Huele a gas
¬ Juan Manuel Magaña jueves 17, Jul 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Ahora sí que es público y notorio el desaseo con que el Congreso procesa las leyes secundarias de las reformas de telecomunicaciones y energéticas. Salta a la vista la manera absurda en que unos se obstinan en argumentar y otros se empecinan en no escuchar e imponer lo ya decidido. La cosa es a chaleco.
Es realmente asombroso y hasta grotesco, que basten unos cuantos minutos y no más de dos o tres horas para desahogar procedimientos de entrega del país, si es que resulta ser cierto -como muchos tememos-, que la reforma energética es sinónimo de privatización y, por lo tanto, del desmantelamiento de la gallina de los huevos de oro.
Por eso, ayer Cuauhtémoc Cárdenas llamó a conferencia de prensa para, desde un foro propio, acusar que hay un atropello al procedimiento legislativo, porque no se han respetado los mecanismos para abrir una discusión en torno a los dictámenes de las leyes secundarias de la reforma.
“Nos hace ver que el gobierno está empeñado en entregar los recursos energéticos a intereses extranjeros y contrarios al país, pero nosotros seguiremos dando la lucha para revertir la reforma energética”, sostuvo en referencia a la consulta popular que impulsan para junio de 2015.
También por eso la dirigencia nacional del PRD -la que ha reprobado a conveniencia los métodos de AMLO, su ex candidato presidencial- no descartó que haya toma de tribuna en el Congreso en el intento por frenar las leyes secundarias de la reforma.
Jesús Zambrano, el Chucho a cargo, advirtió que eso será decisión de los legisladores y que están en alerta máxima y que elaborarán un plan de acción emergente en el que se incluyen acciones tanto dentro como fuera del Congreso y la elaboración de una estrategia de comunicación para evitar el cerco mediático… La “izquierda moderna” -como apoda Televisa, cuando le conviene, a Los Chuchos– se dice no radical, pero ya anticipa que esta vez lo será, pues el futuro está por alcanzarle en el 2015.
Lo cierto es que las cosas se empiezan a poner color de hormiga.
La sola aprobación del periodo extraordinario del Senado, que hoy inicia, fue acremente criticada.
El senador perredista Alejandro Encinas consideró que todo el procedimiento para llegar a este punto se caracterizó por un “desaseo”.
Reclamó que en comisiones se haya impedido debatir el contenido de una legislación que da marcha atrás a la propiedad originaria del petróleo en manos del Estado, despoja a los campesinos de sus tierras y llega al extremo de declarar de utilidad pública los negocios privados.
A su vez, el diputado de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal dijo que fue una vergüenza cómo en esa legislación se protege a la oligarquía, a las trasnacionales y a las clases privilegiadas del país. Empieza a oler a radicalización. Ya huele a gas.
Para que el jefe senatorial priísta, Emilio Gamboa, diga que si el PRD desea interponer sus más de 3 mil reservas en las leyes secundarias energéticas “está en su derecho” y que además se le escuchará, es porque de veras se prevé que la catarsis o el desahogo por lo que viene tendrá que ser muy, pero muy, grande.
Tan grande como la resignación de los priístas a echarse un periodo extra “a morir”, tumbados todos, los días y las horas, en sus reposet.
En todo esto llama la atención la pasividad del “Peje”, su bajo perfil. De Los Chuchos se entiende su urgencia de un posado radicalismo. El de AMLO, que fue real en 2008, fue suficiente para frenar la similar privatización petrolera que Felipe Calderón se proponía. ¿Pero ahora? ¿No va a hacer nada? ¿Y así querrá reclamar votos el año próximo? Es un misterio.