Pobreza
Augusto Corro viernes 23, Mar 2012Punto por punto
Augusto Corro
Al cierre de 2012, en México habrá 60 millones de personas en condición de pobreza, 15 millones más de las que se encontraban al concluir la administración de Vicente Fox.
Así, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa será recordado como el sexenio de la pobreza, dijo el director del Centro de Investigaciones en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, José Luis de la Cruz.
La precarización del mercado laboral y el bajo crecimiento económico del país, es decir el empleo insuficiente han sido determinantes para que aumentara el número de pobres, explicó el catedrático.
Desde luego, De la Cruz se refirió también, al salario raquítico que recibe la clase trabajadora y al sueldo mínimo que “es 23% de lo que era en los años 70, es decir que hoy se tiene que trabajar cuatro días para tener un salario con valor de lo que era hace cuatro décadas”.
No faltó el tema de los ninis, que son aquellos siete millones de jóvenes que ni trabajan ni estudian. La información del funcionario del Tecnológico de Monterrey se apoya en las estadísticas frías de los economistas.
Sin embargo, no se necesita poseer conocimientos o datos tan profundos para saber que México no progresa, que se encuentra detenido por la ineptitud de los gobiernos panistas de los últimos dos sexenios: los índices de pobreza creciente son la mejor prueba del estancamiento económico.
Vicente Fox fue el presidente del cambio que no llegó. No supo qué hacer cuando arribó a Los Pinos. Nunca alcanzó a entender que había superado la etapa de candidato. Seis años arrojados a la basura. Se trató de un sexenio dedicado a la frivolidad política.
En el caso de Calderón, durante su campaña electoral, se comprometió a crear fuentes de trabajo suficientes. Todo quedó en buenos deseos. Lo de Presidente del Empleo, como fue calificado por sus simpatizantes, quedó en una broma de mal gusto.
En estos días, el propio Calderón y el golpeador Javier Lozano, ex secretario del Trabajo, presionan a los diputados para que a aprueben una nueva Ley Laboral, que según ellos resolverá el problema del desempleo: “A ver a qué horas “, exige Calderón a los legisladores.
En los últimos cinco años del gobierno de Calderón, el sector laboral estuvo en el abandono total. Solamente resultaron beneficiados aquellos sindicatos de industria y el magisterio. Los privilegiados de siempre.
El resto de la clase trabajadora tuvo que soportar, estoicamente, los embates de una economía globalizada, en quiebra, que pone entre la espada y la pared a los sectores más desprotegidos. Como se señaló arriba, el poder de compra de un obrero casi desapareció.
En el campo, también se vive una situación difícil, compleja: la sequía hace estragos entre las poblaciones rurales que carecen de los alimentos básicos para su sobrevivencia. Las autoridades en vez de buscar soluciones de fondo recurren a medidas superficiales que en nada benefician a los afectados.
Apenas se puede creer que las etnias, con más de 15 millones de indígenas, solo sean recordadas cuando la hambruna empieza a diezmarlas. En algunas entidades el problema de la falta de agua tiende a agudizarse. En fin, el sexenio de Calderón también será recordado por otros errores del gobierno, no solo por el incremento de mexicanos pobres.
Inseguridad
La inseguridad se encuentra peor que hace un año, según el último reporte del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Este será otro cuestionamiento que estará presente en cualquier análisis sobre la administración de FCH.
La mayoría de los mexicanos entrevistados sobre el tema, confirmaron que en este rubro continúan los números rojos. Además, no esperan ningún cambio para los próximos doce meses.
La información se desprende de la última encuesta sobre seguridad pública realizada por el mencionado instituto.
Las personas interrogadas acerca de la seguridad pública en el país hoy en día comparada con la que se tenía hace 12 meses, 68.8% contestó que “peor o mucho peor y 27.2% mencionó que igual y 6% aseguró que mejor o mucho mejor”.
A principios de mes, la diputada Esthela Damián Peralta declaró que “la percepción de inseguridad por parte de la ciudadanía creció a nivel nacional, al pasar de 47 en 2001 a 70 personas en 2010 por cada 100 habitantes”.
Añadió que en ese mismo año, los homicidios dolosos pasaron de 15 a 18 por cada cien mil habitantes; los robos con violencia de 185 a 204 y las extorsiones de 32 a 39.
Los delitos que más impactan la percepción de la seguridad son: el secuestro, actividades relacionadas con el crimen organizado, extorsión, violencia, robo de vehículos, homicidio y asaltos con arma blanca.
La guerra contra la delincuencia organizada desató una ola de violencia sin límites que afectó la seguridad pública y dañó el tejido social.
En la lucha de la fuerza pública contra los cárteles y estos entre ellos, la cifra de muertos rebasa los cincuenta mil, al mismo tiempo el número de desaparecidos es de miles.
Esas acciones violentas se registran en todas partes del territorio nacional y han llevado el miedo y el terror a la población.
En algunas ciudades el temor a ser victimado por alguna bala perdida o encontrarse en medio de una balacera, ha cambiado la forma de vida: la gente tiene miedo de salir a la calle en cuanto anochece.
Teme a los asaltos a los secuestros, a que su vida cambie de un momento a otro, porque se vive en una selva sin leyes, donde se ha perdido el respeto a la vida humana.
Feliz fin de semana.