El millonario Elon Musk dice adiós al gobierno de Trump
Mundo lunes 2, Jun 2025- De aliado incondicional a asesor descontento
- Deja el Departamento de Eficiencia Gubernamental, creado para “reducir el despilfarro”

El presidente Donald Trump despidió en el Despacho Oval a Elon Musk, que promete seguir siendo “un amigo y un consejero del presidente”.
Tras sucesivas y millonarias pérdidas en sus empresas y su “decepción” por el plan fiscal impulsado por su hasta ahora cercano aliado, el presidente Donald Trump, el magnate Elon Musk se despide de su cargo en el gobierno de Estados Unidos.
Así, el encargo de adelgazar la administración al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge) terminó el pasado viernes, 130 días después, plazo máximo que manda la ley para los “empleados especiales” y que empezó a contar con la toma de posesión de Trump.
“Seguiré siendo un amigo y un consejero del presidente, continuaré visitando este magnífico lugar, y colaborando [con la Casa Blanca]“, añadió el empresario ante el mandatario republicano en el Despacho Oval.
Previamente, había anunciado su salida en un mensaje en redes sociales:“Al finalizar mi mandato como empleado especial del gobierno, quiero agradecer al presidente Donald Trump por la oportunidad de reducir el gasto innecesario”, dijo sobre su labor al frente del controvertido departamento, creado a su imagen para “reducir el despilfarro” en el gobierno estadounidense.
De donante a empleado gubernamental
Cuando se creó su oficina, se anunció que su trabajo debía concluir el 4 de julio de 2026, coincidiendo con el 250 aniversario de la fundación de Estados Unidos.
Pero Musk deja ahora su puesto de asesor de la Casa Blanca, aprovechando que expira el límite legal de 130 días que tenía su contrato como empleado temporal.
Durante la campaña presidencial de 2024, el magnate de origen sudafricano se convirtió en uno de los principales donantes del entonces candidato Trump, a quien acompañó en mítines y eventos de recaudación de fondos.
Elon Musk, clave en la campaña de Trump
Su popularidad entre la comunidad tecnológica y su influencia en X, propiedad del hombre más rico del mundo, ayudaron a ampliar el mensaje del republicano.
El dueño de Tesla y SpaceX se dedicó de lleno a sus tareas como asesor y líder de Doge tras la ceremonia de investidura en enero pasado, en la que ocupó un sitio privilegiado.
Su participación en las reuniones de gabinete, algo inédito para un empleado temporal, demostró la cercanía con Trump, quien se sentó en febrero junto a Musk en una entrevista conjunta con la cadena Fox, donde ambos se deshicieron en elogios mutuos.
En los primeros cuatro meses del segundo mandato de Trump, Doge ha recortado el Gobierno, despidiendo al menos a 121,000 empleados, desmantelando varias agencias federales y suspendiendo programas de ayuda internacional, acciones que han sido impugnadas en tribunales.
El propio Musk se fijó como objetivo ahorrar 1 billón de dólares a las arcas públicas, pero luego rebajó el tamaño de sus recortes a 150,000 millones.
Medios como The Washington Post revelaron que DOGE exageró lo ahorrado, que finalmente se cifra en unos 9,300 millones.
La Administración de Trump ha sido vaga sobre la magnitud de la labor y el alcance de Doge, blanco también de varias demandas por su opacidad y el acceso de sus trabajadores a información sensible.
Ataques a Tesla y críticas al megaproyecto fiscal de Trump
La participación cada vez mayor de Musk en la política provocó una baja en la popularidad del magnate y de sus compañías.
Los ataques contra los vehículos de Tesla y las protestas frente a concesionarios contribuyeron a una caída del 71 % en las ganancias de la empresa en el primer trimestre del año.
Con el aumento de la presión sobre sus negocios, también llegó la frustración con Washington. “La situación de la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba”, dijo a The Washington Post.
En abril, expresó desacuerdos con la guerra arancelaria lanzada por Trump y también anunció que, poco a poco, iría dejando sus responsabilidades en el DOGE.
Sus críticas al ambicioso plan fiscal y presupuestario impulsado por Trump fueron un signo de ruptura y preámbulo de su partida definitiva: denunció que el proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes y enviado al Senado «socava» su labor por cortar el despilfarro y, en su lugar, añade al déficit público.
El caos que deja Elon Musk y su polémico departamento
Aunque Musk prometió eficiencia y modernización en la administración de Donald Trump con la creación del Departamento de Eficiencia Gubernamental, deja tras de sí un rastro de incertidumbre y funcionalidad reducida.
El magnate ha hecho gala de centrar sus esfuerzos en sus empresas tecnológicas, afirmando que ha dedicado demasiado tiempo a la política y que planea reducir su gasto político en el futuro.
Con su marcha, Musk deja en manos de sus acólitos instalados en puestos clave del Gobierno federal un montón de planes a medio hacer y agencias destripadas. Su marcha deja el ya caótico impacto de Doge en el gobierno en un limbo aún más gris, con preguntas sobre cuánto poder tendrá el nebuloso grupo de trabajo sin él y quién, si es que hay alguien, podría reconstruir los programas y servicios que destruyó.
El destripamiento por parte de Musk de USAid, el que fuera el mayor proveedor individual de ayuda humanitaria del mundo, es uno de los ejemplos más crudos del desorden y el daño que han causado los recortes. Estados Unidos canceló aproximadamente el 83% de los programas de USAid, poniendo en peligro servicios en todo el mundo destinados a la ayuda humanitaria y la prevención de enfermedades.
Uno de los programas pioneros de USAid, Pepfar, que coordina la respuesta estadounidense al VIH/sida, ha visto reducidos sus servicios en todo el mundo y su personal ha quedado sumido en la confusión sobre lo que puede seguir haciendo por las personas que confiaban en su organización. Los recortes de Doge al programa han amenazado asimismo el despliegue de un nuevo medicamento contra el VIH que los investigadores han aclamado como un “milagro” por su eficacia.