¿Para qué sirve la Guardia Nacional?
Armando Ríos Ruiz lunes 12, Sep 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Mucha gente se pregunta: ¿Para qué sirve la Guardia Nacional? Sin que ningún periodista le haya formulado la pregunta, el Presidente contestó a otra parecida, después de que fustigó a anteriores administraciones para que regresara el Ejército a los cuarteles: Que le heredaron un país inmerso en la violencia, aunque nada dijo que durante el suyo, ésta ha crecido más que en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Me uno a la pregunta: ¿Para qué sirve la Guardia Nacional, ahora bajo el control del Ejército? Parece tener otros fines que aún no se avizoran, aunque puede sospecharse que es para añadirse en defensa de un solo hombre, que hasta hoy no ha dedicado un sólo día de su régimen a gobernar. No hace ni falta. Mantiene a los mexicanos locos de contentos con sus dádivas bimensuales. Serían capaces de matar por él, por temor a perder la prebenda.
Visto de esta manera, su ejército es inmensamente grande. El mayor del mundo. Por un lado, tiene a las fuerzas armadas y por otro, uno incondicional que responde a esas dádivas, formado por millones de mexicanos, que inclusive pedirían que continuara al frente del gobierno eternamente, como ya lo han expresado muchas personas, que además buscan acaparar la mirada del redentor, para arrancarle algún favor. O aunque sea una sonrisa.
Pero insistimos: ¿Para qué quiere a la Guardia Nacional, si en los hechos la hemos visto hasta con lástima, incapaz de responder a las vejaciones de que es objeto por parte de los delincuentes, o simplemente de personas que rechazan su presencia en muchas comunidades del país, que la insultan y hasta enfrentan con el valor que da la cobardía, cuando se sabe que retan a una fuerza que tiene órdenes de no responder?
Ha resultado grotesco ver a los uniformados frente a jovencitos inclusive, que, con la Guardia Nacional maniatada con los lazos invisibles de la orden presidencial de aguantar el coraje, ensayan a ser valientes, por saberse con esa ventaja, a pesar de que los enviados del gobierno mantienen en ristre sus armas que sólo sirven para ser identificados como la parte que no actúa.
De esa manera, la Guardia Nacional sólo representa un gasto innecesario.
Un tiradero de dinero que podría hacer suponer que somos inmensamente ricos y podemos darnos el lujo de despreciar lo que tanta falta hace a más de 50 millones de mexicanos que viven en pobreza extrema, engrosado este núcleo con cuatro millones más de pobres desde hace casi cuatro años.
¿De qué sirve un cuerpo más del Ejército, con una política de seguridad que más que combatir a la delincuencia está orientada a fomentarla, a respetarla, a darle abrazos, a verla como un cuadro de seres humanos al que se pretende borrar los delitos que comete y a agradecerle su comportamiento, principalmente en tiempo de elecciones, porque ella sí tiene permiso para coadyuvar con la intención de obtener los triunfos deseados, sea como sea: Con la amenaza, con la intimidación con el secuestro y con el asesinato?
México es el único país en el mundo en donde se da el más extraño paradojo, de llenar de incienso a la Secretaría de la Defensa Nacional, con un presupuesto monumental y con la conversión de sus soldados en milusos. Hoy, su secretario hace eco a las decisiones del Presidente, vayan por donde vayan. Inclusive contra la vergüenza que experimentan los soldados indefensos a pesar de portar armas, frente a sus acosadores en todo el país.
No obstante, el secretario Luis Cresencio Sandoval acaba de declarar que desde que los militares recibieron la orden de participar en labores de seguridad pública nunca crearon las condiciones legales que les diera certidumbre sobre su actuación, lo que generó, incluso, que varios elementos hayan sido encarcelados. ¡Increíble!
“Cuando nos incorporaron de manera directa en el ámbito de la seguridad pública, la Secretaría de la Defensa Nacional siempre, siempre pidió tener un marco legal para poder actuar en el ámbito de la seguridad pública y la respuesta fue nunca darnos un marco legal”, sostuvo.
No falta quien diga que se trata de un exabrupto, que tendrá que enmendar cuando el Supremo jefe de las Fuerzas Armadas de México lo ordene. ¿Es en serio, más que una traición de su conciencia?