PAN, débil y en conflicto
* Especiales, Roberto Vizcaíno jueves 1, Dic 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Con los candidatos presidenciales del PRI y PRD definidos, los panistas no se deciden
- La reunión de definiciones del lunes pasado en la sede del PAN no llegó a conclusiones
- Vázquez Mota quiere abrir el proceso y Creel dice que no declinará
Hay quienes dudan de sus resultados con razón, pero las encuestas son hasta hoy el mejor ejercicio para recoger el sentir masivo de la población y éstas dicen que en la contienda presidencial del 2012 el priísta Enrique Peña Nieto es el puntero, y que le sigue Andrés Manuel López Obrador; en tercer lugar viene la panista Josefina Vázquez Mota.
En lo que va de noviembre, el PRD, PT y ex Convergencia decidieron por encuesta que su precandidato único era Andrés Manuel López Obrador. El método de selección funcionó porque el otro contendiente, el jefe de gobierno capitalino, el ex salinista y ex priísta Marcelo Ebrard lo validó, legitimó y se retiró, como lo había prometido de no resultar el señalado por las dos encuestas que se levantaron para este caso.
Días después, el PRI emitió su convocatoria y el senador Manlio Fabio Beltrones, no sin hacer ciertos pucheros, anunció a su vez su decisión de no inscribirse como precandidato.
Como consecuencia de esa decisión, el domingo pasado el único que se inscribió como precandidato del PRI fue el ex gobernador Enrique Peña Nieto, y su pase automático para ser precandidato presidencial oficial del tricolor lo celebró con un acto masivo en la explanada de la sede central al que acudieron 18 de los 19 gobernadores de ese partido; los líderes de los sectores y organizaciones, alcaldes, diputados y senadores y ex dirigentes de todos los niveles.
Desde entonces, Andrés Manuel López Obrador se ha dedicado a dar marcha atrás en su beligerancia, a hacer las paces y sentar una nueva relación con sus anteriores enemigos: Televisa, principalmente y “Los Chuchos”, que dentro del PRD son la corriente mayoritaria y mejor organizada.
Se ha reunido con empresarios, industriales, inversionistas, comerciantes, a quienes anteriormente prácticamente estigmatizó y calificó de pillos y ha mostrado una nueva cara electoral donde las palabras amor y paz predominan.
El precandidato del PRI, Enrique Peña Nieto, no se ha quedado atrás y ha realizado un periplo por estaciones de radio y centros patronales, a fin de continuar explicándoles sus proyectos y propuestas y en el ínter hasta presentó un libro que bien podría ser el eje de su programa de gobierno.
En este contexto de campaña abierta, sólo hace falta que el PAN diga quién de los tres aspirantes -Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero-, es su candidato.
Pero en eso están entrampados desde hace rato. Luego de la declinación de Alonso Lujambio y de Javier Lozano, y de que proliferan los llamados internos a definir ya, ahora mismo, de una buena vez a su abanderado presidencial, la dirigencia encabezada por el chihuahuense Gustavo Madero insiste en que eso ocurrirá hasta mediados de febrero.
Todo indica que quien no acierta a tomar una decisión es el presidente Felipe Calderón, líder real de Acción Nacional, y que en su indefinición está arrastrando a su partido a un desastre en las elecciones federales del próximo año, donde no sólo se elegirá a su sucesor en Los Pinos, sino a los 500 nuevos diputados federales, a los 128 senadores, a 6 gobernadores, al jefe de gobierno del DF, a los 16 delegados y a los miembros de la Asamblea Legislativa.
Si Calderón no acierta a decidir quién debe de ser el candidato presidencial del PAN, menos lo podrá hacer en todos los casos de las otras elecciones.
En medio de ese caos hay dos personajes que ya se apuntaron para aprovechar el río revuelto y promocionarse como aspirantes al Senado: uno es el hasta ahora secretario del Trabajo, Javier Lozano y la candidata perdedora de la elección a gobernador en Michoacán, Luisa María Calderón, hermana del Presidente.
El primero ha anunciado que ya limpia su escritorio y arregla documentos, a fin de dejar la secretaría a su cargo, para ir directo a inscribirse como aspirante a senador.
