Revocación de mandato en la CDMX se politiza
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 20, Feb 2023Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
* Uso político de la ley desgasta e inhibe participación ciudadana
La revocación de mandato, figura de reciente creación en el andamiaje legal de la Ciudad de México, ya empieza a asomar sus efectos entre los alcaldes electos de la capital de la república, y es que con el tema del llamado cártel inmobiliario en la jurisdicción de Benito Juárez algunos grupos vecinales se organizan para solicitar ante el Instituto Electoral de la CDMX se revoque el mandato al alcalde Santiago Taboada.
No es el único caso, en Xochimilco incluso ya va muy avanzada una solicitud similar donde mediante el levantamiento de firmas bajo la consigna “es la hora del pueblo y de los pueblos”, donde vecinos del lugar piden la destitución del alcalde José Carlos Acosta, por supuestamente encabezar un gobierno represor.
En el primer caso gobierna un representante del partido Acción Nacional y en el segundo la representación gubernamental la tiene el partido de Morena, y aunque los motivos de un lado y otro son muy diferentes los elementos hasta ahora mostrados hablan de supuestos más no de hechos probados, de ahí que la percepción que permea entre la opinión pública sobre las respectivas solicitudes es que se está confundiendo a la ciudadanía con posturas políticas respecto a su derecho para poder invocar la figura de la revocación establecida en la Constitución Política de la Ciudad de México.
Y es que, si bien en la recién creada Carta Magna capitalina se establece que sus habitantes tienen facultades para solicitar la Revocación de Mandato de representantes electos cuando así lo demande al menos el diez por ciento de las personas inscritas en la lista nominal de electores del ámbito respectivo, también se precisa que una consulta al respecto sólo procederá una vez, cuando haya transcurrido al menos la mitad de la duración del cargo de representación popular de que se trate, es decir dieciocho meses después de transcurridos sus gobiernos.
En ese sentido, todo indica que las solicitudes antes descritas están fuera del marco legal ya que los alcaldes, todos, en la Ciudad de México apenas se encaminan a la mitad de su mandato, de un periodo de tres años, el cual iniciaron el primer día de octubre de 2021 y concluirán el último día de septiembre de 2024. En todo caso un proceso de remoción se tendría que iniciar hasta abril próximo, así que eso del levantamiento de firmas y solicitudes a destiempo en nada ayudan, por el momento, a solucionar ningún problema de las demarcaciones aludidas y hasta podríamos concluir que ese tipo de consignas políticas a lo único que abonan es a inhibir la participación ciudadana y a desgastar los instrumentos que existen en el ámbito de la democracia directa. Digo.
LAS CARTAS HABLAN.— En los casos de referéndum, plebiscito, consulta popular, iniciativa ciudadana, consulta ciudadana y revocación de mandato, la Carta Magna para la CDMX señala que será el IECM la autoridad encargada de vigilar el cumplimiento y acreditación de los requisitos y plazos para que se lleve a cabo, además de que será la responsable de la organización, desarrollo, cómputo y declaración de resultados, de conformidad con lo que establezca la ley. Pero, qué más dice la Constitución local:
En el capítulo de la democracia directa, participativa y representativa, letra G, se establece que las y los ciudadanos tienen derecho a solicitar la revocación del mandato de representantes electos cuando así lo demande al menos el diez por ciento de las personas inscritas en la lista nominal de electores del ámbito respectivo. Y que la consulta para la revocación del mandato sólo procederá una vez, cuando haya transcurrido al menos la mitad de la duración del cargo de representación popular de que se trate.
VA MI RESTO.— Más allá de los tiempos legales establecidos en la ley, es un hecho que, por ahora, los llamados para revocar el mandato a cualquier alcalde de la CDMX forman parte de estrategias políticas, pero no apegados a lo que dicta la norma y mucho menos que sean parte de la solución de un problema, aunque es bueno recordar que esa figura ya forma parte del andamiaje legal entre los capitalinos y sin duda un mandato que, de alguna manera, todos los representantes populares electos deben considerar en el cumplimiento de sus deberes si no es que más tarde o más temprano sus actos podrían ser sometidos a una consulta popular para destituirlos y, si es el caso, proceder a otro tipo de sanciones como podrían ser incluso de tipo penal.
En fin, si de tener mejores gobiernos y gobernantes se trata, desde ahora podemos decir que es bienvenida la figura de la revocación de mandato para las autoridades electas, y hasta ahí porque como veo doy.