Error, desaparecer Comunicación Social gubernamental
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 16, Jul 2018Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- Transparencia y rendición de cuentas, a la deriva
- Vacíos informativos, el riesgo
Junto con los cincuenta puntos o lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad, que el gobierno electo pretende implementar durante su administración, es de resaltar la propuesta de eliminar todas las áreas de Comunicación Social del gobierno federal para centralizar sus funciones en la oficina de la Presidencia de la República.
Es cierto, mucho se ha dicho de las virtudes que como comunicador tiene el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, pero a nuestro modo de ver las cosas eso no será suficiente para que el nuevo gobierno dé a conocer puntualmente las diferentes acciones que mantengan debidamente informados a sus gobernados y menos aun cuando una situación de crisis alcance a alguna de las dependencias que, según ese mismo esquema de descentralización, estarán muy alejadas del centro del país, lo que de alguna manera esa distancia generaría vacíos informativos ante la opinión pública en momentos ávidos de reportes puntuales.
También es cierto que cada administración impregna su estilo de gobernar y el momento histórico que en materia de democracia está viviendo el país, sin duda, influye de manera determinante en el tipo de comunicación que articulará el presidente y su gobierno, pero vista la comunicación como una acción de rendición de cuentas y transparencia, la idea a primera vista no parece ser la mejor en tiempos donde el avance tecnológico está provocando un cambio profundo en la forma en que se difunden contenidos y esto a su vez requiere una atención inmediata si no se quieren enfrentar situaciones que desvirtúen la realidad de las cosas.
La propuesta todavía tiene que pasar por la aprobación del Poder Legislativo, donde el partido al que pertenece el nuevo Ejecutivo federal tiene una abrumadora mayoría y eso hace suponer que la idea de desaparecer las áreas de comunicación social prosperará, lo que a la postre esa acción podría generar desinformación en la acción de gobernar y tarde o temprano se hablaría de una administración omisa, poco transparente y negligente.
Está bien que se hable de retirar privilegios como los seguros de gastos médicos privados, choferes, reducción a viáticos, reducción de sueldos, guardaespaldas, cajas de ahorro, bonos, reducción de personal de confianza y otras acciones que complementan el plan de austeridad, pero eliminar las áreas de comunicación social, insisto, lo único que generará será dar paso al vacío informativo, porque hay que decirlo, no todos los integrantes del nuevo gabinete se caracterizan por ser buenos comunicadores o al menos no cuentan con las virtudes de su jefe y ante eso, mínimo un boletín oportuno y con datos que den mayor claridad a las acciones gubernamentales..
PASO SIN VER.- Tendrá noción el gobierno electo de cuántas familias serán afectadas con su programa de desconcentración. ¿Acaso no les importa el desempleo que puedan ocasionar?
VA MI RESTO.- No cuento con el dato de cuando se crearon las oficinas de manejo de prensa en la administración pública, pero algunos textos sobre periodismo hablan de que en un principio estas oficinas eran llamadas de información, luego se les anexo el término de relaciones públicas, hasta alcanzar la definición de coordinaciones de Comunicación Social, y que en general los reporteros y comunicadores las ubicamos como áreas de prensa.
Sólo para darnos una idea de la evolución que la comunicación social ha tenido en la vida pública, diremos que fue con el presidente José López Portillo cuando se introdujo por primera vez en México el estudio al derecho a la información, y por primera vez se empieza a hablar de una comunicación de ida y vuelta, por cierto sin grandes resultados. Incluso en la campaña electoral de López Portillo un compromiso fue “Por el Derecho a la Información”. Y nada más para que se den una idea de lo confuso que seguramente les representaba el concepto, por el área de comunicación social pasaron cinco personas, dos de ellas Javier Solana y Francisco Galindo Ochoa
Durante el sexenio de Miguel de la Madrid se impulsaron varios foros en materia de Comunicación Social, pero con el sismo de 1985 el tema también quedó sepultado, así, sin mayores aportaciones.
Con Carlos Salinas, quien tuvo una fuerte polémica en su triunfo, era tanta la preocupación por saber el grado de legitimación que alcanzaba su gobierno, que en ese sexenio se comenzó a utilizar las mediciones de opinión a través de encuestas.
En la administración de Ernesto Zedillo no hay elementos de mayor trascendencia, por lo que lo único que se comenta en materia de Comunicación Social es que se establece la figura del vocero presidencial, aunque de manera muy acotada. En esta etapa se empieza a hablar de esquemas de comunicación para el control de situaciones de crisis.
El presidente Vicente Fox tuvo cinco encargados de Comunicación Social, y por primera vez se estableció de manera formal un cuarto de atención de crisis y un vocero presidencial, lo que se reflejó en la percepción pública como una comunicación moderna.
De la administración de Felipe Calderón se puede destacar el manejo innovador de la Comunicación Social a través de las redes sociales e internet, instrumentos que han adquirido una fuerza enorme en la tarea de informar.
De la administración saliente, con Enrique Peña Nieto al frente, no hay mucho que decir, el último tercio de su administración fue un desastre en materia de comunicación social, y será el mandatario que salga con el índice de aceptación más bajo entre la opinión pública.
Aún no inicia el sexenio de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y por lo pronto las áreas de comunicación gubernamental ya están a la deriva, a punto de su desaparición, a ver cómo le va en caso de concretarse esa propuesta, y hasta ahí porque como veo, doy.