Presidente fracasado
¬ Juan Manuel Magaña jueves 13, Sep 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Híjole, qué carta la que dirigió el senador panista Javier Corral a Felipe Calderón. Lo pinta tal cual. Describe cómo cambió, por supuesto que para mal.
Me sorprende ver una forma de pensar respecto del personaje tan parecida a la mía y me hace suponer que a la de millones. Y que venga de un panista. Va a ser interesante ver cómo surgirá dentro de poco todo un coro de voces y que, entonces, con la verdad se hará una hoguera. Me llama la atención cómo los secretos del poder comienzan a ser secretos a voces, que aun así los grandes medios se obligan a callar.
Son secretos en poder de las élites que aún se tienen que autocensurar. ¿Por qué alguien podría apostar a que Televisa, por ejemplo, publique esta carta? Pero qué tal cuando el susodicho suelte el poder; ahí sí todos los conductores de este país se quitarán los lentes oscuros y gritarán pestes del personaje, pero ya para qué, si no será más que para seguir vigentes.
Vamos, el mismo Corral le advierte: “Espérate a que conozcas la condición humana a partir de que dejes el poder y entiendas que lo que más te ha perjudicado eres tú, tu carácter colérico al que le gana el coraje en cualquier momento”.
En su carta, Corral reprocha a Calderón que lo llamara cobarde por no acudir a un encuentro de legisladores en Los Pinos el 28 de agosto. Y le responde él con el mismo calificativo, porque “te has pasado de la raya”. Le dice que se equivoca porque siempre “con absoluta franqueza te he dicho lo que pienso, en tu cara, no como otros. Nunca te he tenido miedo”. Y “porque podemos aprovechar tu desahogo discutiendo nuestras diferencias cuando quieras, dónde quieras y ante quién quieras”.
Y me gusta lo que Corral explica al inquilino de Los Pinos: “La razón por la que no asistí a la reunión fue para evitar tus exposiciones interminables donde tú monologas, no dialogas, sobre las maravillas de tu gobierno y lo bien que hiciste todo, donde culpas a la campaña y al partido de la derrota pasada”. Esta es también una parte fuerte: “Fuera totalmente de la realidad, estás diciendo cosas muy delicadas y sigues insultando a tus críticos, deberías cuidar tu investidura”.
Corral le dice a Calderón: “No es difícil comprender que tu malestar contra mí proviene de que he sido crítico de tu política en telecomunicaciones, radio y televisión”. Le hace ver que en otras cosas ha defendido el sexenio, “aunque sé que en el fondo quieres incondicionales”. Y viene lo mejor, cuando le escribe a Calderón que: “Los resultados de tus políticas están a la vista. El duopolio televisivo es hoy más poderoso que hace seis años (…) El partido ha estado perdiendo elecciones (…) Tu debilidad ante Televisa se ha visto desde que eras candidato. ¿No te acuerdas de la Ley Televisa? ¿Cuál fue tu papel en su aprobación? Este 1 de diciembre le vas a entregar en San Lázaro la banda presidencial a Peña Nieto. Lo sabes bien, ese momento condensará como ninguna crítica o análisis, tu fracaso”.
Corral le dice otras lindezas, como: “Innegable es tu forma de tratar a los panistas, perdiste todo sentido de civilidad política. La falta de respeto a varios compañeros y a tus propios colaboradores, una rudeza innecesaria a quienes disienten de tus opiniones. ¿Y qué has logrado?: renuncias de secretarios de Estado, expulsiones del partido, miembros que hicieron campaña no contra el PAN sino en despecho de ti. Las peores críticas a tu carácter, por cierto, las he oído en voz baja, en murmullos, de gente muy cercana a ti”. Digo yo que es obvio que cantidad de panistas y simpatizantes deben sentir mucha vergüenza del personaje. Algún día se atreverán a hablar como Corral, que exhibe a un tipo que al no tener razón ni verdad, es así de insignificante y carece de verdadero poder, aunque parezca tenerlo y mucho, con su montón de facultades legales que sólo le han servido para acabar de destruir al país.