¿Quién está detrás?
¬ Juan Manuel Magaña viernes 4, Oct 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
La pregunta esencial es: ¿Quién está detrás? ¿Quién tiene tanto poder para sembrar violencia, vandalismo y, sobre todo, una equivocada percepción?
Porque los supuestos “anarquistas” son más bien neohalcones, neoporros, neogrupos de choque, y menos lo que dicen ser. No son manifestantes, que nadie se confunda.
Han sido, el 1 de diciembre de 2012, el 13 de septiembre pasado y el reciente 2 de octubre, tan sólo unos 200 individuos jóvenes que irrumpen entre miles para ir al choque contra la policía y al vandalismo contra el comercio.
Para que la marcha o la protesta se descomponga. Para que la percepción culpe a los demás. Para que se deteste la protesta, y que se la vea como un recurso criminal. Ese es el objetivo.
Nadie en su sano juicio practica un deporte tan extremo, como el de salir a golpear a la policía. Algún fin tiene que tener. Por algo, la policía capitalina los esperaba desde el día anterior. Lo que no ha surgido, es el fondo de este asunto tan truculento. Quién tiene tanto poder para sembrar terror una y otra vez y ganar en la exposición mediática y política.
Ayer mismo, diputados del PRI, PAN y PVEM aprovechaban los acontecimientos para presentar y defender una iniciativa que busca criminalizar la protesta social, endurecer las penas en contra de quienes cometan actos violentos en marchas y acotar la realización de éstas en días y horas no hábiles, no permitirlas en calles de un solo carril y sin la obstrucción de avenidas principales.
El panista Francisco Sotomayor volvió a presentar un proyecto que ya había sido desechado en comisiones, porque sólo buscaba justificar la represión y acotar el derecho a la libertad de expresión. Pero el diputado priísta Francisco Cepeda opinó: “estamos a favor de la libertad de expresión y de las manifestaciones pacíficas, pero no del libertinaje político ni de los actos delincuenciales”. ¿Se entiende el enrevesamiento?
Por eso, diputados de izquierda vieron en ese intento “el espíritu de Gustavo Díaz Ordaz”, los “intentos fascistas” del panismo. “No vamos a dejar que vengan los panistas a destruir la ciudad de México, como destruyeron al país”, se dijo en el debate.
Por el oportunismo de los diputados está claro para qué pueden servir esos falsos “anarquistas”. Lo que no está claro es de qué hoyo oscuro salen, mismo en el que desaparecen. Ni por qué hacen ver tan débil o tan tolerante a la policía.
¿Quién los entrena? ¿Dónde se entrenan? Tienen su manual como si fueran una guerrilla urbana. Se preparan en la autoprotección para salvaguardar las partes más frágiles del cuerpo, agredir y escabullirse entre multitudes.
Desarrollan asimismo habilidades con gadgets tecnológicos, y en el uso de lanzaproyectiles, bombas “Molotov”, cadenas y tubos. Saben cómo funcionan y el modo en que pueden llegar a herir las armas que portan los policías como las balas de goma, los escudos, el gas lacrimógeno, el tolete, las granadas… Conocen las formaciones que los granaderos tienen para encapsular, protegerse y atacar de manera masiva; por ejemplo, la formación en escudo romano y formación en línea escuadra. Son una milicia.
Se enseñan a hacer capucha con un suéter o una sudadera, y a usar una mochila como escudo. Y se mueven en células. En suma, son una joyitas, pero más quien los creó.