El merolico de Palacio
Alberto Vieyra G. lunes 18, Mar 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
De acuerdo con el tumbaburros y de estudiosos de la sociología popular, merolico quiere decir: “Charlatán callejero, embaucador, por lo común curandero, que anuncia y encarece lo que vende, de ordinario baratijas, medicinas o de artefactos de raras y maravillosas propiedades, a grandes voces y en lenguaje ampuloso, como para llamar la atención de los transeúntes”.
Se habla de que Meroil-Yock, fue un judío polaco que llegó a México cuando Fernando Maximiliano de Habsburgo cobraba como el segundo emperador de México. Se habla de que Meroil o Juan Rafael estudio medicina en México y por las calles de la gran ciudad vendía hasta perlas de éter y otros medicamentos que según él eran capaces de curar hasta los muertos. Enorme alharaca armaba Meroil en cada lugar donde se plantaba. Se cuenta que este personaje popular desapareció un día sin dejar rastro, pero desde entonces a quienes en las calles o en la política hablan hasta por los codos se les conoce vulgarmente como merolicos charlatanes.
¿Por qué hago historia? Mire usted.
Este jueves 14 de marzo, escuché en el programa de Ciro Gómez Leyva al arrepentido senador morenista Germán Martínez, quien no tiene pelos en la lengua y como pocos critica a Andrés Manuel López Obrador, a quien ha tachado de ser el merolico de Palacio. El senador, sin partido bien podría pasar a la historia como el Belisario Domínguez del siglo XXI.
Recordaré que al ilustre senador chiapaneco, el usurpador Victoriano Huerta le mandó cortar la lengua. Y es que don Belisario le daba a la yugular al usurpador Victoriano Huerta cuando en aquél memorable discurso ante senadores del 23 de septiembre de 1913, pronuncio:
“La Representación Nacional debe deponer de la Presidencia de la República a don Victoriano Huerta, por ser él contra quien protestan con mucha razón todos nuestros hermanos alzados en armas y de consiguiente, por ser quien menos puede llevar a efecto la pacificación, supremo anhelo de todos los mexicanos […] ¿dejaréis, por temor a la muerte, que continúe en el poder?”.
Sin ambages, Germán Martínez no duda que AMLO ha llevado a México al peor baño de sangre, después de la Revolución Mexicana y que “ya debe largarse, pero con carretadas de votos en contra el próximo 2 de junio”. Y hace la gran pregunta: ‘¿Señor Presidente, nos urge saber su reconocerá usted su derrota electoral o ya está fraguando su ridícula protesta como en el 2006 cerrando las principales calles de la Ciudad de México?’ Y hasta que se cansó le llamó el merolico de Palacio que vende mentiras todos los días como cualquier charlatán.
El ilustre michoacano sostiene que AMLO está enredado en sus propias mentiras por el caso de los normalistas de Ayotzinapa, asunto con el cual topó con el Ejército y urge a que la próxima candidata presidencial, que no será quien se ostenta como científica ambientalista, debe devolverles a los criminales el miedo y mandar al Ejército a los cuarteles, tema del cual no quiere saber nada doña Claudia Sheinbaum, quien a regañadientes firmó el documento por la paz impulsado por la iglesia católica mexicana, porque, según ella, “el país está en paz”.
¿El país está en paz cuando estados como Michoacán, Guerrero, Chiapas, Edomex, Zacatecas, Sonora, Veracruz y otros son un auténtico polvorín en el que imperan las mafias criminales y la ingobernabilidad?











