Elecciones 2012 • (mayo 28)
Elecciones 2012 martes 29, May 2012Augusto Corro
Miguel Ángel Mancera, candidato de las izquierdas al gobierno capitalino, sigue al frente en las encuestas sobre las preferencias electorales con el 62%.
Los resultados del tercer debate confirmaron que el ex procurador del Distrito Federal lleva una amplía distancia a sus adversarios políticos.
Antier, se reunieron los aspirantes para presentar sus proyectos de gobierno para aplicarlos en caso de acceder al poder.
Participaron Beatriz Paredes, del PRI-PVEM; Rosario Guerra, de Nueva Alianza; Isabel Miranda de Wallace, del PAN; y Miguel Ángel Mancera, del PRD, PT y Movimiento Ciudadano.
Se trató de un debate de puro trámite. Los aspirantes tuvieron actitudes positivas de civilidad política. Es de agradecerse. La guerra del lodo no tuvo cabida en la discusión.
Los problemas de una gran ciudad como lo es el Distrito Federal son múltiples y algunos, la verdad sea dicha, no tienen solución. O que alguien me diga cómo erradicar la corrupción.
Salvo uno que otro intento de descalificación entre los candidatos, los cuatro coincidieron en temas fundamentales señalados en el formato de la comparecencia.
Coincidieron en ampliar la Línea 12 del Metro, sustituir microbuses, reparar fugas de agua, recuperar espacios públicos y utilizar la basura para generar energía, etc.
Además, Mancera ofreció propuestas para mejorar el desarrollo urbano de la capital.
Beatriz Paredes planteó el abasto total de agua. Rosario Guerra se refirió a las políticas públicas encaminadas a la sustentabilidad de la ciudad con ayuda de las mujeres.
Isabel Miranda de Wallace dijo que el transporte público en el DF es ineficiente, contaminante y peligroso.
En fin, las denominadas izquierdas capitalinas mantienen la hegemonía política en el valle de México desde hace dieciocho años. El PRI y el PAN tuvieron abandonada la plaza todo ese tiempo. Así pues, Mancera se mantiene de puntero en la competencia, con una ventaja más que holgada.
LOS INDIGENAS
La campaña electoral de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), candidato de las izquierdas, es superficial y selectiva.
Por ejemplo, invierte todo el tiempo que sea necesario para asistir a las reuniones de los grupos de empresarios. Hasta cambia el tono de su discurso para atraerse las simpatías de quienes en la elección pasado votaron en su contra.
No asume la misma conducta con los indígenas mexicanos que se encuentran dejados a su suerte. No se escuchan los pronunciamientos de AMLO a favor de las etnias más agredidas por los intereses de los caciques y de los propios gobiernos municipales, estatales o federales.
Los movimientos sociales reales no son incluidos en la agenda electoral del tabasqueño, porque seguramente no le representan una cantidad de votos suficientes para su lucha. Por lo tanto, trata las inquietudes de la población menos favorecida con relativo interés.
En el caso de los electricistas, los esmitas, como les llaman, el perredista se concretó a criticar a las autoridades federales panistas que echaron al desempleo a más de cuarenta mil trabajadores sindicalizados del SME.
A pesar de que el SME es un sindicato aguerrido que siempre apoyó causas sociales, no ha tenido la solidaridad comprometida de AMLO.
Con los zapatistas chiapanecos del comandante Marcos ni siquiera se vio el intento de convocarlos, de invitarlos a trabajar juntos políticamente. Cada quien por su lado. El propio Marcos manifestó su repudio a los perredistas.
En el caso de los conflictos de las etnias, éstas solas, a veces con ayuda de las organizaciones no gubernamentales, enfrentan a los caciques regionales y a las autoridades abusivas.
El tema de AMLO y los indígenas viene a colación porque el tabasqueño estuvo el domingo en la Mixteca Alta, allá en las montañas de Oaxaca, donde la pobreza y la persecución contra la etnia triqui a nadie le interesa.
Desde su situación cómoda y ajena a la tragedia que viven los triquis, el abanderado de los amarillos propuso hacer una tregua a movimientos sociales, sindicales, defensores de derechos humanos y luchadores sociales para lograr el cambio de régimen.
Desde la tribuna, los discursos halagan los oídos de los asistentes que saben que las palabras se las lleva el viento.
La tragedia de los triquis es conocida porque es ejemplo de los abusos de los sátrapas y caciques. Ya son varios años que la etnia triqui es diezmada por los paramilitares, porque no están de acuerdo en que el pueblo sea gobernado de acuerdo a sus usos y costumbres. Los gobernadores no aceptan la existencia de gobiernos autónomos. Lo mismo ocurre en Cheran, Michoacán, etc.
¿Qué ha hecho AMLO para frenar tanto abuso contra los triquis? Nada. Los indígenas como muchos sectores de la población solo sirven como referencia para promover el voto. Luego, se olvidan las promesas de campaña y sigue más de lo mismo: abusos, crímenes y toda clase de injusticias.