agredidos desarrollen comportamientos antisociales, además de ver afectada su salud mental con depresión y la ansiedad, y los vuelve más vulnerables a la dependencia a las drogas y al alcohol.
LAS CARTAS HABLAN.- Presentada por la diputada María Guadalupe Morales Rubio, en el premio de la propuesta, se plantea que en la actualidad, por cuestiones culturales y sociales, se continúa considerando a la niñez como “propiedad” de las madres, padres o de quienes ejercen la patria potestad, tutela o guarda y custodia, permitiéndose con ello, la normalización y tolerancia de prácticas de disciplina violentas, bajo el falso argumento de que este tipo de castigos son necesarios en la formación disciplinaria de los menores.
Y agrega que, es preciso reconocer que la violencia que niños, niñas y adolescentes sufren, no es exclusiva del círculo familiar, sino que se hace extensiva a otros ámbitos donde los menores tienen contacto con adultos, tales como: escuelas, centros de cuidado, la calle, sistemas de justicia o centros de reclutamiento de menores en conflictos con la ley, entre otros.
El dictamen aprobado hace visible esa problemática al tiempo que plantea contemplar a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, por lo que propone: A) La prohibición de castigos físicos o corporales y humillantes; B) La obligación de las autoridades y los órganos político-administrativos para que en el ámbito de sus respectivas competencias, prevengan, investiguen, persigan y sancionen los casos en que niñas, niños y adolescentes se vean afectados por el castigo corporal y humillante.
VA MI RESTO.- La propuesta hecha por la diputada Morales Rubio define como castigo corporal o físico todo aquel acto cometido en contra de menores de edad en el que se utilice la fuerza física y cualquier otro que tenga como objeto causar dolor o malestar, aunque sea leve.
En tanto, el castigo humillante, quedó establecido como cualquier trato ofensivo, denigrante, desvalorizador, estigmatizante, ridiculizador y de menosprecio, y cualquier acto que tenga como objetivo provocar dolor, amenaza, molestia o humillación cometido en contra de los menores.
Aunque Guadalupe Morales descarta en su propuesta que el objeto de la misma sea la de penalizar o criminalizar el maltrato de menores por su padres o tutores, destacó que más bien de lo que se trata es de concientizar y visibilizar que dar manotazos, tirones de pelo, “chanclazos”, por más mínimos que parezcan, son totalmente contrarios a la integridad de las niñas y niños, y sí, así debe verse y atenderse el tema, ya que hoy en día la sociedad en su conjunto debemos reconocer los derechos de niñas, niños y adolescentes, la cual debe ser libre de violencia y con total resguardo de su integridad personal, que conste, y hasta ahí, porque como veo doy.