La izquierda mexicana
Augusto Corro lunes 9, Jul 2012Punto por punto
Augusto Corro
Por segunda ocasión fue derrotada la izquierda mexicana en las elecciones presidenciales. El candidato de esta corriente política, Andrés Manuel López Obrador, volvió a decir que las elecciones presidenciales no fueron limpias.
La primera vez, en el 2006, Acción Nacional le ganó al tabasqueño por menos de un punto. Se pensó que los perredistas asumirían una actitud seria para plantarse como una oposición efectiva. No fue así. Optaron por instalar un gobierno “legítimo” que les resto seriedad como organización política.
El tiempo se encargó de diluir las inconformidades de los izquierdistas y López Obrador dilapidó el capital político que acumuló en la campaña. Luego de su fracaso se dedicó a recorrer los municipios sin conseguir el apoyo decidido de la población.
En el 2012 ocurre lo mismo. Esta vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) arrolló a los denominados partidos de izquierda. Otra vez, López Obrador no acepta la derrota.
En la contienda todos los candidatos participaron con las mismas reglas. Nada más que los izquierdistas siempre se dicen las víctimas. ¿Son estos tan demócratas que no incurrieron en delito electoral alguno?
Los dirigentes de las denominadas izquierdas analizan las derrotas o victorias de sus abanderados a partir de una parte del proceso electoral: el día de las elecciones, cuando el votante acude a las urnas a manifestar su decisión política.
Al llegar el 1 de julio, los electores ya sabían por quién votar. Atrás quedó la lucha política con sus aciertos y fallas. Los errores fueron determinantes para las denominadas izquierdas. No lograron colocar su mensaje político.
¿QUÉ TIPO DE IZQUIERDA?
Después de su primera derrota, la bandera del lópezobradorismo era beligerante, impugnadora y de perdona vidas. Con el paso del tiempo, el tabasqueño pretendió incursionar en una política amorosa: la “República del Amor” que incluía el perdón a sus detractores.
En la recta final de las elecciones recientes, el tabasqueño regresó a su posición de rebeldía que lo ciega y no le permite la autocrítica.
¿Qué es la izquierda para López Obrador? Solo él lo sabe. El verdadero militante de las izquierdas hace tiempo que se alejó del lópezobradorismo: ahí están los votos que le faltaron al tabasqueño para ganar la contienda electoral.
Otra vez no le volvieron a salir bien las cosas. Su equipo de campaña no lo orientó debidamente y se alejaron de los principios. Les importó más la ambición por el poder que la ideología. La izquierda mexicana naufraga en un mar de ambiciones.
Lo que ocurre en México es conocido por los gobiernos en diferentes partes del mundo. Tan es así, que Enrique Peña Nieto, presidente electo de México, recibió las felicitaciones de mandatarios capitalistas y socialistas.
Entre la lista de los mandatarios que enviaron su felicitación a Peña Nieto, se encuentran el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; así como los mandatarios de Cuba y Venezuela, Raúl Castro y Hugo Chávez, respectivamente.
En un comunicado de la cancillería venezolana, Hugo Chávez “felicita al presidente electo Enrique Peña Nieto por haber vencido en las elecciones del pasado domingo de acuerdo a los resultados oficiales emitidos por la autoridad electoral mexicana”.
Queda claro que las izquierdas latinoamericanas no quieren saber nada del lópezobradorismo y su izquierda cómoda a la deriva. Castro y Chávez ya manifestaron su rechazo político a la sui generis izquierda mexicana.
EBRARD Y MANCERA
En algunos diarios internacionales, se plantea la condición de López Obrador ante la jerarquía política de izquierda.
Desde el exterior se ve a Marcelo Ebrard Casaubon, quizás el político con mayor influencia en el grupo de López Obrador, sin tanto entusiasmo para apoyar la causa del tabasqueño.
El jefe del gobierno capitalino tiene razón al reflexionar sobre el apoyo al tabasqueño, porque se ve que los dos tienen diferentes proyectos políticos.
Ebrard tiene un futuro prometedor, con posibilidades de convertirse en líder de toda la izquierda mexicana. Lo sabe muy bien y por eso mismo va con tiento en sus acciones. Inclusive, en círculos políticos se comenta que el mandatario capitalino podría haber tenido un mejor desempeño que el propio López Obrador.
En condiciones parecidas se encuentra Miguel Angel Mancera, quien será el nuevo jefe del gobierno de la ciudad. Su triunfo fue abrumador sobre sus adversarias políticas. Logró el máximo triunfo para las izquierdas en la ciudad de México. Tendrá que pensar muy bien si se embarca en una bronca que no es la suya.
El nuevo jefe del gobierno capitalino no puede darse el lujo de pelear con el gobierno federal.
Los problemas de la ciudad de México son enormes y solo se resolverán con la participación de las autoridades federales.
Mancera gobernará a millones de mexicanos ajenos a las pugnas políticas. Lo que éstos quieren son empleos, transporte, educación, salud, seguridad que se lograrán si los gobiernos trabajan en armonía.
¿0 acaso el enorme capital político de Mancera se dilapidará en la lucha estéril del lópezobradorismo? No será una decisión fácil por sus implicaciones en la vida política presente y futura de los personajes implicados.
Por cierto, será muy interesante saber si el tabasqueño volverá a competir por tercera vez en las presidenciales del 2018.
De ocurrir lo anterior, el panorama político dará un vuelco sensacional, porque se agudizarán las pugnas al interior del perredismo, petismo, etc., y para librar esa guerra están “Los chuchos”, “Los bejaranos”, los camachistas y todas las tribus.