Suspende el Papa a obispo que vive en el despilfarro
* Especiales, Mundo jueves 24, Oct 2013- Francisco lamentó que delincuentes poderosos, “peces gordos”, naden libres sin problemas
El obispo alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst es investigado por gastar alrededor de 30 millones de euros en la construcción de su residencia
El papa Francisco suspendió temporalmente al obispo de Limburgo, Alemania, Franz-Peter Tebartz-van Elst, de 53 años, luego de que se abrió una investigación relacionada con las críticas de que gastó unos 30 millones de euros en la construcción de su residencia.
La oficina de prensa del Vaticano explicó que el papa ha sido informado amplia y objetivamente de la situación en la diócesis de Limburgo, en la cual el obispo Franz-Peter Tebartz-van Elst no puede ejercitar su ministerio episcopal en el momento actual.
El comunicado dice que se ha creado una comisión para un profundo examen sobre la construcción de la sede episcopal y que en espera de resultados sobre esta investigación y las posibles responsabilidades el vicario general Wolfgang Rösch, que tenía que haber entrado en su cargo en enero de 2014, administrará la diócesis de Limburgo.
El escándalo estalló después de que medios alemanes denunciaran el lujoso estilo de vida del prelado y que las obras de su nueva residencia episcopal ascendían a 30 millones de euros, frente a los 5.5 millones inicialmente anunciados.
El pasado 21 de octubre, el papa Francisco recibió en el Vaticano al obispo de Limburgo, quien llevaba varios días en Roma para poder hablar con el Papa y explicarle su versión de los hechos.
Por otra parte, el pontífice Francisco lamentó que los delincuentes poderosos, los “peces gordos”, naden libres sin problemas y calificó de injusto que sólo se sancione a los más débiles.
Hizo esta reflexión al recibir, durante una audiencia en el Vaticano, a un grupo de sacerdotes procedentes de diversas partes de Italia, que se ocupan de la atención espiritual de los encarcelados.
Aseguró que lleva en el corazón a todos los detenidos y garantizó sus rezos para que puedan superar positivamente ese periodo difícil de sus vidas y los llamó a no desanimarse ni cerrarse.
Francisco reveló que “cuando recibía una carta de uno de ellos en Buenos Aires, los visitaba. Mientras ahora, cuando todavía me escriben los de Buenos Aires, a veces les llamo, especialmente el domingo, y converso un rato”.
Luego dijo: “Después, cuando termino, pienso: ¿Por qué él y no yo que tengo tantos motivos para estar ahí? Pensar en esto me hace bien, porque las debilidades que tenemos son las mismas. ¿Por qué él cayó y yo no? Para mí este es un misterio que me hace rezar y me hace acercar a los encarcelados”.
De acuerdo con el Papa, Dios también es un encarcelado, incluso hoy, presa de los egoísmos de los seres humanos, de los sistemas y de tantas injusticias, porque “es fácil sancionar a los más débiles, pero los peces gordos nadan libremente en las aguas” .