¡El INE sí se toca!, insistencia
Armando Ríos Ruiz miércoles 7, Dic 2022Perfil de México
Armando Ríos Ruiz
Era de esperarse. La necedad enfermiza obliga a contradecir como se estila desde la Presidencia, arropada con mentiras, lo contrario a lo que la gente expresó libremente en las calles, el pasado 13 de noviembre, sin necesidad de llevar acarreados. De manera voluntaria: ¡El INE no se toca! A lo anterior, el Presidente contradijo: ¡el INE sí se toca!
Aún no conozco los resultados, por haber elaborado esta columna ayer, antes del debate. No obstante, es fácil colegir que no sería aprobada en los términos de Morena. La oposición había propalado que no pasaría, porque afectaría al INE, que hasta hoy ha soportado las embestidas presidenciales para transformarlo de acuerdo con sus arbitrarios deseos.
A Morena le faltarían votos para consumar el propósito del Presidente, que no de los mismos diputados morenistas, que sólo obedecen órdenes sin tomar en cuenta un ápice lo que quieran sus representados. Por otra parte, el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, ha insistido en que los diputados de ese partido no la aprobarían. Hasta la mañana de ayer era de creerle.
Para sostener que el INE sí se toca, el primer mandatario acompañó ese prurito con el dicho de que una minoría conservadora piensa que se quiere su control para hacer fraude. En realidad se advierte que en manos del gobierno habría una manipulación abierta, a discreción, para imponer candidatos incondicionales y para más: para contar con todos los mecanismos que le permitan eternizarse en el poder, personalmente o a través de sus obedientes corifeos, que no tienen pena de decirle que es su dios. Verbigracia: Layda.
En Campeche, habló de ahorro de recursos del INE y de blindar los procesos de la compra de votos. ¿Cómo sería eso posible, mientras existan las dádivas a diferentes sectores de la población, que sólo se justificarían, desde el punto de vista muy personal, en las personas mayores? ¿Cómo justificarlas en gente sin oficio ni beneficio, sino con el señalamiento en el que coinciden muchos mexicanos, de que se trata de una estrategia para comprar conciencias?
¿No quiere decir esto que es el gobierno el que comete fraude con semejantes hechos disfrazados con el nombre de programas sociales?
En todos los rincones de México se escucha a muchos ciudadanos, la reflexión consistente en que por fin, un Presidente se acordó de ellos. Hacen recordar aquellos dichos que rezaban: “que te mantenga el gobierno”. O bien los reclamos sociales que hablaban de que el gobierno no les daba nada. Pero no es ésta su obligación, sino dar opciones para la superación personal.
Lo anterior engendra el temor de perder ese dinero que significa un gran alivio para la mayoría. Pero que algún día tendrá que perder, gracias al descuido de la economía mexicana, como ha ocurrido en otros países latinoamericanos, en donde el numerario se redujo a niveles imprevistos y lo que aún queda, sirve más para sostener la riqueza de sus políticos que para menguar el hambre del pueblo.
La reforma no sería rechazada sólo por rechazarla. Si bien contiene elementos importantes, como el hecho de eliminar las diputaciones plurinominales de un esquema en el que hasta los elegidos por los ciudadanos han demostrado que no cumplen con este quehacer, sino que sólo sirven para cumplir fielmente los deseos del que manda; el freno a las ambiciones personales exhibidas desde el inicio de esta gestión, obliga a su desecho.
Sería desaprobada porque contiene el sello personal de una forma de gobernar que no abarca a todo el pueblo de México, sino sólo a quienes reflejan una incondicionalidad hacia el mandatario. Porque el mismo personaje ha hecho lo indecible por calar en el sentimiento de la ciudadanía, con dichos que diariamente hieren y principalmente, sólo han servido para polarizar.
Porque refleja el deseo vehemente y repito, enfermizo, de repetir los días de Porfirio Díaz, quien hasta en su vejez acentuada consideró que los mexicanos no estaban preparados para que otro los gobernara.