Del Guerrero violento
Augusto Corro jueves 26, May 2016Punto por punto
Augusto Corro
Los guerrerenses tendrán que acostumbrarse a vivir bajo el signo de la violencia, pues pensar en desaparecerla es como decir que no celebraremos Navidad.
Palabras más, palabras menos, fue lo que expresó el gobernador priísta Héctor Astudillo Flores, durante una entrevista a principios de semana.
Si bien es cierto que aquella entidad tiene una historia de violencia, poco o nada hicieron los tres niveles de gobierno para erradicar la inseguridad.
En el presente, la población tiene que padecer la presencia de la delincuencia dedicada extorsionar, robar, secuestrar y matar.
De plano, para el mandatario estatal Astudillo Flores es y será imposible brindar seguridad a sus paisanos. Así lo dio entender, sin rubor alguno:
“Pensar que en Guerrero va a desaparecer la violencia es como decirles que ya no vamos a celebrar el 24 de diciembre la Navidad”.
¿Cinismo puro? ¿Actitud de rendición? ¿Impotencia ante los embates de la delincuencia? Además de estas preguntas debe plantearse la siguiente: ¿Qué tan inepto es Astudillo Flores, que en Guerrero cada día son mayores los efectos de la espiral de violencia?
Por ejemplo, Acapulco ya es una de las ciudades más violentas de México. Su propio alcalde, Evodio Velázquez, de extracción perredista, solicitó ayuda para brindar seguridad a los acapulqueños.
Mientras continúan los asesinatos por el reacomodo de los cárteles de la droga, el comercio resiente los estragos de las acciones delincuenciales.
Por lo menos 300 negocios cerraron sus puertas porque quebraron económicamente o no aceptaron pagar las extorsiones o el llamado derecho de piso. ¿Nadie entiende que Guerrero necesita una ayuda mayúscula para que regrese la seguridad?
Parece que no. Las extorsiones, secuestros y asesinatos continuarán incontrolables en un ambiente de ineptitud de autoridades, corrupción e impunidad.
VERACRUZ VIOLENTO
En Veracruz se agudizó la violencia debido a la lucha por el territorio.
Tiroteos en centros nocturnos, asesinatos de supuestos narcotraficantes, son los temas de las noticias en aquél estado.
Por ejemplo, en la carretera Córdoba-La Tinaja se encontraron cinco cuerpos desmembrados de la pandilla de “Los Zetas”. Y en un paraje conocido como La Maramba fueron hallados dos personas con el tiro de gracia.
La madrugada del domingo pasado cinco personas fueron ejecutadas en el bar “Madame”, de Xalapa. Un grupo de sicarios abrió fuego contra los asistentes.
Días antes cinco presuntos secuestradores fueron abatidos por elementos de Fuerza Civil, el jueves 19, tras liberar a una mujer plagiada.
Recientemente fue asesinado el periodista Manuel Santiago Torres González, en Poza Rica.
En fin, el número de hechos violentos nos lleva a pensar que Veracruz podría correr la misma suerte que Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, etc., entidades en las que una vez asentados los cárteles de la droga, echarlos casi es imposible.
Los hechos violentos se multiplican y muestran que las autoridades no tienen la capacidad para brindar seguridad a la población. Desde la llegada al poder de Javier Duarte se multiplicaron las extorsiones, asesinatos, “levantamientos” y desapariciones forzadas.
Se dejó crecer a la delincuencia y ahora no se puede frenarla y seguirá la cuota de muertes en ascenso.
ESCRITORES VS TRUMP
Quinientos escritores estadounidenses alertaron sobre el peligro que representaría Donald Trump en caso de llegar al poder. Publicaron una carta en la que acusaron al magnate de la construcción de denigrar a mujeres y minorías.
Entre los escritores conocidos que firmaron el documento están Stephen King, Amy Tan, Tobias Wolf, Jennifer Egan, Richard Russo, Michael Chabon, etc.
Manifestaron que se oponen a Trump de manera inequívoca y como un asunto de conciencia, porque “ni la riqueza ni la celebridad califica a nadie para hablar por Estados Unidos”, ni para representar a su gente.
Los autores decidieron manifestar sus opiniones ante el empate virtual, en las preferencias del voto, entre los aspirantes al gobierno de Estados Unidos, Hillary Clinton, del Partido Demócrata; y Donald Trump, del Partido Republicano.
El político millonario inició su campaña rumbo a la candidatura presidencial con un discurso violento contra los mexicanos a quienes calificó de criminales y amenazó con cancelar los envíos de remesas de los trabajadores a sus familias en México.
También se pronunció por la construcción de un muro en la frontera con México que pagarían los mexicanos. Trump apoyado en la demagogia avanzó hasta volverse un adversario serio para Hillary Clinton.