Descrédito
Ramón Zurita Sahagún lunes 8, Ago 2011De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Resulta lamentable que miles de familias sean víctimas de la violencia irrefrenable que afecta al país y sumamente loable el que algunos de los personajes afectados asuman la conducción de las protestas y demandas por esta situación, ante la insensibilidad de las autoridades.
De esa forma, surgieron voces que en un inicio arremetieron con todo contra el gobierno, como desahogo y después plantearon soluciones para evitar más casos como los suyos.
Lo lamentable, es que muchas de esas voces se fueron apagando ante la cercanía del poder y el usufructo de canonjías, por lo que poco a poco se fueron sumiendo en el descrédito, pero manteniendo sus organizaciones y su lugar destacado mediáticamente.
Eso mismo parece estar sucediendo con el más reciente de los personajes que alzaron la voz y exigieron justicia y la solución a los problemas de violencia que se acrecentaron desde el inicio de la administración presidencial de Felipe Calderón Hinojosa.
Javier Sicilia parece haber entrado en esa vorágine descendente por la que ya pasaron algunos de los otros personajes víctimas de la violencia, que encabezaron movimientos en pro de la paz y el freno a la delincuencia y a la violencia.
El poeta parece atrapado en un laberinto sin salida, donde fue encerrado por sus asesores y sus demandas se encuentran sumamente alejadas de las de un ciudadano, como inició.
Ahora, todos sus movimientos son sumamente elaborados y preparados con cálculos matemáticos, por lo que él mismo se nota diferente a cuando comenzó con sus protestas.
Sicilia sigue ahora un patrón de conducta que le dictan las ONG enquistadas en su movimiento reivindicatorio y los guiones que le escriben sus asesores activos militantes de partidos de izquierda.
Fue atrapado en una espiral que absorbe, chupa y desecha, cuando ya dio de sí a los ciudadanos y que se regodea con el gusto mediático.
Lo que inició como un movimiento ciudadano, se encuentra sumamente partidizado y con una cabeza que está siendo desplazada, aunque la mantienen vigente como asunto mediático.
El gusto por los reflectores y por la cercanía del poder se muestra latente, por lo que no sería nada raro que el poeta fuese convencido para postularse como candidato a un cargo de elección popular en los próximos comicios.
Sin embargo, Sicilia se encuentra todavía en un punto en donde puede aterrizar su movimiento y regresarlo al punto original, para evitar sumarse en el descrédito en que cayeron antecesores de esa lucha.
Y es que parece ser que en México todos aquellos que inician como ciudadano pronto son cooptados por las mieles del poder y terminan rendidos ante la atracción y el deleite que proporciona el poder y el dinero que éste produce.
No son solamente los que forman sus movimientos por la lucha, la dignificación, en todas sus manifestaciones, el alto a la violencia y la instauración de la paz los que termina seducidos por el poder.
Un antecedente es el IFE, donde en un inicio se anunció que lo conformarían ciudadanos no partidizados y que manifestarán conductas ejemplares en cada una de las especialidades en que se encontraran.
De esa forma, se eligieron los primeros consejeros, muchos de los cuales terminaron siendo candidatos de los diversos partidos y se enfrascaron en sendas carreras políticas, dejando atrás el libre ejercicio de sus profesiones.
Algunos más regresaron a su actividad primaria.
Sin embargo, personajes como Santiago Creel Miranda y Alonso Lujambio Irazábal disputan ahora la nominación de su partido a la Presidencia de la República.
Los dos pasaron antes por el IFE, aduciendo que se trataba de ciudadanos, sin militancia alguna.
Igual sucedió con el hoy diputado federal José Agustín Ortiz Pinchetti
Otros como Emilio Zebadúa brincaron de un partido a otro.
Sin embargo, lo preocupante es que ahora, los consejeros del IFE son elegidos entre los grupos selectos de los partidos y deben responder a los que fueron sus postulantes.
En las semanas recientes, el organismo y sus integrantes se encuentran sumidos en una grave crisis provocada por el uso de los recursos públicos y los escándalos pasan desde su presidente hasta los demás integrantes.
Ya antes había pasado por un asunto que puso en riesgo su credibilidad, cuando el resultado del proceso electoral presidencial del 2006 no satisfizo a algunos sectores del país, especialmente a los que provenían del grupo derrotado.
La salida del presidente del organismo, Luis Carlos Ugalde, tranquilizó las aguas y éstas retomaron su nivel, con la llegada de un nuevo equipo encabezado por su actual presidente Leonardo Valdés Zurita.
Este personaje traía una militancia de izquierda, donde fue arropado por su entonces suegro, Heberto Castillo y había trabajado de cerca con las administraciones panistas.
Con todo y ello se le concedió el beneficio de la duda, sobre lo que podía ser su eficiencia y desempeño.
Sin embargo, los escándalos sobre los gastos superfluos del presidente y la poca transparencia en el uso de los recursos públicos, se han convertido en un grave riesgo para la credibilidad del proceso electoral del año próximo.
Y es que el IFE pasó de ser la institución con mayor prestigio del país y con amplio reconocimiento mundial a un organismo en riesgo de total desacreditación.
Habrá que esperar para saber si el desgaste sufrido por Javier Sicilia en sus más recientes actos y algunas de la actitudes asumidas no le revierten todo lo avanzado que su movimiento había conseguido dentro de los ciudadanos de a pie que formamos el grupo más nutrido de cuantas existan en la sociedad mexicana.