El uso del sombrero
¬ Augusto Corro viernes 15, Mar 2013Punto por punto
Augusto Corro
Las normas de urbanidad quedaron en el olvido. Pocos son los que realizan un esfuerzo para que se respeten nuestros símbolos patrios. Las sociedades modernas, poco caso hacen de esas reglas que ayudan a una mejor coexistencia de los seres humanos.
En el pasado quedaron aquellas normas que practicaban los caballeros de ceder el asiento a las damas en los camiones de pasajeros.
En el presente, las cosas se suceden al revés: los hombres prefieren ir sentados y hacerse los dormidos, sin rubor alguno, y las mujeres viajan paradas, sin ninguna muestra de caballerosidad.
Hace tiempo que se perdieron esas reglas que nos enseñaron en la escuela, que implicaban el respeto a nuestros símbolos patrios: escuchar el Himno Nacional de pie, descubrirse ante el paso de nuestra bandera, etc. Por otro lado, también se olvidaron las atenciones a los niños y poco se practica el respeto a las mujeres y a los ancianos.
En el plano del cumplimiento a nuestras leyes superiores, la situación es complejísima. Pocos son aquellos que respetan nuestra Carta Magna. México fue colocado, por administraciones pasadas, en los primeros lugares de los países más corruptos. El respeto a la vida humana se hizo trizas. Son miles las víctimas derivadas de una guerra delincuencial, en la que no se respeta nada. Las acciones son prácticas de trogloditas que el ser humano no ha podido superar. ¿Por qué tanta muerte y tanto feminicidio?
No hay nadie que intente poner el buen ejemplo para vivir armónicamente. En la menor oportunidad debemos volver a las normas de urbanidad, es necesario.
Por ejemplo, decirles a los diputados que el uso del sombrero es para exteriores, para cubrirse del sol o de la lluvia. La gorra, cachucha o sombrero no se llevan puestos en lugares cerrados, en los interiores de los inmuebles. Una regla de urbanidad es descubrirse la cabeza para saludar, cuando se canta el Himno Nacional o pasa la bandera, como señalamos arriba.
Pero los legisladores, algunos no todos, poco o nada les interesan las normas de urbanidad.
En días pasados, al revisar la información, en una fila de diputados uno de estos llevaba puesto un sombrero blanco, con un traje café. No se veía que en el interior de San Lázaro pegara fuerte el sol, ni había amenazas de tormenta.
El legislador desconocedor de las reglas de educación, se dejó el sombrero todo el tiempo que duró la sesión. Ninguno de sus colegas le sugirió o le hizo ver, que el recinto parlamentario no es un establo, ni se cumplen actividades campestres.
¿Por qué al sombrerudo no le importa cuidar su imagen? Por una simple y sencilla razón: es legislador. Esta palabra mágica quiere decir que se trata de una persona que es libre de hacer lo que le venga en gana. Desde burlar el alcoholímetro hasta vestir como payaso.
Si el diputado de marras no conoce los principios elementales de educación, ¿es posible que conozca lo más importante de nuestra Constitución Política? Lo dudo.
Los diputados y senadores deben entender que son personajes públicos y que su conducta deben servir como ejemplo para todas las personas que están pendientes de su desempeño en las diferentes cámaras.
En San Lázaro, el diputado se encontraba en el interior de la máxima tribuna del país, frente a las banderas, no hacía sol ni lluvía.
¿Qué lo obligaba a usar sombrero? Está clarísimo que su prepotencia. Su fuero que le permite no solamente burlar las reglas de transito, sino también disfrutar de una situación social privilegiada: sueldos envidiables, coches nuevos, viajes pagados, etc. Llevar el sombrero en el interior de San Lázaro es un ejemplo de lo que es capaz un patán.
Por cierto, en la fila de legisladores estaba otro diputado con las manos en los bolsillos. Quizás cuidaba su cartera o tenía frío. Antes, se criticaba esa manera de usar las extremidades superiores, porque se interpretaba como una actitud de pereza o flojera.
Pero estos son otros tiempos, las normas de urbanidad son parte del pasado. Las conductas cívicas las practican aquellos hombres de edad avanzada que recibieron una educación adecuada. En la nueva ola de patanes, pocos cuidan las formas.
No imite a los diputados, cuide sus modales y su imagen.
Feliz fin de semana.