Un atraco más
Alberto Vieyra G. jueves 18, Jul 2024De pe a pa
Alberto Vieyra G.
La ley le quita el sueño a AMLO y es que a la aplicación del Estado de Derecho, el falso mesías le llama “golpe de Estado técnico”. Y ese golpe de Estado técnico lo tiene muy ocupado en un atraco llamado sobrerrepresentación legislativa en la Cámara Federal de Diputados.
Ese atraco adelantado por la titular de Gobernación, Luisa María Alcalde, ocupa todo el tiempo de AMLO hablando pestes del Poder Judicial, exhibiéndolo como un poder corrupto, cuyos sueldos de jueces, magistrados y ministros son escandalosos, principales razones para que sean electos en las urnas mediante el voto popular, aunque de leyes y estado de derecho no tengan ninguna experiencia, no importa que sean unos burros, no importa la experiencia laboral, pues bastará con “la frescura” y la popularidad con la que egresan de las universidades.
AMLO quiere que los impartidores de justicia en México sean electos por el voto popular y tan populares como él o como un Cuauhtémoc Blanco, pero inútiles para gobernar con todo y su popularidad.
Se sabe que AMLO tiene a sus achichincles cabildeando de tiempo completo con cada uno de los consejeros del INE y del Tribunal Federal Electoral para consumar ese atraco de la sobrerrepresentación legislativa.
En Milenio, en su columna Día con Día, Héctor Aguilar Camín publicó este lunes un artículo titulado “Atracos de sobre-representación”, el cual leo tal cual: “Un ciudadano, un voto, dice la Constitución es un derecho individual, fincado en el supuesto de que todos los votos cuentan igual.
También dice la Constitución que ningún partido político puede tener una sobrerrepresentación superior al 8%. Es decir, que ningún partido puede tener más del 8% de curules en el Congreso respecto de los votos que obtuvo en las urnas. Maniobras, omisiones y abuso de legislaciones secundarias han borrado estas previsiones de la Constitución, para dar paso a una gigantesca deformidad legislativa, la cual le da paso, a su vez, a una sobrerrepresentación grotesca e inconstitucional en el Congreso. La sobrerrepresentación que pretende adjudicarse el gobierno con las elecciones de junio es la mayor de todas las que hemos tenido. Puede resumirse comparando dos cifras: votos recibidos y asientos pretendidos en el Congreso.
Juntos, los partidos reunidos en la coalición oficialista, obtuvieron 32 millones 535 mil 23 votos. Esto es el 54.7% de los votos nacionales. Con ese 54.7% de los votos, la coalición oficialista quiere obtener el 74.6% de los asientos en el Congreso, 20% más que sus votos recibidos. Los partidos de oposición, por su parte, recibieron 24 millones 620 mil 253 votos. Esto es, el 41% de los votos emitidos.
Pero el gobierno pretende entregarles sólo el 25.4% de los asientos en la Cámara de Diputados: 25.5% menos que sus votos recibidos.
La desmesura es evidente y el fraude implícito a la voluntad popular también. Los votos otorgados a los partidos oficialistas acabarán valiendo mucho más en las alquimias de la sobrerrepresentación que en las urnas. Por efecto de esas alquimias podrían suceder milagros políticos que mueven a la risa, pero deberían mover a la vergüenza.
Por ejemplo:
El Partido Verde Ecologista de México, recibió sólo 8.4% de los votos en las urnas. Pero tendrá el 15% de los diputados en la Cámara, el doble de sus votos: 75 diputados
El PAN, en cambio con 16. 9% de votos recibidos en las urnas, tendrá el 13.6% de los diputados en la Cámara: 68 diputados, 7 menos que el PVEM, que obtuvo la mitad de los votos del PAN. En esas maniobras democráticas anda la república”, finalizó Camín.
¿Consumará AMLO su atraco sobre la sobrerrepresentación o sabrá digerir el golpe de Estado técnico que le aplicará el Árbitro Electoral aplicándole la ley?











