El nuevo PRI
Ramón Zurita Sahagún miércoles 8, Ago 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Uno de los mensajes enviados por el PRI durante la campaña presidencial, fue el de que este partido se renovaba, ya que había aprendido de errores del pasado.
La pérdida de la Presidencia de la República ocurrida 12 años antes y la mayor competencia electoral encontrada en las distintas entidades del país, mostraban que los tricolores estaban decididos a cambiar algunas de sus formas y el estilo de gobernar.
Se comenzó a hablar del nuevo PRI, un partido con rostros nuevos y mejores propuestas que contribuyeran al mejoramiento de la vida de los habitantes del país.
Uno de los mejores ejemplos de esos rostros nuevos fueron los candidatos propuestos en diferentes niveles de las nominaciones de gobernador desde que en 2010 se eligieron 12 gobiernos estatales, en 2011 tres más y en 2012 otros siete.
En varias de esas entidades los candidatos postulados por el PRI fueron jóvenes, a los que se les otorgó la oportunidad de gobernar esos estados, aunque sus carreras eran sumamente cortas.
Se decidió experimentar con ellos y hasta el propio candidato presidencial los puso de muestra, como ejemplo de la renovación de su partido.
Cierto es que varios de esos personajes no hubiesen figurado como abanderados a gobernadores en los tiempos pasados del llamado partidazo, pero en la actualidad tienen mayores posibilidad de acceder a los cargos de mayor responsabilidad.
Rodrigo Medina de la Cruz, Nuevo León; Javier Duarte de Ochoa, Veracruz; Roberto Borge Angulo, Quintana Roo; Eruviel Ávila Villegas, Estado de México, y Roberto Sandoval Castañeda, Nayarit, representan esa sangre joven que está nutriendo al partido tricolor.
Medina de la Cruz es susceptible de ser removido por su total inoperancia y desapego a la labor de gobernante.
Nuevo León se convirtió en uno de los estados más peligrosos del país, con matanzas por doquier y una serie de tragedias que enmarcan el desgobierno imperante, con gran presencia de fuerzas del orden que no consiguen imponerlo.
La juventud del gobernador Medina de la Cruz sirvió solamente para muestrario de campaña, ya que en el terreno de los hechos resultó un experimento frustrado de buen gobierno.
Con una terrible infiltración del crimen organizado y con hechos lamentables casi diario, donde parece que reina la ley de la fuerza, Nuevo León no se puede apreciar como uno de los estados ejemplos del nuevo rostro priísta.
En Veracruz sucede algo similar a lo de Nuevo León, con un gobernador temeroso del estallido de la violencia y que en diversas ocasiones mostró que la falta de experiencia sí repercute en las acciones de gobierno.
Javier Duarte de Ochoa es un experto en finanzas, carente de experiencia política, cuya carrera fue acelerada para instalarlo como candidato priísta al gobierno de Veracruz.
Subsecretario y secretario de Finanzas en el mismo sexenio, donde además se desempeñó como diputado federal, forma todo su respaldo político.
Es otro de los rostros nuevos del partido tricolor que no llega a los 40 años de edad y que deja patente su novatez en una serie de decisiones tomadas como acciones de gobierno, algunas de las cuales fueron retiradas en tiempo.
Sin embargo, le tocó vivir episodios sumamente violentos, ya que en su gobierno aparecieron los primeros muertos apilados a la luz pública y se suscitaron una serie asesinatos de periodistas, que situaron al estado como uno de los más peligrosos del país.
Algunos eventos cuestionables como los 25 millones de pesos decomisados y luego regresados al gobierno veracruzano, desataron una ola de especulaciones sobre el muy particular estilo de gobernar de Duarte de Ochoa, quien muestra que tampoco es ejemplificante su gestión, como para que su partido se siente orgulloso de él.
Roberto Borge Angulo es el más joven mandatario del país, quien también desarrolló carrera meteórica y en un sexenio consiguió todos los cargos que lo situaron en la antesala de la candidatura al gobierno estatal.
Roberto Sandoval Castañeda, gobernador de Nayarit, apenas rebasa la cuarta década de edad y alcanzó la nominación priísta al gobierno estatal, en virtud de su gran popularidad como alcalde de Tepic.
Si bien su gestión no es tan desastrosa, tampoco es lo bonancible que esperaban los habitantes del estado, luego de la pésima administración de su antecesor, Ney Manuel González, quien dejó al estado como uno de los cuatro más endeudados del país.
Roberto Sandoval enfrenta como en varias entidades de la República, el acoso del crimen organizado, el que permea en el estado y su gestión pasa casi inadvertida por la inacción de la misma.
Contrario a ello, Eruviel Ávila Villegas camina con buen tranco por el gobierno mexiquense, donde ha enfrentado con decisión algunos problemas surgidos en los menos de 12 meses de su gobierno, al tiempo que se plasman en obras algunos de sus compromisos de campaña.