¿Reformas reversibles?
Ramón Zurita Sahagún martes 22, Oct 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Dos de las principales reformas aprobadas recientemente se encuentran en la mira de sus opositores que pretenden revertirlas.
La reforma educativa que ya entró en vigencia, pero que los propios gobernantes se niegan a hacer uso de ella y la reforma hacendaria que tendrá que pasar todavía por la aprobación del Senado de la República.
En el primero de los casos se mantiene la rebeldía de los profesores afiliados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, los que continúan con sus movilizaciones en la capital del país.
Para el segundo de los temas, los principales productores de alimentos chatarra y aguas endulzadas, buscan que el impuesto aprobado por los diputados sea eliminado por los senadores.
No van solos, ya que los panistas que no apoyaron dicha propuesta buscarán desterrar esa y otros gravámenes de la reforma aprobada en San Lázaro.
En este rejuego político en que participan diversos personajes y organismos, Andrés Manuel López Obrador, cabeza del Movimiento de Regeneración Nacional, alzó la mano para pasar lista de presente y condenar las reformas en materia tributaria.
Son una infamia y pueden revertirse en el Senado de la República, consideró el tabasqueño, quien precisó que el fondo del asunto es la reforma energética prevista para su discusión en este mismo año.
Pero lo llamativo de todo esto es que por fin se están realizando en el país reformas que se requerían y que se habían venido aplazando desde hace años.
En el pasado reciente los gobiernos panistas intentaron llevar al cabo una serie de reformas que los priístas simplemente batearon muy lejos y jamás pudieron establecer acuerdos entre las dos principales fuerzas legislativas.
La reforma financiera fue el punto de quiebre entre Roberto Madrazo Pintado y Elba Esther Gordillo, presidente y secretaria general del CEN del PRI, respectivamente.
Según expresó Gordillo, Madrazo había dado su aval para respaldar la iniciativa en que se consignaban, entre otros puntos, incrementos en el Impuesto al Valor Agregado.
La propuesta panista fue rechazada por la dirigencia partidista y la reforma pretendida se fue a dormir el sueño eterno.
Vicente Fox Quesada se quedó sin el auxilio de la reforma financiera, como también sucedió en la administración panista de Felipe Calderón, en la que los priístas se opusieron a la reforma energética propuesta durante ese gobierno.
Panistas, priístas y perredistas sostuvieron una lucha soterrada durante los 12 años de administraciones panistas.
El regreso del PRI a Los Pinos trajo consigo la promesa de cambios importantes en distintos rubros, para empujar al país al desarrollo y lograr que la población tuviera acceso a mejores estándares de vida.
Desde que asumió la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, delineó sus propósitos de reformas y modificaciones en distintos aspectos, destacando las reformas constitucionales.
Para estas últimas se requiere del respaldo de las dos terceras partes de quienes conforman el Congreso de la Unión (diputados y senadores).
El PRI no cuenta en ninguna de las dos cámaras con el número suficiente de diputados y senadores que se requieren para esos cambios, ni siquiera con sus aliados del Partido Verde Ecologista de México y de Nueva Alianza, por lo que tendría que marchar unido con alguno de los dos principales partidos de oposición (PAN y PRD).
Con todo y ello consiguió los votos suficientes para sacar la reforma educativa y en la Cámara de Diputados la hacendaria, aunque quedan pendientes la energética y la política.
Los detractores de las reformas se encuentran en pie de lucha y en el caso de la educativa, la CNTE mantiene su rechazo a la misma y exige sea derogada.
La hacendaria ha sido aprobada en su totalidad, por lo que ni siquiera tiene vigencia y encuentra rechazo en varios puntos y sirve de plataforma para el relanzamiento de López Obrador, aunque la energética será verdaderamente la que provocará mayores rechazos de algunos sectores.
CÓNCLAVE PERREDISTA
De que la grilla está fuerte dentro del PRD no hay duda de ninguna clase.
Los altos mandos del partido del sol azteca juegan sus apuestas cada uno de ellos y se reagrupan para entrar con todo en la próxima rebatinga de la sucesión dentro del organismo político.
Tres son las cartas fuertes mostradas hasta el momento: Marcelo Ebrard, Carlos Navarrete y Carlos Sotelo.
Posiblemente por ello, los perredistas eligieron uno de sus lugares favoritos para mostrarse públicamente, para enseñar cómo jugarán en esa y otras apuestas.
El restaurante El Cardenal de la Alameda Central fue el punto de reunión elegido por los perredistas que se situaron en varias mesas estratégicas y civilizadamente se saludaron, la mayoría de ellos, para evitar murmuraciones.
René Bejarano fue el primero en llegar, se ubicó en su mesa a la que llegó a saludarlo uno de sus ex compañeros de partido, Gerardo Fernández Noroña, quien abandonó las filas de ese partido.
Más tarde llegó el comensal de Bejarano, el coordinador de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, quien encontró acomodo y entró el dirigente nacional del partido, Jesús Zambrano, quien saludó a sus compañeros de partido y se fue a sentar al fondo del salón, a esperar a su compañero de desayuno que resultó ser el coordinador de los diputados federales del sol azteca, Silvano Aureoles, el que de plano, se pasó de largo, sin saludar a su homologo senatorial ni a Bejarano y mucho menos a Fernández Noroña.
Como se advierte, dentro del PRD, las fichas están repartidas.











