Del arraigo domiciliario a la prisión abusiva
Alberto Vieyra G. martes 30, Ago 2022De pe a pa
Alberto Vieyra G.
En las cárceles de México hay aproximadamente 230 mil personas privadas de la libertad, 100 mil de las cuales permanecen tras las rejas desde hace años en clarísima violación a sus derechos humanos porque no se les ha dictado una sentencia.
Muchos de esos detenidos fueron del arraigo domiciliario a la marranona prisión abusiva que sólo ha servido como instrumento de venganza política del gobierno y el caso más emblemático lo constituye Rosario Robles, quien se echó 3 años en el tambo sin que le probaran nada porque solamente la acusaron por omisión en el presunto desvió de 5 mil millones de pesos de la famosa “estafa maestra”, pero facciosamente el juez, Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, en clara violación a la Constitución, justificó la prisión preventiva argumentado que la señora Robles tenía dos licencias de manejo con domicilios diferentes, razón suficiente para que en su sucia cabeza pensara que la ex titular de Sedesol podría fugarse del país.
Otro irrefutable ejemplo de venganza política con la prisión preventiva oficiosa está en el caso Jesús Murillo Karam, en el que el juez Marco Antonio Fuerte Tapia, a todas luces atendió las órdenes de la Fiscalía General de la República, y por 3 supuestos delitos que jamás podrá probarle el gobierno le dictó cárcel por 3 meses, que solamente servirán para que Murillo Karam sea exhibido como el autor de haber desaparecido a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Se trata de que Murillo Karam pase a la historia como el villano de la película y con lo cual el régimen de AMLO justifica que en México se acabó la impunidad.
Los ministros de la Corte harán muy bien en desaparecer la prisión preventiva abusiva y regresar a la prisión domiciliaria o cualquier otra figura que no sea violadora de las garantías individuales.
En el régimen de la 4T lloran como plañideras por el anuncio hecho por la Suprema Corte para poner fin a ese marranón proceso jurídico violatorio de los derechos humanos argumentando que volverá la corrupción a las cárceles porque los jueces harán de la suyas dejándoles las manos sueltas. No, no se trata de ello, se trata de que haya una legislación para que se tipifiquen cuáles son los delitos graves de los que habla AMLO y se justifiquen plenamente la prisión preventiva oficiosa porque de lo contrario estaremos como en tiempos de la Revolución Mexicana cuando el general Francisco Villa ordenaba a sus subalternos asesinar a sus enemigos prisioneros en combate bajo la tónica de “asesínelos en caliente y después viriguan”.
Si la Corte pone fin a la prisión preventiva oficiosa, casi 100 mil compatriotas abandonarían las cárceles, pues nadie les ha probado hasta hoy su culpabilidad y no hay que olvidar el principio jurídico de que nadie es culpable de nada hasta que se le pruebe lo contrario. Cien mil inocentes recuperarían la libertad y si así lo desean podrían demandar al Estado mexicano por haber sido víctimas de un marranon atropello con la prisión preventiva oficiosa.
En el régimen de la 4T vamos de desilusión en desilusión. La novedad es que rescatar a los 10 mineros en la región carbonífera de Coahuila llevaría 11 meses y un mes que ya casi se ha completado, estaríamos hablando de 1 año para rescatar sus cuerpos. ¡Qué inútiles! AMLO hizo bien en acudir a la mina de la tragedia, pero después de que los familiares de las víctimas dijeron “¡ya basta de engaños!” y de hacerle al tío Lolo para rescatar a sus víctimas, exigirían la renuncia de la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez y entonces el Presidente enseñaría el cobre diciendo que “eso ya es politiquería”.
¿Hay alguna sensibilidad humana o empatía en esta deplorable expresión del Presidente, en lugar de ofrecer perdón por tanta ineficiencia del gobierno para rescatar a los mineros?