La segunda ha tomado la posibilidad de llegar a la nueva sede de la Cámara alta en Paseo de la Reforma e Insurgente en la ciudad de México, como una compensación a su descalabro en Michoacán. Dicen quienes la conocen que siente que su hermano se la “debe” y que no la descartará de las listas pluris del PAN para el Senado.
LA DISPUTA: Hoy, en medio de todo este contexto, con dos candidatos que se alejan rápidamente, los tres aspirantes presidenciales de Acción Nacional brincan, levantan la mano y piden la palabra para exigir cada uno de ellos ser el elegido.
Pero volvemos a lo mismo: las encuestas indican que quien de entre los tres tiene las mayores posibilidades es doña Josefina Vázquez Mota, quien sola le saca muchos puntos de preferencias a sus compañeros.
Presionados por los acontecimientos y los lanzamientos de candidatos en el PRI y la llamada izquierda, los panistas tuvieron un nuevo encerrón en la sede nacional del PAN a principios de la semana, al que acudieron el nuevo secretario de Gobernación, Alejandro Poiré y el secretario particular y evidente operador político y electoral del presidente Felipe Calderón, el diputado con licencia Roberto Gil Zuarth, así como la dirigencia blanquiazul encabezada por Madero.
Varias horas duró el encuentro. El objetivo era no el de bajar a uno de los tres, sino dilucidar quién debería ser el nominado.
No hubo ni avance ni acuerdo. Pero salieron peor, porque quedó en evidencia que su jefe quiere que ellos decidan por él.
Con las cosas así, el dirigente nacional panista Gustavo Madero, lo que hizo fue ratificar que sigue adelante el método para que una posible encuesta que defina quien queda fuera de entre los tres, se realizaría sólo entre militantes.
Josefina Vázquez Mota quien lleva las preferencias entre las bases panistas y en población abierta, exigía que el sondeo se realizase entre la población abierta, donde tiene mayores posibilidades. Ni Creel ni Cordero lo aceptaron y menos Madero.
En todo este jaleo, otro de los hechos que quedó en evidencia, es que el presidente Calderón ya no es tomado en cuenta por ninguno de los tres aspirantes, pues ni Poiré ni Gil Zuarth los pudieron convencer de ir a una eliminatoria sin conflictos. Evidentemente que todos ellos sabían que tanto el secretario particular como el titular de Gobernación, eran los representantes personales de Calderón en ese encuentro.
Por el contrario, ayer todavía Vázquez Mota insistió en que la encuesta que elimine a uno de los tres debe realizarse entre la población abierta, y no sólo entre panistas.
“Yo hablo de abrir una candidatura que desde el PAN tenga la fuerza ciudadana incluyente, que reconozca la diversidad de formas de pensar, de vivir en nuestro país porque si bien vas a gobernar desde tus condiciones, vas a gobernar para todos y aquí tienes que salvaguardar desde el estado de Derecho, sus principios respeto que merece, y me parece que tenemos la gran oportunidad de hacerlo.
“O sea, hay que regresar al propósito ciudadano si queremos que los ciudadanos también nos acompañen”, dijo a ser entrevistada por Denise Maerker en la radio.
El más expuesto de los tres por su enemistad y desencuentro con Calderón, el senador Santiago Creel, intentó curarse de antemano ante un posible golpe de palacio, y dijo que a él nadie le ha pedido que se baje de esta contienda y, ante la versión de que uno de los tres tiene que declinar, dijo que eso le haría más daño que beneficio a su partido.
“Por el bien del Partido Acción Nacional (yo) no me retiro de la contienda. Sería mal para el partido que se cancelara la competencia, pues para un partido democrático como el PAN es esencial”, indicó.
Esta es una condición todavía más importante, agregó, cuando “los otros partidos están operando a la antigüita, están nombrando a sus candidatos por aclamación, por cargadas… (de ahí que) es bastante conveniente que los tres lleguemos al final”.
Desde Querétaro, donde estuvo acompañado por el ex gobernador Ignacio Loyola Vera, el senador con licencia dijo que él siente tener un compromiso con quienes en todo el país lo apoyan.
Creel afirmó tener encuestas, donde él va arriba dentro del PAN con 40 puntos de preferencias, seguido por Vázquez Mota con 34 y por Cordero, muy abajo.
Lo cierto es que los posicionamientos de cada uno de los tres aspirantes blanquiazules, advierten que su partido está en un verdadero dilema del cual puede salir muy dañado y debilitado, directo al fracaso.