Calderón reta a priístas al golpear a Moreira
Roberto Vizcaíno jueves 3, Nov 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- La gubernatura de Michoacán está detrás del golpeteo del PAN contra Moreira
- ¿Cuándo se ha visto que la renuncia del dirigente de un partido ocurra porque lo pide el del otro?
- ¿Se echaría el tiro Calderón de actuar judicial, penalmente, contra Moreira Valdés?
La pertinaz campaña mediática del gobierno y partido de Felipe Calderón contra Humberto Moreira no es en realidad contra el coahuilense, sino contra el PRI.
Al final del día poco le importa Moreira a Calderón. Lo del uso de documentos falsos para la adquisición de unos 3 mil millones de pesos de deuda durante el gobierno del coahuilense y dirigente nacional del Revolucionario Institucional, es apenas un afortunado incidente a favor del panista de Los Pinos, un motivo para irse con todo lo que tiene ahora a su favor, en contra del odiado partido de su infancia.
Es sobre todo un muy conveniente asunto para explotarse mediáticamente frente a los comicios a gobernador en Michoacán, a efectuarse el próximo domingo 13 de noviembre donde la hermana de Calderón, Luisa María, mejor conocida como La Cocoa, participa con todo -y cuando decimos “todo”, es todo- el apoyo de Los Pinos.
El desenlace de este proceso sí que es prioridad para el panista michoacano. Eso sí que lo motiva. Y ahí el dirigente nacional del PRI es un factor real en el juego de quién gana y quién pierde… y de acuerdo a datos y encuestas, el ganador podría ser el priísta Fausto Vallejo.
De ahí que la cargada contra Moreira haya arreciado en estas semanas, pues apenas faltan 10 días para esa elección.
Lo de la presidencial del 1 de julio de 2012 está aún muy lejos. Para enfrentar ese proceso Calderón tendrá otras granadas mediáticas contra el PRI y sus candidatos.
Por lo demás el pasado, presente y futuro de Moreira le importan nada al presidente saliente.
Porque, ¿qué pasaría en el al parecer muy improbable caso de que hubiera algún resquicio legal para iniciar alguna acción penal o civil contra Moreira por el asunto de la falsificación de documentos para adquirir créditos multimillonarios durante su gestión en Coahuila?, ¿a poco Calderón se echaría el tiro de ordenar su aprehensión?
Ahí si que no se puede dejar de lado que entonces el asunto sería contra el tricolor y sus militantes, dirigentes y organizaciones.
Poco querrían saber los de la cúpula tricolor de si tiene o no base una operación de este tipo.
Y estamos hablando de 19 gobernadores de los 32 que hay en el país, de la mayoría de diputados de los 500 que integran San Lázaro y de una mayoría de alcaldes y diputados locales.
Quizá no todos ellos reaccionarían como pudiera pensarse, pero los que lo hicieran de ese conjunto podrían meter a lo que le queda de la Presidencia a Calderón en un grave problema.
Por lo pronto, la obviedad dice que los ataques mediáticos a Moreira y judiciales vienen de una orden superior: la del Presidente de la República.
Y esa campaña, convertida en acción política, central para los dirigentes panistas, comenzando por Gustavo Madero, que exige un día y el otro y el otro la dimisión de Moreira como dirigente del PRI, es simplemente absurda y sin futuro real.
Porque, piénsele un poco: ¿Cuándo se ha visto que un dirigente de partido renuncie porque lo pida o exija el de otro partido, por más opositor que sea?
Hacerlo significaría una enorme debilidad para el que lo aceptara. Sería colocarse sumiso a los pies del otro.
Simplemente por eso, Moreira no va a renunciar a la dirigencia nacional del PRI. Y como no hay hoy un poder superior que lo quite, pues ahí se va a quedar, cuando menos hasta febrero que es -como él mismo dijo-, cuando surgirá el candidato oficial del PRI a la Presidencia de la República y entonces este le puede sugerir irse.
Además pensándolo fríamente, la campaña mediática y judicial contra Moreira, más que perjudicar ayuda al PRI y a sus candidatos, especialmente Enrique Peña Nieto.
Mire, candidato y partido tricolores tienen mucho qué ganar con ese embate panista contra el gobernador con licencia, porque el hecho de que las baterías de los panistas se enfilen hoy contra el coahuilense, les quita golpes a los otros dos. ¿o no?
