México y Japón
Alberto Vieyra G. miércoles 25, Nov 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Qué tienen en común México y Japón, acaso la muerte o los poco más de 125 millones de habitantes de cada nación? …
Por su lado, Japón tiene una superficie de 377 mil 970 kilómetros cuadrados, poco más del territorio chihuahuense, mientras que la nación azteca tiene de territorio 1 millón 973 mil kilómetros cuadrados. En Japón, el saludo es una respetuosa reverencia con sana distancia y no se permite el saludo de manos, menos en la era de la pandemia del coronavirus, los japoneses antes de entrar a su casa o cualquier sitio público, se quitan los zapatos. Son extremadamente limpios, haya o no haya Covid-19 y en estos tiempos de pandemia, el cubrebocas es indispensable para los poco más de 126 millones de habitantes, trátese de quien se trate.
Tan solo esos pequeños grandes ejemplos nos hablan de una cultura de gente grande que en relación con el pueblo de México marca la diferencia, pues mientras en Japón el coronavirus arroja un total de 2 mil 400 muertos, en México la irresponsable y criminal negligencia gubernamental arroja ya 102 mil muertos, un Estadio Azteca repleto de fanáticos. Sin embargo, habrá que multiplicar, como lo sugirió el Cantinflas oficial del coronavirus, Hugo López-Gatell, 2.8 por el número total de contagiados hasta el momento 1 millón 4 mil mexicanos contagiados, pero si Pitágoras no miente la ecuación nos daría una mortandad de más de 280 mil compatriotas muertos de manera no oficial.
¿Cuál es la razón fundamental de tan abismal diferencia entre México y Japón sobre la estrategia contra el coronavirus? La diferencia es que Japón es un pueblo culto y México un pueblo inculto terriblemente manipulado por unas lacras sociales llamadas partidos políticos y por unos politicastros populistas que sólo buscan su beneficio personal y para los poderosos grupos oligárquicos que los apoyan.
Un mal ejemplo o un ejemplo a no seguir es el de AMLO, un politicastro necio y cínico que se niega terminantemente a usar el cubrebocas y hasta se dio el lujo de decir que “el coronavirus era un simple catarrito”, que “podían ir a fiestas” y darle vuelo a la hilacha y que a “su gobierno le había caído como anillo al dedo la pandemia”. Claro, la gente siguió su mal ejemplo y de manera inconsciente siguió en su rutina como si nada ocurriera, mientras los hospitales estaban atiborrados de contagiados. La orden a los altos mandos de la medicina en México fue “que se mueran los que se tengan que morir, las pruebas cuestan mucho, la cuestión es que los hospitales no se vean rebasados bajo el pretexto de que no hay camas y de que lo mejor será que se queden en casa” …Y en casa murieron silenciosamente y tristemente sin ningún auxilio muchos millones de mexicanos, mientras el 18% ha fallecido en hospitales públicos y tan sólo el 2% en hospitales privados.
Al Presidente de la República, sus muertos le valen madre, pues él sigue terco en enjuiciar después de una “consulta popular” a los ex presidentes, en lugar de echar a andar una estrategia sensata para parar los contagios y un plan público para rescatar el quiebre de empresas que agudizarán el desempleo en México.
AMLO va a Tabasco en auxilio de damnificados por las inundaciones, pero no tiene la sensibilidad humana de meterse a rescatar víctimas y menos de quitarse los zapatos para mojarse por temor a resfriarse o a que se le fuera a encoger la investidura presidencial. ¿Los mexicanos nos merecemos ese tipo de gobernantes insensibles y chindinguas?
Mis compatriotas tendrán la palabra en las próximas elecciones federales y en las presidenciales de 2024. Por ahora, el PAN ha demandado penalmente al gobierno de López Obrador por negligencia criminal y el desastroso manejo a la pandemia del coronavirus que ya puede haber enlutado a casi 300 mil familias en México y todavía falta lo peor porque la pandemia en tiempos del general invierno será todavía más macabra. ¡Sálvese quien pueda!