El cachondeo de la sucesión
Francisco Reynoso lunes 2, May 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
A la Cuarta Transformación de Andrés Manuel le faltan 32 meses para concluir.
Legalmente, López tendría que dejar el poder el 1 de diciembre de 2024. Y, como ha dicho él, irse mucho al sosiego, la reflexión y la contemplación.
Quien no conozca a López que lo compre.
Andrés Manuel sueña con un Maximato, no de 10 años como el de Plutarco Elías Calles, creador de ese PRI experto en amarrar perros rabiosos y contener ambiciones, sino de 30 años, por lo menos.
Anhela que se reedite aquello de que: La Presidenta vive en Palacio Nacional. El que manda está en Chiapas.
Porque el “caudillo” tabasqueño, ahora con 69 años, tendrá 72 años al dejar Palacio Nacional -no el poder político- y aspira a celebrar 100 o unos más.
Confía en que le ganará a don Fidel Velázquez que se fue al cielo de los obreros a los 97. No sabemos si es cierta esa anécdota que se cuenta del gran y legendario líder de la CTM cuando estaba en sus últimos suspiros. Su eterno acompañante anunció:
—Don Fidel, llegaron La Güera Rodríguez y Joaquín Gamboa, quieren despedirse de usted.
—Que pasen. Cuida que no se lleven nada. Quiubo muchachos. ¿Vienen a despedirse? Pus ¿a dónde van?
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A sabiendas de que es la puritita verdad, López se pitorrea de los partidos de oposición.
Su caballada está más flaca que el Rocinante de Don Quijote, dice y dice bien.
Entre las figuras que, según él, forman el abanico de opciones del PRI, PAN, PRD y MC para la contienda de 2024 cita a: Carlos Loret de Mola, Denise Dresser, Chumel Torres y El Jefe Diego.
Y no se mide cuando incluye al presidente nacional del PAN, pero jura no recordar cómo se llama. “Ayúdenme, cómo se llama”, pide a los reporteros. “¡Ah sí, Kortés!
Faltó al Presidente incluir en lista de precandidatos de la oposición a López-Dóriga y Brozo el payaso tenebroso.
López Obrador sabe que tiene todas las de ganar. El bloque opositor le aplicó un soplamocos al sepultar la reforma constitucional eléctrica, pero cómo se han presentado las cosas desde ese domingo a la fecha, López ha sabido capitalizar mejor el resultado que la oposición.
El “caudillo” sabe que si en este momento fueran las elecciones presidenciales las ganaría hasta con Fernández Noroña.
Más aún, hasta con Paco Ignacio Taibo II.
El vulgar titular del Fondo de Cultura Económica repetiría: “Se las metimos doblada”.
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También esta semana Andrés le quitó la corcholata a su cristal de piña. “A ver, vamos a poner a consideración, vamos a hacer una especie de encuesta, de consulta, rápida, breve. Díganme si sí o no ¿tenemos un buen secretario de Gobernación?”. Y la chusma, formada por diputados de Morena y sus compinches del Verde y PT, respondieron que sí y luego corearon “¡presidente, presidente, presidente!”.
El “caudillo” López ha convertido el proceso de sucesión presidencial en un auténtico cachondeo.
Lo disfruta como enano de circo.
Gobernar bien no le interesa mucho. Hacer grilla es lo suyo.
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Los cambios en los contenidos de los libros de texto escolares que anunció López Obrador le pusieron la carne de gallina a muchos historiadores serios y responsables.
Estará feliz Pedro Salmerón ante la posibilidad de que se cambien a los Niños Héroes. Pediría el frustrado embajador de México en Panamá que se retiren de la historia a Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Francisco Márquez, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez y Juan Escutia y en su lugar se pongan a Miguel Ángel Barraza, El Piojo Blanco; Mario Álvaro Cartagena, El Guaymas; Antonio Orozco Michel, El Michel; Enrique Guillermo Pérez, El Tenebras; Trinidad Villegas Vargas, El Billetes; y Armando Escalante Morales, El Loco Escalante, entre otros fundadores y militantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
En la mañanera del 27 de abril, Max Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, dijo que los contenidos de los libros de texto serán más libertarios y humanistas y erradicarán el racismo exacerbado.
Y también incluirán la ideología revolucionaria de la Cuarta Transformación.
En ese contexto, y sabiendo cómo se las gastan doña Beatriz Gutiérrez Müller y Claudia Sheinbaum, no es de dudarse que se desconozca a Cristóbal Colón como descubridor de América.
Y se consigne que Hernán Cortés fue un tirano, asesino y explotador de indígenas que violentó sexualmente a La Malinche.
Y que Porfirio Díaz construyó los ferrocarriles de México no con los fines humanistas y democráticos del Tren Maya, sino para recibir la tajada de las empresas constructoras.
La verdad es la verdad
y no admite otros datos