Derribar la puerta para ser escuchados
Ángel Soriano viernes 8, Mar 2024Desde el portal
Ángel Soriano
Al margen de la censurable actitud de dañar la belleza e historia de nuestro país con el atentado al Palacio Nacional y de confrontar de manera violenta a la máxima autoridad del país, lo que queda en claro es que en nuestro país es necesario recurrir a las marchas intermitentes, los plantones, los bloqueos de carreteras y ahora derribar las puertas de la sede de la autoridad para ser escuchados.
Transportistas y maestros -expertos en bloqueos- se han levantado de las supuestas mesas de negociación al no encontrar respuesta satisfactoria a sus demandas de seguridad, por parte de los camioneros, que no sólo agravian y afectan su patrimonio, sino el de miles de familias, al ser alterado su ritmo de vida o la mercancía que transportan.
Los maestros han demostrado organización y combatividad para obtener lo que justamente les corresponde, pero ni aún así son atendidos: no hay capacidad para entablar el diálogo y llegar a acuerdos sin afectar a terceros y se recurre al expediente fácil de acusarlos de ser manipulados y de ser instrumento político de conspiración contra el Estado mexicano.
Derribar la puerta lateral -sobre Moneda- de Palacio Nacional es una demostración de cómo las autoridades se han cerrado al diálogo y cómo, un conflicto que tiene ya una década, no es resuelto pese a la obviedad del mismo: las instituciones del Estado incurrieron en una asociación delictuosa para atentar contra los jóvenes normalistas. No hay más.
TURBULENCIAS
Marchas enredan conflictos en Oaxaca
De las colonias marginadas de los cerros que rodean el vasto Valle de Oaxaca han salido familias afectadas por la falta de agua y se han unido a los habitantes de las colonias de la ciudad, lo mismo de las zonas residenciales y de clase media, para encontrarse con las marchas normales de organizaciones sociales y magisteriales, dando un ambiente de caos generalizado ante las dificultades del tráfico vehicular en una ciudad eminentemente turística, trazada hace 500 años y no prevista para este tipo de conflictos. Todo parece indicar que, lejos de tener una solución a corto plazo, es el inicio de los problemas que se han complicado por la falta de visión de sucesivos gobernantes que no vislumbraron problemas contemporáneos. Y para colmo, los aspirantes a puestos de elección popular siguen con ofertas electorales alejados a la realidad o peleas internas entre partidos por las jugosas posiciones en juego, pero no de atención a la comunidad… Lamentable espectáculo el del Congreso de Puebla, donde les cierran el paso a los diputados suplentes, cuyos propietarios van por más, solicitando licencia por 30 días, para evitar perder su curul y seguir recibiendo sus dietas. La situación amerita que el mismo Congreso legisle para no ser rehén de políticos que han secuestrado al Congreso y lo mismo cobran en el Legislativo que en el Ejecutivo sin que exista, en la práctica, la división de poderes o el contrapeso entre los mismos… La agresión a Palacio Nacional es una oportunidad para que el farsante -como lo califica el presidente López Obrador-, del senador Emilio Álvarez Icaza demuestre de qué lado está: o es legítimo defensor de los derechos humanos o solo lucra con ellos para obtener prebendas políticas y económicas desde hace décadas; deberá demostrar la honestidad de sus banderas porque esta en duda si realmente defiende a los ciudadanos afectados por decisiones de poder o utiliza estas para seguir manipulándolos y engañando a la sociedad con el uso de membretes nacionales y extranjeras que sólo buscan intervenir en la política interna de México. Esta es una buena oportunidad.
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