En busca de la unidad
Ramón Zurita Sahagún miércoles 8, Feb 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Seguir unidos es la consigna principal que se plantea en los tres principales partidos políticos que buscan ganar la Presidencia de la República.
Panistas, priístas y perredistas se encuentran conscientes de que las divisiones y fracturas del pasado han sido las causas principales de sus fracasos electorales.
Buscar la reconciliación entre los perdedores de la candidatura presidencial de cada uno de esos partidos es una premisa, como también lo es reconciliarse con figuras del pasado.
Los priístas ya lo hicieron, de cierto modo, aunque los integrantes del equipo del (pre)candidato marginaron de alguna forma a los únicos dos ex candidatos presidenciales perdedores, Francisco Labastida Ochoa y Roberto Madrazo Pintado.
A cambio de ello, tendieron puentes con Manlio Fabio Beltrones, el único militante tricolor que le hizo un poco sombra a la cantada nominación de Enrique Peña Nieto.
Intentaron cooptar a ex priístas que se fueron del partido en tiempos no tan remotos y casi lo logran con las huestes de Elba Esther Gordillo Morales, negociación caída de último momento.
A cambio de ello, los priístas mantienen cerca a personajes como Rosario Robles, ex presidenta nacional del PRD y ex jefa de gobierno del Distrito Federal, así como a Roberto Campa Cifrián, ex candidato presidencial de Nueva Alianza y uno de los principales operadores políticos de Gordillo Morales. Tienen entre sus aliados a los hermanos Círigo-Arce, Víctor Hugo y René, así como a Ruth Zavaleta e intentan convencer a otros militantes importantes de otros organismos ajenos al PRI.
Los perredistas comprendieron, aparentemente, que las fracturas internas les perjudican y les arrebatan votos necesarios para el triunfo, razón por la que han perdido bastiones importantes, incluida la Presidencia de la República hace seis años.
El enojo de Cuauhtémoc Cárdenas contra Andrés Manuel López Obrador provocó la apatía de sus operadores y que el tres veces candidato presidencial se segregara de la campaña electoral del tabasqueño.
Cuauhtémoc se mantuvo ajeno y alejado del candidato presidencial de la izquierda, sin llegar al rompimiento, lo que pudo haber repercutido en los votos que le hicieron falta al tabasqueño.
Ayer, los dos únicos candidatos presidenciales que ha tenido en su historia el PRD, sellaron su pacto para ir juntos en la contienda del primero de julio.
López Obrador y Cárdenas Solórzano se reunieron para la presentación del programa “Un México para todos”, donde el segundo plantea 20 puntos como parte del programa de gobierno de la izquierda, en caso de ganar la Presidencia de la República.
Para los propósitos electorales resultó una buena noticia para la izquierda el que Cárdenas Solórzano y López Obrador participaran en esta reunión.
Antes de eso, el tabasqueño consiguió que la nominación del candidato presidencial, distinción que recayó en él, no afectara la alianza establecida con Marcelo Ebrard Casaubond, quien quedó relegado de la oportunidad de contender como candidato de la izquierda.
Hasta con “Los Chuchos” se logró una reconciliación o, cuando menos, un alto al fuego amigo, hasta el final de la campaña electoral.
Corresponde ahora a los panistas mostrar que su proceso interno no dejó heridas abiertas y que la cicatrización es rápida y que la evolución de las mismas suceda en tiempo y forma.
Como no sucedía desde hace mucho tiempo, la contienda interna se polarizó en forma pública, situación que antes no ocurría en este partido, donde la ropa sucia se lavaba en casa y solamente trascendía parte de la disputa.
Sin embargo, pareciera ser que quedó en el pasado la oposición férrea de algunos sectores hacia la candidatura de Josefina Vázquez Mota y que hoy es una candidata fuerte dentro de su partido. Por lo pronto, la misma Josefina comentó que su relación con el Presidente Calderón es excelente, aunque siempre se comentó que no era la primera opción para competir con los colores del PAN en la contienda presidencial.
Debido a eso, como los otros dos partidos, los panistas buscan aliados de fuera que les vengan a dar ese plus necesario para conquistar, en su caso, por tercera ocasión consecutiva, la Presidencia de la República.
Habrá que ver cuál operación cicatriz es la que mejor evoluciona, desde el 30 de marzo en que arrancan las campañas presidenciales oficiales y hasta el primero de julio, fecha de la elección federal y si en verdad la unidad que tantos problemas genera a candidatos y dirigentes de los partidos funciona en realidad o si queda, nuevamente, fracturada en cuanto se conozcan las candidaturas al Congreso de la Unión, como ha sucedido en ocasiones pasadas.
GODOY QUIERE FUERO
La decisión de Leonel Godoy Rangel de regresar a ocupar su escaño senatorial, luego de dejar el gobierno de Michoacán es una muestra de que el perredista solamente busca la protección del fuero.
Sin embargo, esa protección solamente le servirá hasta el 31 de agosto, fecha en que concluye su cargo para el que fue electo el 2 de julio de 2006 y que dejó para irse a gobernar Michoacán, previo paso por la candidatura.
El desgarriate de su gobierno y el haber entregado la plaza de regreso al priísmo, decidió a Godoy Rangel para ocupar de nueva cuenta la posición en el Congreso de la Unión.
Hay que recordar que Julio César Godoy, hermano de Leonel, continúa prófugo de la justicia, acusado de vínculos con el crimen organizado.
Por lo pronto, Fausto Vallejo Figueroa, el candidato priísta triunfador en la contienda de noviembre, se apresura para tomar posesión del cargo de gobernador de Michoacán, a partir del 15 de febrero próximo.