Represión contra padres de desaparecidos
Augusto Corro martes 18, Feb 2020Punto por punto
Augusto Corro
El domingo en la mañana, las autoridades chiapanecas reprimieron con gas lacrimógeno a los padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.
Sin contemplación alguna, elementos policiacos no lo pensaron dos veces para agredir a los parientes de los jóvenes de los que no se conoce su paradero.
Con el pretexto de dejar las vías libres, los representantes de la ley lanzaron gases lacrimógenos contra las personas que asistieron a una reunión con los estudiantes de la normal Mactutzá, en Tuxtla Gutiérrez.
La represión policíaca provocó lesiones graves a un estudiante. El repudio contra esa agresión fue general, pues reflejó la insensibilidad del gobierno morenista chiapaneco.
El vía crucis de los padres de los estudiantes desaparecidos va a cumplir seis años el próximo mes de septiembre. No hay nada nuevo que ofrecer por parte de las autoridades sobre el destino de los muchachos secuestrados.
Los responsables de las investigaciones del caso solo se concretan a ofrecer promesas. Cuando bien les va, los padres de familia son atendidos pero sin obtener resultados satisfactorios.
Pero hay autoridades insensibles y ciegas ante el dolor de las personas que perdieron a sus hijos, padres, esposas, etc., como ocurrió en Tuxtla Gutiérrez, en donde “más de 200 policías estatales equipados con tanquetas y bombas de gas lacrimógeno se presentaron en las afueras de la normal de Mactutzá y, sin ningún protocolo, agredieron a los presentes”.
La historia de los estudiantes desaparecidos de la normal de Ayotzinapa empezó la noche del 26 de septiembre y madrugada del 27, cuando la fuerzo pública detuvo a los estudiantes que secuestraban autobuses en Iguala.
Las autoridades y la delincuencia organizada se unieron para detener a los normalistas y desaparecerlos. Desde aquella fecha, los padres de los jóvenes desaparecidos decidieron buscar a sus hijos, sin escatimar esfuerzo alguno. Llama, pues, la atención de las autoridades, como las chiapanecas, tanta insensibilidad para tratar con tal violencia a las personas que se manifestaban pacíficamente.
LA GUARDIA NACIONAL
¿Es la Guardia Nacional (GN) la última esperanza para terminar con inseguridad en México? Parece que sí. De no lograrlo seguiremos sumidos en la espiral de violencia y barbarie.
Serán miles de elementos de la GN con sus respectivos cuarteles en todo el país los que se encargarán de brindar un ambiente de paz y tranquilidad. Por lo menos este es el deseo de millones de mexicanos.
Tocamos el tema porque el presidente Andrés Manuel López Obrador estuvo el fin de semana en Guanajuato para inaugurar las instalaciones de la GN. Como se sabe, dicha entidad es una de las más violentas en México.
Con la presencia de la GN se busca combatir a la delincuencia organizada que convirtió al estado en un infierno. La delincuencia amplió sus acciones criminales de asaltos y extorsiones al narcotráfico y huachicoleo.
Esa entidad se convirtió en tierra sin ley. Los capos de las bandas dedicadas al narcotráfico, huachicoleo y extorsiones se enriquecieron desmesuradamente ante la impotencia de las autoridades para frenar esos delitos.
Toda la sociedad fue sometida a la violencia incontrolable de la delincuencia. Hasta los comerciantes de escasos recursos económicos tuvieron que pagar cuotas de protección a los extorsionadores para que les permitieran trabajar.
Los policías municipales y estatales resultaron los más afectados por las acciones criminales. Según las estadísticas, en Guanajuato fueron asesinados setenta y tres oficiales.
La guerra entre grupos criminales amenaza con aumentar el número de homicidios. Enero del 2020 fue el más violento en la historia de Guanajuato con trescientos noventa y cinco homicidios.
Ante ese panorama desolador de violencia, la GN tiene el compromiso de actuar contra la inseguridad con todos los medios a su alcance. Tendrá, entre otras responsabilidades, suplir a la policía, no solo en Guanajuato, sino también en otras entidades donde los uniformados dejaron de representar a la ley.
¿Es la GN la última esperanza? Ojalá y no. La nueva policía tendrá que esmerarse para erradicar la criminalidad que azota a México. La sociedad mexicana tiene derecho a vivir en paz.