Aspirantes a candidatos van de un partido a otro hasta lograr ser nominados
Miguel Ángel Rivera lunes 20, Nov 2023Clase Política
Miguel Ángel Rivera
Con el fin de la lucha ideológica, los partidos y, en particular, los políticos se mueven únicamente por la conquista del poder, sin importar cuál sea su plataforma.
Esto ha quedado en evidencia en nuestro país con los últimos movimientos de hombres y mujeres que renuncian a su partido para ir con el contrincante, con la única condición de ser postulados al cargo (de “representación popular”, se les llama todavía por el uso de la costumbre) al que aspiran.
Esto se confirmó, por ejemplo, con el caso de la senadora ex morena Lucía Virginia Meza Guzmán, conocida popularmente como Lucy Meza, quien se movió al Frente Amplio por México (FAM) para poder ser candidata a gobernadora de Morelos. En su anterior partido había sido eliminada del proceso para nominar candidato al gobierno de Morelos, supuestamente porque la vetó el actual gobernador, el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, quien fue inicialmente postulado por el casi extinto Partido Encuentro Social (PES), pero ahora se considera de Morena, al grado que fue considerado para competir por el gobierno de la Ciudad de México (pero esa es otra historia).
En este caso, la que cuenta es Lucy Meza, quien según muchas encuestas es la política con mayores simpatías en esa entidad que tiene por capital a la llamada ciudad de la eterna primavera, Cuernavaca. Ella ya tiene antecedentes, pues originalmente militó en el también decaído PRD.
Al renunciar al PRD, en noviembre de 2017, luego de ser 2 veces diputada local, ex candidata a la alcaldía y legisladora federal por este partido, la ahora senadora afirmó que la “nueva ideología política que se ha impuesto, no la comparto, porque va en contra de todo principio democrático. He dejado de coincidir con las decisiones que se han tomado desde los órganos directivos, y sería incongruente continuar con quienes han claudicado”.
“El PRD Morelos dejó de ser un partido democrático, para convertirse en una absurda monarquía, la herencia del poder sepulta los ideales de miles de perredistas que dieron su vida por este partido político”, agregó Meza, quien unos meses después quedó convertida en candidata de Morena, del PT y del PES, junto con Radamés Salazar Solorio, quien tuvo como premio de consolación esa candidatura, pues había sido marginado para dar espacio a Cuauhtémoc Blanco y, ahora, a seis años de distancia, también perdió la nominación, pero ahora con la exdirectora de la Lotería Nacional, Margarita González Saravia.
A pesar del impacto de la salida de Lucy Meza de Morena, en medios políticos causaron más revuelo las salidas del PRI de los exgobernadores de Hidalgo, Omar Fayad, y de Oaxaca, Alejandro Murat y del alcalde de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba.
Del palacio de Gobierrno de Pachuca a
la embajada mexicana en Oslo, Noruega
El reciente 6 de octubre, el Consejo Político Nacional del PRI, en sesión extraordinaria, aprobó por unanimidad la expulsión de al menos 12 priistas, entre ellos a los senadores Miguel Ángel Osorio Chong, Nuvia Mayorga, Claudia Ruiz Massieu, Jorge Carlos Ramírez Marín, Eruviel Ávila y al ex gobernador de Hidalgo, Omar Fayad.
Debido a la calidad de los expulsados, hubo mucha repercusión, pero finalmente pasó rápido de actualidad, pues se trataba de un viejo pleito de una parte de la bancada del partido tricolor en el Senado con el dirigente nacional de su partido, el campechano Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, por acciones y omisiones en la conducción de ese instituto político.
Pero también hubo casos que pasaron prácticamente inadvertidos, como los del ex gobernador de Tlaxcala, Marco Antonio Mena y el diputado federal Pedro Armentia, también incluidos en esa numerosa relación de expulsados.
Miguel Ángel Osorio tiene una intensa lucha contra el ex gobernador campechano, por lo que considera errores y desviaciones en la conducción del otrora partido invencible. Claudia Ruiz Massieu también tenía quejas previas, pero el factor desencadenante fue su protesta por haber sido excluida del proceso para postular candidato(a) presidencial. De hecho, ella renunció al partido antes de ser expulsada.
