Alianzas malditas
Alberto Vieyra G. martes 24, Nov 2020De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El PAN no quiere ir con el PRI, pero ni a misa, rumbo a las elecciones federales de 2021. Dicen los panuchos que más vale solos que mal acompañados.
A las 12:00 de la noche del pasado viernes, a la hora en que salen los espantos venció el plazo para que el PRI, PAN y PRD concretarán su alianza con miras a derrotar a Morena y a sus rémoras aliadas para la gubernatura, las diputaciones federales, locales y ayuntamientos en Nuevo León el próximo 6 de julio.
La posible alianza del PRIAN les pone la carne de gallina a no pocos de la casta divina panista, aunque la cúpula del blanquiazul está en favor de hacer el “menjurje” montonero más poderoso para que Morena sea derrotado en las próximas elecciones federales. Sólo en la alianza PRI-PRD irán juntos en Nuevo León.
La alianza PRI-PAN amenaza con el resquebrajamiento panista, uno de los más acérrimos opositores al prianismo es Gustavo Madero y aunque en Nuevo León se esgrimieron diferencias ideológicas y de poderosos grupos políticos y económicos leonolences, también hay quienes están en favor de dicha alianza; la realidad es que las más poderosas oligarquías panistas no le perdonan al PRI su traición en 2018, pues para evitar que el panista, Ricardo Anaya ganará la Presidencia de la República, los tricolores de Enrique Peña Nieto optaron por un acuerdo ultra secreto en las catacumbas del poder con AMLO para entregarle graciosamente la silla presidencial, incluso a Ricardo Anaya le fincaron responsabilidades criminales que no le pudieron probar, pero que fueron suficientes para que el PAN perdiera y AMLO ganará la Presidencia de la República y con un amplio margen.
La fecha límite para las alianzas a nivel nacional vence el 23 de marzo próximo, pero lo ocurrido en Nuevo León hace pensar que las únicas alianzas que podrían “cuajar” para las gubernaturas y diputaciones federales serán las que a los panistas les convengan y en otras entidades los panistas les sacarán la lengua a los priistas. Así que malos augurios para la oposición, pues de entrada las alianzas resultan malditas para derrotar completamente al partido del Presidente y convertirlo en partido de la chiquillada.
Sin embargo, al Presidente y a su partido le pesarán los casi 300 mil muertos por la pandemia del coronavirus, aunque oficialmente sólo se reconoce haber rebasado la cifra de los 100 mil; también le pesarán a Morena los más de 70 mil muertos que arroja la nefasta estrategia de los “abrazos y no balazos” para combatir a las mafias criminales y sin faltar el alza escandalosa en feminicidios, secuestros, asaltos a mano armada a cualquier hora del día o de la noche, la falta de medicamentos en hospitales, la mortandad de más de mil 600 niños muertos de cáncer por falta de fármacos y tantas metidas de pata del Presidente de la República, principalmente la que tiene que ver con su populismo ramplón con el que ha dividido y enfrentado al pueblo de México.
Esos son solamente algunos de los muchos hierros de la disque “Cuarta Transformación” que más bien se traduce en la destrucción de las instituciones nacionales, pero todo dependerá de la inteligencia con la que los partidos políticos y sus candidatos manejen sus campañas electorales a lo largo y ancho del país. Hoy, la pandemia ha cambiado todo. Seguramente las campañas ya no serán presenciales ni apantalladoras con ultrajantes “acarreos” y dádivas que van desde matracas, playeras o camisas, chamarras, gorras, llaveros, lápices, tortas y tantas, tantas formas ultrajantes de ganarse el voto de los mexicanos.
En caso de que la alianza PRI, PAN, PRD y algunos otros “chiquitines” no prospere, ¿en México se agudizará la era de la dictadura y de un comunismo que empobrecerá cada vez más a los habitantes que vivirán mas de limosnas que de los presupuestos federales, como ya ocurre con los más de 300 mil damnificados por las inundaciones de Tabasco que hoy reciben miserables ayudas nacionales y de la comunidad internacional porqué el régimen de AMLO prefiere gastar el dinero de los mexicanos en dádivas electorales para sus adictos y sus inservibles proyectos sexenales?
Sólo nos queda un camino: Habrá que esperar si los mexicanos esta vez votan con la cabeza y no con los pies, ni mucho menos por corazonadas.