AMLO se enreda con Whashington
Alberto Vieyra G. jueves 5, May 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En abril del 2002, el bototas Vicente Fox se encontró con un terrible dilema política: Que George W. Bush o Fidel Castro no asistieran a la Cumbre Extraordinaria de Las Américas en la ciudad de Monterrey.
Lógico, Fox a quien un caricaturista mexicano retrató como el perro mascota de George W. Bush, optaría por que su patrón estuviera en dicha cumbre, pero sin verse las caras con el líder cubano Fidel Castro.
¿Cómo resolvió el entuerto el hombre de las botas de charol?
Habló por teléfono con Fidel Castro y tuteándolo le pidió: “Oye, Fidel, de cualquier manera, está la invitación a que me acompañes a la comida, que eso sería como a la 1:00 de la tarde o 1:30 y acabando de comer, entonces puedes salir” y después del famoso ‘nomás comes y te vas’, Fidel Castro pronunciara antes un largo discurso, tomaría su avioncito y se largó, pero quedaría para la historia el penoso incidente diplomático para México.
Veinte años después, Andrés Manuel López Obrador a quien solamente le faltan 29 meses para que se vaya a “La chingada”, porque así se llama su rancho, le pidió telefónicamente a Joseph Biden el pasado viernes que no excluyera a los dictadores mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Pronto se revelaría que Biden le diría a AMLO que “con mucho gusto lo pensaría” y lo pensó muy rápido, pues después de esa llamada el secretario Adjunto del Departamento de Estado, Brian Nichols comunicaría este lunes a México que: “Es una decisión del presidente. Ha sido bien claro que los países que por sus acciones no respeten la democracia no van a recibir invitaciones”. ¡Órale! ¿Le quedaría bien claro a AMLO que los tiranos no tienen cabida entre los Halcones de Washington?
Así que Biden ni siquiera tomará el teléfono para decirles ‘nomás comen y se van’, pues ni más ni menos que el Tío Sam es el anfitrión de la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, California. Mal parado queda AMLO abogando por gobiernos comunistas que resultan un venenoso opio contra el capitalismo norteamericano. Sólo falta que AMLO haga causa política común con ellos y decida no asistir a la cumbre, lo cual lo dejaría muy mal parado ante Washington, que históricamente ha sido enemigo público número uno de la integración latinoamericana, pues sigue imperando la Doctrina Monroe, que desde 1825 pregona “América para los americanos”.
Durante muchos años se convirtió en un obstáculo para esa integración de las Américas el llamado Mercosur que no era otra cosa que el antídoto comercial contra un posible Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá.
AMLO no diría ni pio ante la negativa del gobierno norteamericano y mal haría en enredarse más con Joe Biden, cuya vecindad con Estados Unidos ha sido tortuosa para México, pues ha sufrido más de 300 agresiones por parte del coloso del norte, entre ellas aquella que descuartizó a México en 1848, arrebatándole 2 millones 547 mil 242 kilómetros cuadrados del territorio original que tenía la forma de un cuerno de la abundancia, sólo que los gringos se quedaron con la abundancia y a los mexicanos nos dejaron el puro cuerno.