El caso del también senador Jorge Carlos Ramírez Marín, de Yucatán, también fue porque no tuvo el respaldo para ser candidato a gobernador de su estado natal, sitio que estaba reservado para el alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha, militante del PAN y por ello mayor el disgusto en las filas priistas. Pero el hecho es que el tricolor, como parte del FAM, está comprometido al aspirante con mayor respaldo popular y en el caso de Yucatán, la plaza es del PAN, que rescató ese estado en 2018, cuando Morena barría por toda la República y Barrera es el precandidato con mayor popularidad.
Algo parecido sucede, con el alcalde Ruvalacaba. En la Ciudad de México, el partido más fuerte es el PAN y su candidato mejor posicionado es el también alcalde, de Benito Juárez, Santiago Taboada, y por eso es el candidato del bloque opositor.
Como fue una expulsión en grupo e Hidalgo no estaba en el centro de atención de los medios políticos, el nombre de Omar Fayad no provocó escándalo, pues ya habían amainado las críticas en su contra por haber “entregado” la plaza.
Pero, al aceptar la embajada de México en Noruega, que le confirió su amigo el presidente Andrés Manuel López Obrador, volvieron las recriminaciones contra el ex mandatario hidalguense, quien prácticamente no tuvo defensores en las filas de su ex partido.
Pero si Fayad puede presumir la excelente relación que tuvo durante su mandato con López Obrador, sin duda lo supera el oaxaqueño Alejandro Murat Hinojosa, pues su estado fue el más visitado por el líder y guía de la llamada Cuarta Transformación, quien expresamente le dedicó un encendido reconocimiento por no haber interferido en las elecciones.
Además, Murat fue uno de los promotores de la idea del Corredor Transístmico, convertido en una de las obras insignia de López Obrador, aunque a pesar del interés combinado de los gobiernos federal y estatal no se pudo concluir lo que era la gran ambición de Murat: terminar la autopista de la capital de Oaxaca a la costa, iniciada por su padre el también exgobernador José Murat.
Murat se inscribió en el proceso para designar candidato presidencial del PRI y del bloque opositor, pero fue descartado en una de las primeras etapas. Por eso no sorprendió su salida del PRI y menos lo sería saber que también tendrá una embajada o algún otro cargo en el gobierno de su buen amigo López Obrador o que se incorpore al equipo de campaña de Claudia Sheinbaum.
El villano en todos estos sucesos es el presidente del PRI, el mencionado Alejandro Moreno, quien resiente ataques por todos lados.
De una parte, es el blanco de las recriminaciones de todos los que abandonan sus filas o que están inconformes por su actuación. Del otro provienen las reconvenciones de los supuestos simpatizantes del frente opositor, quienes lo acusan de no respaldar lo suficiente al FAM y a su abanderada presidencial, Xóchitl Gálvez. Contra las críticas, lo cierto es que Moreno ha actuado con respeto a los estatutos de su partido y por ello no han prosperado las denuncias presentadas en su contra ante el Instituto y el Tribunal electorales (INE y TEPJF, respectivamente).
Así, ayer se efectuó la ceremonia en la cual la hidalguense recibió el nombramiento oficial de candidata presidencial del PRI y del PRD.
Al término de la ceremonia, Gálvez pidió a cerrar filas y aseguró que, por su parte, ella ha planteado que vaya el más competitivo en las elecciones estatales y de la Ciudad de México para el próximo año. “Yo no tomé la decisión, punto, la decisión la tomaron los presidentes de los partidos”, subrayó.
Gálvez lamentó la decisión de Rubalcava de renunciar al PRI, y recordó que “también pasa lo mismo en Morena, hay quien se va de Morena, a quien se va del PAN, hay quien se va del PRD y del propio PRI, pero creo que lo que cuentan aquí es convencer a los 97 millones de mexicanos que tiene que emitir una decisión, hay que ir por ellos, obviamente los liderazgos son bienvenidos, pero muchas veces pesa mucho más esa participación ciudadana”.
Cuando se le preguntó si considera que hay un PRI debilitado, respondió que es “un PRI echado para adelante, con buenos priistas” e incluso expresó su alegría por la salida de algunos de los militantes del tricolor, entre ellos el ex gobernador de Hidalgo, Omar Fayad.