La producción mundial de cocaína se cuadruplica en una década: ONU
Mundo lunes 30, Jun 2025- Alcanza un nuevo récord
- El tráfico de coca, metanfetamina y heroína genera más de 12,000 mdd anuales en el país

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De acuerdo al Informe Mundial sobre Drogas 2025 de la ONU, la producción mundial de cocaína alcanzó nuevos máximos, al situarse en 3,700 toneladas de droga pura en 2023, un incremento del 34% con respecto al año anterior y su mercado se expande más allá de América y Europa.
En 2014 la producción estimada de cocaína se situaba aún en 869 toneladas, lo que supone que en menos de una década se ha cuadruplicado con un crecimiento alarmante en Asia y África.
“Estamos viendo un mercado de la cocaína que vuelve a alcanzar niveles récord. Ya lo dijimos el año pasado, y este año la producción ha seguido aumentando”, indicó Angela Me, la autora principal del informe.
Un aspecto revelador es la diversificación de las rutas del narcotráfico, que ya no se limitan a Europa o Norteamérica, sino que incluyen cada vez más a África, Asia e incluso Australia.
“El caso de Asia es particularmente preocupante: es la región más poblada del mundo. Si el mercado de la cocaína empieza a consolidarse allí, incluso un bajo porcentaje de consumo implica un volumen potencialmente enorme”, explicó Me, que señaló un aumento del consumo en Japón, China o India.
También crece el consumo
El consumo de cocaína también creció, con 25 millones de personas que usaron esa droga en todo el mundo, frente a los 17 millones registrados una década antes.
La prevalencia global del consumo entre personas de 15 a 64 años pasó del 0,36 % en 2013 al 0,47 % en 2023. América del Norte, Europa, y América del Sur siguen siendo las principales regiones consumidoras, pero la demanda está en aumento en África y Asia.
La subida de la producción ha ido acompañada de un récord en las incautaciones: en 2023 se decomisaron 2.275 toneladas de cocaína en todo el mundo, un 12 % más que en 2022. De ese total, el 98 % se concentró en los mercados tradicionales de América y Europa.
No obstante, las incautaciones en África y Asia aumentaron un 84 %, lo que también apunta a un crecimiento de esos mercados.
El informe recuerda que mientras que la estimación de producción es de cocaína pura, los decomisos son de droga ya adulterada.
De todos los cultivos de hoja de coca, 376,000 hectáreas, la mayor parte de ellas, 253.000, se encuentran en Colombia y aumentaron un 10 % respecto al año anterior. En contraste, la superficie cultivada con coca en Bolivia se mantuvo estable y en Perú se redujo levemente.
Según el informe, la concentración de la producción en zonas de alto rendimiento ha permitido aumentar la eficiencia de los laboratorios ilegales, elevando la pureza y su valor final en el mercado internacional.
“Radiografía” de las redes del narcotráfico que generan cientos de miles de millones
El narcotráfico mueve cada año cientos de miles de millones de dólares en todo el mundo, una economía criminal mayor que el Producto Interior Bruto (PIB) de muchos países, y que financia organizaciones criminales con poder para desafiar a Estados y corromper instituciones.
El Informe de la ONU explica el vínculo entre el narcotráfico y el crimen organizado, y subraya que constituye la principal fuente de ingresos para los delincuentes.
Si bien no hay una cifra global, los datos regionales permiten hacerse una idea de la situación: solo en Estados Unidos, el mercado minorista de drogas generó 146,000 millones de dólares en 2016, el 0.8% del PIB de la mayor economía del planeta.
En la Unión Europea, ese mercado alcanzó los 31,000 millones de euros en 2021, equivalente al 0.3% del PIB comunitario.
Entre 2015 y 2019, Colombia exportó cocaína por un valor anual estimado entre 1,200 y 2,600 millones de dólares. En México, el tráfico de cocaína, metanfetamina y heroína generó, en conjunto, más de 12,000 millones de dólares anuales.
Estas economías ilegales -señala el informe- no sólo sostienen actividades criminales: alimentan organizaciones que pueden desafiar al Estado con el uso de la violencia, la corrupción y el control territorial.
El informe analiza también los grupos especializados en narcotráfico, que no operan bajo el mismo patrón.
Algunos se estructuran como organizaciones centralizadas, con jerarquías estrictas, roles definidos y un fuerte control interno.
Este es el caso del Cártel de Sinaloa, la Camorra napolitana en Italia o el Primeiro Comando da Capital (PCC) en Brasil, que imponen normas internas, ejercen control sobre territorios y usan la violencia de forma generalizada para proteger sus operaciones y reputación.
En estos grupos, la toma de decisiones está concentrada en puntos clave de la jerarquía, lo que los hace más vulnerables si son correctamente identificados y desarticulados.
La detención de los mandos intermedios, según el reporte, suele generar más problemas que eliminar a los líderes visibles, cuya ausencia puede desencadenar guerras internas y un aumento de la violencia.
Frente a esta diversidad organizativa, el informe advierte de que las políticas de “mano dura” o las operaciones indiscriminadas son, en general, poco eficaces y no debilitan a estas redes criminales.