Mientras se concentren en uno, descuidan y dejan en paz a los otros dos.
Una campaña es inútil si no tiene efecto en lo que se quiere, ¿no?. Mire, me explico: ¿por qué Calderón y sus panistas le pegan hoy duro a Moreira, muy destacadamente a través del diario Reforma?
Podría pensarse que la respuesta es simple y hasta obvia: para bajar las preferencias ciudadanas y electorales del PRI.
Pero el caso es que las encuestas -que son los mecanismos de medición más confiables que tenemos a la mano-, indican otra cosa. Que mientras se acerca el día de la elección a gobernador en Michoacán, el domingo 13 de este noviembre y conforme se consumen las semanas y meses para que ocurra el proceso de renovación de Presidente de la República, mientras aumenta el golpeteo contra Moreira y el tricolor, el PRI y su puntero, Enrique Peña Nieto, crecen.
Tan sólo hay que darle una revisada a la última encuesta de Consulta Mitofsky, la aparecida hace un par de días, para entenderlo.
En esta encuesta el PRI, sin candidato presidencial fijo, obtiene una preferencia de 40 puntos, frente a 21 del PAN y 16 del PRD.
Con Peña Nieto como su abanderado y frente a las diferentes combinaciones con los posibles candidatos del PAN –Josefina Vázquez Mota, Santiago Creel y Ernesto Cordero-, y los del PRD -AMLO y Marcelo Ebrard-, el mexiquense y el tricolor no bajan de 48/47 puntos.
En las diferentes posibilidades, si la candidata fuese Josefina Vázquez Mota el PAN obtendría entre 18.5 y 25 puntos, mientras que Santiago Creel se levantaría un promedio de 17 puntos y Ernesto Cordero entre 13.7 y 17.4 puntos.
La simple revisión del caso nos dice que el PRI con Moreira a la cabeza le sacaría 19 puntos al PAN y 24 al PRD. Si tomamos en cuenta que el 1 de julio de 2012 podrían estar votando quizá unos 45 millones de mexicanos, entonces cada punto significa 450 mil votos.
Por favor súmele usted para obtener sus conclusiones en números más o menos aproximados en cada caso.
Pero el asunto no queda ahí… porque los resultados de Mitofsky, del sondeo realizado a fines de octubre, es decir apenas un par de semanas, nos indican que Peña Nieto anda alrededor de 30 puntos arriba por sobre su más cercano seguidor.
Otro dato es que, consultados los mexicanos sobre quién les gustaría que fuese el candidato presidencial: 33.1 de cada 100 dijeron que Peña Nieto; 9.8 se inclinaron por López Obrador; 7 por Vázquez Mota; 5.2 por Creel; 2.8 por Ebrard y 2.3 por Manlio Fabio Beltrones.
En fin, datos frescos de lo que realmente ocurre en las calles, centros de trabajo, familias, escuelas de México.
¿Entonces para qué sirven las campañas sucias desarrolladas por Calderón y los suyos contra Moreira y el PRI?, ¿realmente creen que pueden golpeando al coahuilense, echándole encima los periodicazos de Reforma, hacer perder a Fausto Vallejo… disminuir sustancialmente las marcadas preferencias de los mexicanos por Peña Nieto?, ¿el caso Moreira pone en riesgo el regreso del PRI a Los Pinos?, ¿esta campaña negra disminuirá el número de diputados y senadores tricolores en el Congreso en la próxima legislatura?, ¿hará ganar esa campaña a La Cocoa (¡vaya apodo!) en Michoacán?
Porque si no pasa nada de estas cosas, entonces todo el esfuerzo desarrollado en este embate, todo el dinero gastado en la campaña –que no es poco-, y todos los cálculos de los analistas de Calderón, valen para puro queso.
¿A quién le habrá encargado el Presidente este asunto?, ¿Cuáles serán los mecanismos de evaluación de esa campaña?, porque si son las encuestas, los resultados y los hechos, más valdría que lo fuese relevando.
Moreira sigue al frente del PRI, ha dicho que no va a renunciar, no se ve que nadie lo pueda o quiera jubilar y la verdad los panistas y su jefe –como dijo López Obrador-, “ya chole con este asunto”.
¿O no?
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