“La corcholata”, la gran perdedora
¬ Francisco Reynoso martes 12, Abr 2022Triple Erre
Francisco Reynoso
Según el “caudillo” López y los morenazos que lidera Mario Delgado, la consulta de Revocación de Mandato fue “todo un éxito”.
Sin embargo, no son pocos los que piensan, y lo festejan sin rubores, que “la presidenta” Claudia Sheinbaum Pardo fue la gran perdedora en la jornada dominical.
La Ciudad de México tiene un padrón electoral de 4 millones de personas. Y según las cifras oficiales del INE, 19% acudió a las urnas. Es decir, menos de 1 millón de personas. En las elecciones del año pasado, Morena tuvo una cosecha de votos de 1 millón 577 mil, que representaron 40% del total.
Este domingo, los operadores de la Sheinbaum no trabajaron como Dios manda y le fallaron a la jefa de Gobierno que, a su vez, le quedó muy mal a su jefe amadísimo; la “corcholata” favorita se le atoró el “caudillo” López en el momento más importante, rumbo a la sucesión presidencial de 2024.
Operación venganza
Desde luego, la operación de brazos caídos y la consigna de “no voy, no voy y no voy” a las urnas en la Ciudad de México fue impulsada por los partidos del bloque opositor, principalmente por el PAN que tiene mayoría en las alcaldías de la capital del país.
Con toda seguridad, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, bajita la tenaza “ayudó” para el contra-acarreo de borregos.
No se desestime, empero, el trabajo político del senador Ricardo Monreal y de su cuaderno de doble raya y cómplice en la operación “corcholata”, el “carnal” Marcelo Ebrard.
Fueron los artífices de que después del discurso anodino y ridículo de la Sheinbaum, la capital del país tuviera un millón de votos, y de ellos, 900 mil para que el “caudillo” López siga con su obra macabra.
Morena, muy ovalado para huevo
Desde la óptica de analistas políticos, el domingo también quedó claro que Morena no tiene fuerza ni capacidad para movilizar a las multitudes hacia las urnas.
Pudo comprobar el “caudillo” López que su partido está muy ovalado para huevo y muy redondo para aguacate. No es garantía de que pueda, por sí solo, encargarse y garantizar el triunfo en la elección presidencial, sea quien sea el candidato o candidata.
A nadie le queda la menor duda de que fue el “caudillo” López quien ganó las 11 gubernaturas que obtuvo Morena el año pasado. Y fue él quien consiguió la mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores.
Y está claro que en junio será López quien gane por lo menos cuatro de los seis estados que tendrán elecciones para renovar gobernador.
Pero en 2024 López Obrador ya no estará en las boletas. Será, como hasta ahora, el gran animador. La mayoría de los mexicanos: ancianos con pensión, jóvenes “ninis” con beca escolar, mujeres abandonadas con “chivo”, etcétera, votará por los candidatos de Morena en solidaridad con López. Y es muy factible que su “corcholata” o Adán Augusto López, o Rocío Nahle, ganen la Presidencia con el rostro de López en los carteles de campaña.
¿Y después? Ya en Palacio Nacional su alfil, ¿quien podrá defenderlo o defenderla de las víboras morenas?
Este domingo, y desde que tomó por su cuenta la estrategia de promoción de la Revocación de Mandato, el “caudillo” López pudo comprobar que está solo. Morena y su élite valen un sorbete en eso de manipular voluntades y de movilizar a las multitudes.
Los caudillos también apestan
De manera tal, el “caudillo” tiene claro que su “corcholata” Sheinbaum fue la gran perdedora en la Revocación de Mandato. Y que le queda poco tiempo para impulsar la reforma electoral que le garantice el triunfo en las urnas, en 2024, para Claudia, Augusto, Rocío o cualquiera que entienda la lealtad a ciegas.
Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal tienen independencia y son lopezobradoristas de hueso colorado, pero ninguno de los dos dudaría en gritar, llegado el momento, “¡viva el rey! ¡Muera el rey!”.
Y López Obrador no quiere que se repita la historia de Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas.
Para quien no la conozca, ahí les va.
El 10 de abril de 1936, el “caudillo” Calles se fue a dormir afectado por una gripe. A las 9 de la noche tocó a la puerta de su casa campestre en Santa Bárbara, Texcoco, el general brigadier Navarro Cortina.
Palabras más, palabras menos, el enviado explicó:
—Señor general, debo informarle que por órdenes del Presidente de la República (Lázaro Cárdenas) debe usted abandonar el país, mañana temprano. He de acompañarlo hasta el aeródromo de Balbuena (aún no estaba el Felipe Ángeles) donde ha sido dispuesto un avión especial para trasladarlo al extranjero.
Plutarco ya se olía la felonía de Cárdenas. Interrogó a Navarro.
—¿Conoce usted el motivo?
—No mi general, sólo sé que son instrucciones del señor presidente Cárdenas.
—Debe existir una razón.
—Creo que se trata de razones de salud pública.
El “caudillo” Elías fue desterrado a Brownsville junto con el líder obrero Luis Morones, Melchor Ortega, el diputado Luis León y Alfredo Elías, hijo de Plutarco, quien de ser todopoderoso pasó a ser un apestado del presidente Lázaro Cárdenas, en esos momentos el más querido.